Miles de personas se movilizan contra la corrupción y la impunidad

Este 20 de septiembre, miles de personas se sumaron al Paro Nacional convocado por organizaciones sociales, populares y estudiantiles, movilizándose en diferentes puntos del país. La Plaza de la Constitución en la capital quedó pequeña para tanta gente.

Fue una participación masiva que muy rápidamente se convirtió en un río humano. Un único clamor: «¡No a la corrupción y a la impunidad!»

El Paro Nacional de este #20S ha movilizado a miles de personas, que se han volcado a las calles exigiendo la renuncia de los diputados corruptos y del presidente Jimmy Morales, así como reformas a la Ley Electoral y la instalación de una Asamblea Plurinacional Constituyente.

«Dicen que estamos dividiendo al país, pero la verdad es que hoy Guatemala está más unida que nunca en exigir que se vayan los corruptos!» enfatizó a medios nacionales un miembro del Comité de Desarrollo Campesino del Altiplano (Codeca).

«Estamos cansados de esta mafia incrustada en las instituciones públicas. Necesitamos hacer limpieza y fundar un nuevo Estado», agregó.

«Nos indigna la postura de todos estos funcionarios públicos. Son una vergüenza para el país. ¡No vamos a parar hasta que se vayan todos y se enjuicie al presidente Morales!», aseguró otro manifestante en Totonicapán.

Políticos corruptos
¡Basta YA!

El Paro Nacional es la respuesta del pueblo a la decisión de 107 diputados y diputadas que la semana pasada votaron unas reformas al Código Penal, que benefician descaradamente a funcionarios públicos -incluyendo al presidente Morales- acusados de diferentes delitos.

Con estas reformas se suavizan las penas para casi el 90 por ciento de delitos graves relacionados con actos de corrupción y extorsión, y se libera de cualquier responsabilidad por financiamiento electoral ilícito a los secretarios generales de los partidos políticos.

También se entrega al Tribunal Supremo Electoral el derecho exclusivo a la acción penal para delitos relacionados con el financiamiento electoral ilícito, coartando de esta manera la capacidad investigativa y acusatoria del Ministerio Público (MP) y la Cicig[1].

Ante la fuerte reacción de la población, que durante tres días protestó masivamente frente a las instalaciones del Congreso y a nivel nacional, los legisladores no tuvieron más opción que anular las polémicas reformas.

Gobierno se desmorona
Jornada histórica

Tras las fuertes tensiones de las últimas semanas que han llevado a Guatemala al borde de una nueva crisis político-institucional[2], el presidente Morales ha tenido que enfrentarse a un antejuicio impulsado por el MP y la Cicig.

Fue salvado por la decisión de 104 diputados que votaron en contra de despojarlo de su inmunidad, evidenciando una vez más el compromiso férreo que esta desacreditada institución tiene con las élites y los grupos de poder.

No obstante, el gobierno de Jimmy Morales, el mandatario mejor pagado de  América Latina, se está desmoronando.

Tras la renuncia de la ministra de Salud Lucrecia Hernández y la destitución del canciller Carlos Raúl Morales, este miércoles anunciaron su renuncia los ministros de Finanzas, Gobernación y Trabajo.

«Es un nuevo despertar de la población que ha vuelto a tomarse las calles, y exige que se ataquen las causas de la corrupción y la impunidad», dijo a La Rel, Carlos Luch, secretario general del Stecsa[3].

«Guatemala merece y necesita un cambio. Hay que hacer reformas, atacar el financiamiento ilícito y el caciquismo de los partidos políticos. Los ministros se están retirando y el presidente se está quedando solo», concluyó Luch.