La señora de Berlusconi envió correos electrónicos a una agencia de noticias llamando «basura desvergonzada» y «diversiones para el emperador» la campaña de su marido.
La segunda luna de miel de Silvio Berlusconi y Verónica Lario llegó a su fin. El rumor de que, habiendo llenado su gabinete con esbeltas bellezas, el primer ministro italiano estaba preparando un nuevo harén repleto de coristas, reinas de belleza y estrella y cantantes para postularse en las elecciones europeas provocó una respuesta furiosa de su mujer.
La señora Berlusconi dio el insólito paso de enviar correos electrónicos directamente a la agencia de noticias Ansa y arremetió contra los planes del partido El Pueblo de la Libertad para la votación de junio describiéndolos como «basura desvergonzada» y «diversiones para el emperador». «Lo que sucede hoy detrás de un frente de cuerpos con curvas y belleza femenina es grave», escribió, añadiendo que la mujeres políticas no deberían ser usadas como «piezas de joyería» para atraer los votos.
Fue la más feroz reprimenda que la segunda mujer de Berlusconi, una ex actriz celebrada por sus opiniones independientes, entregó al público. «Quiero dejar en claro que mis hijos y yo somos víctimas y no cómplices en esta situación -dijo-. Debemos soportarlo y nos causa dolor.» Su marido intentó las tácticas usuales de culpar a las maquinaciones de los periodistas de izquierda por todo el escándalo de las «candidatas coristas». Fueron los periodistas los que engañaron a la «signora Verónica» -el frío equivalente del primer ministro británico cuando se refiere a Sarah como «Mrs. Brown»-.
Poco después Berlusconi tiró la diplomacia por la ventana y comenzó a contraatacar. «Llevaré a cabo la campaña de elección con estas llamadas corista a mi lado -declaró-, y hablarán tan bien como yo y explicaré sus calificaciones y lo que han hecho en sus vidas hasta ahora.» Elegir a mujeres jóvenes como candidatas, dijo, es una manera de «revitalizar nuestra clase política con gente culta, bien preparada y que puede garantizar que estará presente en cada votación». Basta, dijo, «de la gente maloliente y mal vestida» como la que presentan los otros partidos.
El furor de las «coristas» estaba enfocado en cuatro mujeres: Camilla Ferranti, una bailarina entrenada; Eleonora Gaggioli, una actriz; Cristina Ravot, una cantante profesional; y Barbara Matera, una presentadora televisiva. Matera era la única de las «chicas de Berlusconi» que terminó en la lista oficial de candidatos cuando fue publicada ayer. No se sabe si esto fue por el arrebato de la señora Berlusconi o porque las otras tres mujeres nunca habían estado en una competencia seria.
Se especuló que lo que realmente había enfurecido a la señora Berlusconi era la aparición de una chica de 18 años que llama al primer ministro «Papito». El domingo, Berlusconi se dirigió en su automóvil a las afueras de Nápoles y cayó en la fiesta de cumpleaños de una linda chica rubia llamada Noemí, que cumplia 18 años, y le regaló un colgante de oro engarzado con brillantes.
¿Por qué? «Porque es un amigo de la familia -le dijo Noemí sentada a la mesa de sus padres en la cocina al Corriere della Sera-. Me conoce desde que era muy chiquita. Para mí es natural verlo, pero no lo esperaba en la fiesta y no les dije nada a mis amigos… Nunca les conté sobre papito.»
¿Papito? Los medios italianos nunca indagan mucho en la vidas privadas de los ricos y famosos, de manera que las preguntas no dichas sobre Noemí y su madre permanecieron igual (no dichas). Pero la señora Berlusconi, que tiene tres hijos con su marido, no dejó lugar a dudas de que el hecho fue inesperado. «¿Qué es lo que pienso de eso? Fue una gran sorpresa para mí -dijo-. También porque nunca vino a las fiestas de los cumpleaños 18º de ninguno de sus hijos, aunque había sido invitado.»
El último estallido de guerra en el hogar Berlusconi termina con la tregua que siguió a su última ruptura marital. En el verano de 2007, Berlusconi fue fotografiado con tres bellezas en su falda en su villa en Cerdeña, diciéndole a una abogada convertida en corista llamada Mara Carfagna: «Me casaría contigo ya si no estuviera ya casado».
Este ataque de donjuanismo público provocó que la signora Berlusconi exigiera una disculpa pública. La recibió y Berlusconi, que cuenta con millones de acérrimos católicos italianos que lo votan, hizo lo imposible -en términos de relaciones públicas, aunque sea solo eso- para enmendar su error. Fue fotografiado con su mujer de la mano y disfrutando de unas vacaciones en familia en su villa de Cerdeña. Las fotos de la pareja aparecen ahora en las revistas de chismes.
Que nadie se engañe. Berlusconi vive su vida de acuerdo con sus propias reglas estilo sátiro, como lo ha hecho durante décadas.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-124139-2009-04-30.html