En entrevista telefónica desde Costa Rica, el poeta Dennis Ávila (Honduras, 1981) habla del golpe de Estado en Tegucigalpa, hace un recuento de los hechos y un censo de la pequeña comunidad hondureña en San José de Costa Rica, mientras analiza el discurso del Presidente Zelaya en la ONU, así como la solidaridad de la comunidad internacional, finalmente arremete contra los 4 poderes de Honduras: «El Legislativo, El Heraldo, El Judicial y El Oligárquico»
Autor de los libros de poesía: La Calada (2000); Algunos conceptos para entender la ternura (editado en Honduras y El Salvador, 2005) y Quizás de los jamases (2008). Ha participado en los Festivales Internacionales de Poesía de Nicaragua y El Salvador. Recibió los premios Poesía Hablada (2001) y el Premio Único Certamen Cuento Breve Universitario (UPNFM, 2005). Selecciones de su trabajo fueron publicadas en el CD VERSOFÓNICA (20 poetas, 20 frecuencias). Además ha sido incluido en los cuadernillos PAPEL DE OFICIO, editado por el colectivo de poetas País Posible. Desde hace 2 años vive en Costa Rica con su esposa, la poeta Paola Valverde, coordinadora general del Festival Internacional de poesía de Costa Rica.
Costa Rica dio la bienvenida como Huésped al Presidente Zelaya, de la ciudad de San José partió a Nicaragua y posteriormente a New York y Washington; desde Estados Unidos se anuncia el regreso de Mel Zelaya a Honduras para el sábado 4 de julio. De ahí la importancia de esta conversación, un poeta hondureño que participó en las dos conferencias de prensa del Presidente Zelaya en Costa Rica y con la ecuanimidad que da la distancia afirma a los lectores de Clarín : «La desigualdad social de mi país es muy grande porque hemos tenido pésimos gobernantes. Zelaya es el primer presidente en la Historia de la democracia de mi país que habla con tanta claridad y certeza acerca de los problemas reales de los hondureños, y sus soluciones»
MC.- ¿Fuiste testigo presencial del arribo del Presidente Zelaya a Costa Rica?, ¿cómo te enteras de las conferencias de prensa en el aeropuerto Juan Santamaría y en el hotel Cariari?, ¿qué impresión dejó en vos la palabra del Presidente Zelaya?
DA.- No fui testigo de su arribo, de hecho me enteré a eso de las 9 a.m. del domingo, cuando un amigo periodista me informó que el presidente Zelaya estaba en Costa Rica, debido a que esa mañana había sido sujeto de un Golpe de Estado; posteriormente me consultó si deseaba participar de una conferencia de prensa que daría el presidente en el aeropuerto (la misma persona me informó de la conferencia de prensa en el hotel Cariari). Desde luego accedí ir a ambas, y cuando estuve frente a él, reconocí en su testimonio una humanidad diferente de palabras, pues en la convicción de sus reflexiones se entremezclaban la angustia personal (por su familia) y general (por su pueblo) como mandatario de una Nación tomada.
MC.- ¿De qué tamaño es la comunidad hondureña en Costa Rica?, ¿qué se dice del golpe de Estado entre los ticos y hondureños residentes de San José?
DA.- Es muy pequeña, tengo entendido que hay 2000 hondureños aproximadamente, de los cuales he conocido a 5 ó 6 a lo largo de 2 años, y con quienes no mantengo ninguna comunicación. Sí he tenido la oportunidad de conversar con muchos costarricenses al respecto, y me siento sumamente contento de que en este país la noción de libertad, paz y justicia prevalece sobre otros intereses políticos. Por unanimidad las personas que conozco rechazan el Golpe de Estado.
MC.- ¿Qué te pareció el discurso del Presidente Zelaya en la ONU?
DA.- Convincente. Hubo muchos puntos coherentes en su discurso a favor de los pobres de nuestro país. Lo mejor de todo es que no sentí un discurso pintado de rojo con el filo de una bandera, más bien un discurso pintado de blanco con la puntería del que busca la paz. La paz se logra sólo si se ayuda a los pobres, la delincuencia y la violencia sólo pueden eliminarse dando oportunidades a los que no las tienen. Yo no soy comunista ni ultra derechista, sencillamente estoy seguro que si se apoya a los más necesitados como el presidente Zelaya ha pretendido hacerlo, las cosas serían diferentes; la desigualdad social de mi país es muy grande porque hemos tenido pésimos gobernantes. Él es el primer presidente en la historia de la democracia de mi país que habla con tanta claridad y certeza acerca de los problemas reales de los hondureños, y sus soluciones. Lamentablemente, no se puede hacer mucho cuando todo está en contra de tus ideas y tus procedimientos.
MC.- ¿Qué esperas del regreso del Presidente Zelaya acompañado de la delegación de la OEA?
DA.- Espero mucho respeto de todas las partes. Sabemos que el día sábado 4 de julio será un día muy duro para todos los hondureños, unos estarán en contra, otros a favor, pero sobre todo espero que dejemos actuar a las autoridades competentes, encabezadas por José Miguel Insulza. Tengo entendido que entre los gobernantes confirmados para acompañar al presidente se encuentra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el presidente Rafael Correa. Debo admitir que me siento infinitamente agradecido por el apoyo incondicional que Hugo Chávez le ha dado a Honduras en esta crisis y en problemas anteriores, pero temo que su presencia desataría versiones equivocadas en la sensibilidad de los hondureños. También espero que la delegación y el presidente Zelaya sea acompañada por una delegación militar porque no sabemos lo que les espera. De todo corazón deseo que los golpistas entiendan que tienen todo en contra, para que no opongan resistencia y entreguen el poder por las buenas. Sin duda, será un día rarísimo para todos.
MC.- Escribiste el libro de poesía «Algunos conceptos para entender la ternura», ¿cómo entender la valentía del pueblo hondureño protestando en las calles?
DA.- El tema de mi libro propone que el hecho de que algo sea tierno no significa que deba ser débil. Son versos escritos con un martillo. Así, el hecho de que algunos ciudadanos seamos sensibles no significa que no entendamos las fuerzas. Todo nace en su punto y culmina en su obra. Lo mismo pasa con el valor que nace cuando sos testigo de tanto cinismo; la impotencia no te lleva a otra cosa que a expresar tu molestia, además, el valor de muchos hondureños que se ha lanzado a las calles no es una casualidad: estamos hartos, y el descaro de las autoridades de facto junto a la manipulación de los medios de comunicación dominantes para desinformar a la población en el siglo de la información, ha sido sencillamente ridículo. Quizá después de toda esta crisis nos queden nuevas razones para entender y celebrar la paz.
MC.- Afirmas que en la actualidad son 4 los poderes del Estado: El Heraldo, El Legislativo, El Judicial y El Oligárquico, ¿por qué?
DA.- Según el Estado de Derecho Moderno, nuestros países constan de 3 poderes del Estado. Pero en mi país hemos detectado 5. De esta forma, el Poder Ejecutivo ha tenido cuatro opositores permanentes: El Congreso Nacional precedido por Micheletti y 123 diputados confundidos, pero expertos en levantar la mano cuando el de al lado te convence; la Corte Suprema de Justicia y la mayoría de sus magistrados; La Oligarquía conformada por unas cuantas familias, de las que se dice tienen el poder total del país; y los medios de comunicación, encabezados por El Heraldo, La Tribuna, la Corporación Televicentro, Radio América, HRN y Canal 10, que en el pasado cumplieron un papel fundamental en la transmisión de la información y que en estos días han sido los responsables de favorecer con sus funciones al gobierno de facto.
MC.- ¿Cuáles son los logros de la administración del Presidente Zelaya?
DA.- Uno de los logros más grandes de su administración fue establecer el Poder Ciudadano, el cual consiste en consultar constantemente al pueblo sobre sus necesidades. Posteriormente se hicieron intentos grandísimos por devolver al estado las concesiones otorgadas a los empresarios del combustible, las telecomunicaciones y las empresas de energía térmica; eventos que le catapultaron como el enemigo más grande de los explotadores del país. También, mediante una maniobra brusca y afectando lamentablemente a muchos microempresarios, logró duplicar el valor del salario mínimo, situación que desembocó en muchas problemáticas como el despido de muchos empleados y el cierre de pequeñas y medianas empresas, pero que al pasar de los meses parece que tendrá consecuencias positivas. Otro logro fue la solidaridad mostrada con los fiscales y otras personas que participaron en la Huelga de Hambre más cruel en la historia de mi país, que demandaba liberar expedientes cruciales para combatir la corrupción, huelga llevada a cabo por muchos fiscales honestos, la poeta Waldina Mejía y la cantautora Karla Lara durante más de 40 días.
MC.- ¿Qué análisis haces del respaldo de la Comunidad Internacional?, ¿por qué nos duele lo que pasa en Honduras?
DA.- La ONU, la OEA, el Banco Mundial, el SICA, la Unión Europea, el Grupo de Río, los países del ALBA, los Estados Unidos de América no pueden estar equivocados. Saben que se ha cometido un atropello y un retroceso en los senderos de la democracia. Además, hay intereses muy fuertes de por medio, y ningún país quiere regresar a la moda de los golpes de Estado, así que este hecho será condenado por unanimidad.
MC.- Fuiste incluido en una antología del Festival «País Poesible», tu esposa coordina el Festival Internacional de Poesía de Costa Rica; ¿qué esperan de los poetas latinoamericanos?, ¿es suficiente la poesía contra la ignominia golpista?
DA.- El país de la poesía es inmenso, y como en todos los países hay puntos en común y discordias entre sus habitantes y usuarios, pero el sistema de gobierno de las palabras -si hablamos de poetas de verdad, independientemente de sus ideologías- no acepta expulsiones ni injusticias contra o entre sus piezas fundamentales. Así, no conozco un solo poeta latinoamericano que apoye este golpe de Estado, así como no existe un poeta bueno en la tierra que admita falta de honestidad en alguno de sus poemas.
MC.- Finalmente, en Equivalencias Equidistancias escribes: « Hay poemas que no son poemas/que son heridas/Se sabe que al escribirlos apenas rasgan/son golpecitos/no me hagan caso» ¿Cómo cerrar la herida de un pueblo víctima de golpes, represión y simulaciones legislativas?
DA.- No sé cómo. Hay heridas de heridas. Las hay incontenibles de tanta sangre. Las hay profundas, donde el dolor no deja de caer. Las hay pequeñas como heridas de paso y grandes como las heridas que provocan los golpes de Estado. Siempre reclamé para mis adentros las palabras de un poeta mayor de mi país, donde culmina una entrevista diciendo que este país no tiene esperanza, ahora empiezo a entenderlo. Por eso concluyo esta entrevista afirmando que a pesar de una leve victoria, la herida (o la ¿historia?) continuará. Sólo el tiempo dirá lo correcto, y ahí estaremos los observadores de la dignidad para ver quienes son los verdaderos culpables. Mi único deseo es que todo se resuelva por la vía pacífica.
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