El programa Report de RAI 3 informó ayer de que el Presidente del Consejo de Ministros italiano ha comprado un terreno y villas en la isla caribeña de Antigua (paraíso fiscal que figura en la lista negra de la Unión Europea) a la sociedad Flat Point Development Limited por valor de 20 millones de euros. […]
El programa Report de RAI 3 informó ayer de que el Presidente del Consejo de Ministros italiano ha comprado un terreno y villas en la isla caribeña de Antigua (paraíso fiscal que figura en la lista negra de la Unión Europea) a la sociedad Flat Point Development Limited por valor de 20 millones de euros. En dicho programa le plantearon tres preguntas al Presidente del Consejo:
-¿Quién se esconde tras la compañía Flat Point?
-¿A quién le ha comprado ese terreno y esas villas?
-¿20 millones es el valor real del mercado?
En las imágenes de ayer se veía una grandísima extensión -seis hectáreas- que, según los entrevistados, pertenecía a Berlusconi. El terreno estaba salpicado de grandes villas: una de Shevchenko, ex jugador del AC Milan; otra propiedad del ex primer ministro de Antigua, Brian Lester Bird; otra, enorme, encima de una colina, propiedad de Berlusconi; y así hasta 97 chalés. En el programa se señalaba otro hecho importante que tiene que ver con las relaciones políticas entre Berlusconi y el primer ministro actual, Baldwin Spencer. Al parecer, según el boletín gubernamental de Antigua, Berlusconi prometió pedir a los líderes europeos que redujeran la deuda exterior de la isla, pese a que no se trata de «un país africano sino de un paraíso fiscal criticado por la OCSE y el G20.
Justamente, Milena Gabanelli, la presentadora de Report, recordaba a los italianos que la prensa italiana -sobre todo los periódicos de la familia Berlusconi- ha dedicado muchas páginas durante los meses de julio, agosto y septiembre a una casa de 55 metros cuadrados en Montecarlo por valor de 250.000€ atribuida a los familiares del Presidente del Parlamento, Gianfranco Fini. El escándalo se aireó después de que Fini, vicepresidente del partido de Berlusconi, abriera una crisis interna formando una corriente nueva.
El abogado de Berlusconi, al saber que se iba a emitir el reportaje sobre las propiedades en Antigua del Presidente del Consejo de Ministros italiano, publicó una nota en la que amenazaba con perseguir en las sedes oportunas reconstrucciones instrumentales y avisaba a la RAI: «Sería realmente grave que la RAI transmitiera un programa con noticias infundadas y sin réplica». Los autores de Report no se amilanaron y el programa, que se emitió anoche, concluía con una invitación a Berlusconi a que replicara la semana próxima. Es importante resaltar que el programa de ayer se centraba sobre todo en la difusión del conflicto de intereses como norma de gobierno incluso de los estadios más bajos de la administración. (Ayer analizaron una minucia muy significativa: el caso del Automóvil Club Italia de Milán, en cuyo Consejo de Administración se sientan el compañero de una ministra, el hijo de un ministro, además del hijo de un hombre de negocios que, a su vez, se sienta en muchos otros consejos de administración.)
La semana anterior el Director General de la RAI suspendió a otro presentador, Michele Santoro, autor del programa Annozero, durante diez días. ¿Cómo se explica tan descarada censura? Carlo Freccero, autor televisivo, actual director de RAI 4 y experto en comunicación respondía a la pregunta en una entrevista en Il Manifesto: «Las iniciativas berlusconianas no pretenden ser sólo restrictivas, sino productivas de un nuevo orden […] En la práctica se prohíbe el periodismo de investigación en favor del entretenimiento».
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