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La firma del acuerdo de paz entre Israel y Hamás ha suscitado, razonablemente, grandes esperanzas de que se pueda llegar a un «alto el fuego» definitivo. No obstante, tras dicho acuerdo se esconden nuevas formas de colonialismo y depredación/saqueo de la población palestina y los territorios ocupados. La guerra de las armas y los escombros deja así paso a una nueva guerra: la del negocio de la reconstrucción, la especulación y el beneficio para unos pocos.
Distintos estudios están sacando a la luz las financiaciones públicas y privadas a la máquina bélica israelí por parte de entidades europeas: una complicidad que resulta fundamental para que las fuerzas sionistas continúen asolando Gaza.
Traducido por Nemoniente.
Traducido por nemoniente para Rebelión
En los comentarios de la mayor parte de la prensa y en las declaraciones de los políticos y los llamados expertos, un fantasma (o más bien una pesadilla) recorre Europa. No es el fantasma del comunismo, sino más bien la pesadilla de los mercados financieros. Todos están pendientes de su respuesta, moderno oráculo capaz de […]


