El siglo XXI sigue siendo un escenario de agresión imperialista a nivel global, la grave crisis del capitalismo ha pasado de un período cíclico a un proceso más profundo. La imposibilidad de crear una salida a corto o mediano plazo ha generado una nueva fase de lucha por los mercados, el agotamiento de la reservas […]
El siglo XXI sigue siendo un escenario de agresión imperialista a nivel global, la grave crisis del capitalismo ha pasado de un período cíclico a un proceso más profundo. La imposibilidad de crear una salida a corto o mediano plazo ha generado una nueva fase de lucha por los mercados, el agotamiento de la reservas petroleras en EEUU ha generado una nueva demanda a nivel de Europa y mundial, debido al alto consumo de estas sociedades de hidrocarburos, conllevando a que en el XXII se podrían agotar las reservas a nivel planetario.
Hoy el capitalismo transita por una crisis casi terminal, por la imposibilidad de reciclar el modelo financiero, no crear desarrollo, y sus nivel de gastos están por encima de 60 por ciento de los Ingresos. Todo esto deja al desnudo una triste verdad, que la sociedad que han construido está sustentada en el consumo, en la compra de mercancías, de artículos, de una necesidad articulada en las grandes trasnacionales, donde desde niños y adultos están alineados por la compra de los productos de última generación o tecnología.
Lamentablemente el modelo promocionado por Estados Unidos ha desvirtuado el equilibrio entre las verdaderas necesidades de los seres humanos, como son la alimentación, la salud, el trabajo y la vivienda, llevando a priorizar la compra de vehículos automotores, el uso de tarjetas de crédito, el uso de equipos eléctricos de manera masiva en cada casa, la necesidad de renovar cada año los equipamientos, la misma ostentación y competencia, que han llevado a los seres humanos a adquirir sin necesidad objetos suntuarios.
EEUU y Europa optan por la agresión militar para mantener esta sociedad
En nombre de un modelo democrático occidental, la política de George Bush y Barak Obama, ha transformado al mundo en sus colonias de ultramar al mejor estilo del colonialismo del siglo XV al XVII. Hoy cualquier nación que intente un modelo de desarrollo independiente puede ser sumada a las famosas listas negras de enemigos de EEUU. La aplicación de su modelo económico a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco del Tesoro de EEUU, actúan con patente de Corso (Piratas), para aplicar paquetes económicos, embargos de reservas internacionales, hasta usar la guerra para garantizar la hegemonía de una democracia imperialista.
La inoperancia o sumisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha dejado las manos libres al imperialismo estadounidense para librar guerras en Medio Oriente (Irak), en Asia (Afganistán), en África (Libia), donde en nombre de su modelo de «democracia» se han asesinado a millones de seres humanos. Sólo en Libia, donde se habían denunciado un centenar de muertos por Gadafi, se asesinaron más de 20 mil civiles libios. La pregunta es: ¿la invasión había sido concebida para salvar vidas humanas?. La realidad era salvar a los soldados de la OTAN y EEUU, para que los mercenarios y el pueblo de Libia pusieran los muertos. Hoy las amenazas se centran en Siria e Irán, posteriormente en Corea de Norte, además también con una nueva mentira, se trata de vincular a Venezuela con el terrorismo y atentados a nivel internacional.
En el marco de crisis y guerra, América Latina avanza en la integración
Mientras el mundo se debate entre la crisis de los países industrializados y en las campañas de amenazas y guerra, nuestro continente festejó el Bicentenario (200) años de su independencia. Hoy el sueño del Libertador Simón Bolívar de una América Latina unida, será materializado en la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Finalizada la cumbre para la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), han sido diversos los logros alcanzados y las metas propuestas. Allí se aprobó por unanimidad la Declaración de Caracas y el Plan de Acción de Caracas, además de su Manual de Procedimientos. En relación a esta último, la fórmula para la toma de decisiones, que por ahora se mantendrá por consenso y será objeto de mayor debate entre los países. La integración sin tutelajes desde el Norte y en la diversidad fue uno de los principales puntos en los cuales coincidieron los mandatarios. Sobre esta declaración, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, expresó que una de las grandezas que tiene la CELAC es que a pesar de las diferencias, «aquí estamos para debatir y para perfilar el rumbo de la integración verdadera y solucionar nuestros graves problemas».
Tal vez sería muy prematuro hacer un balance de este mecanismo de integración, muchos opositores han desestimado esta nueva instancia continental, han tratado de compararlas con otras experiencias como el SELA, o la Comunidad Andina, hasta han tratado de mostrar que desparecerá. EEUU ni ha difundido, ni sus medios han declarado al respecto, intentando tratar de obviarlo.
Pero son incapaces de comprender el proceso que surgió en el Grupo de Río, en la creación de UNASUR, y las instancias preliminares a la CELAC. Tampoco comprenden los cambios acaecidos en nuestro continente, donde muchos países optan por un camino de desarrollo social. Hasta los gobiernos de derecha no ven una salida fuera del contexto de la integración, los intercambios económicos y la multilateralidad. Es la única alternativa para nuestros pueblos.
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