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Entrevista al sociólogo francés a propósito de su libro "La nueva razón del mundo"

Christian Laval: «Esta política de austeridad conduce a la autodestrucción de Europa»

Fuentes: elcultural.es

Christian Laval está en Madrid estos días para presentar su ensayo La nueva razón del mundo, ensayo sobre la sociedad neoliberal (Gedisa), un estudio genealógico sobre el neoliberalismo y que ha escrito conjuntamente con el filósofo Pierre Dardot. El ensayo denuncia el sistema neoliberal, a través de un lúcido análisis histórico que se acerca a […]

Christian Laval está en Madrid estos días para presentar su ensayo La nueva razón del mundo, ensayo sobre la sociedad neoliberal (Gedisa), un estudio genealógico sobre el neoliberalismo y que ha escrito conjuntamente con el filósofo Pierre Dardot. El ensayo denuncia el sistema neoliberal, a través de un lúcido análisis histórico que se acerca a las circunstancias políticas y económicas para desentrañar la crisis económica que vive Europa. Esta tarde lo presenta en El Círculo de Bellas Artes, acompañado de Jorge Alemán, Germán Cano y Carlos Fernández Liria.

Pregunta.- En su ensayo explica que el neoliberalismo no es ni un retorno al liberalismo clásico, ni al capitalismo «puro». ¿Cómo definiría el neoliberalismo hoy en día?
Respuesta.- El neoliberalismo se define generalmente como una ideología fanática del mercado o como una política económica. En este libro, Pierre Dardot y yo mismo queremos demostrar que el neoliberalismo es mucho mas que eso. Es un proyecto de construcción de una sociedad en la que un sistema de normas gobierna a las instituciones, formadas por la competitividad generalizada de todos los individuos entre sí. Estas normas imponen un modelo único a la acción pública, a la acción social y a la acción de los individuos, y este modelo único se llama la empresa.

P.- ¿Cuáles son las razones que les han conducido a escribir este libro?
R.- Son varias. La primera es la insuficiencia de análisis hechos sobre el neoliberalismo y el capitalismo contemporáneo. La mayor parte del tiempo el neoliberalismo se analizaba como un retorno al liberalismo antiguo. No se hacía ningún esfuerzo para tratar de analizar las novedades del neoliberalismo, el «neo» de neoliberalismo. Lo que conducía irremediablemente a un error de diagnóstico, ya que no se veía más que el carácter destructor del neoliberalismo, la desregulación, la privatización, sin ver el proyecto constructivo de un nuevo mundo, lo que llamaríamos la nueva razón del mundo. La segunda razón es la publicación, al principio del 2000, del ensayo de Michel Foucault Naissance de la biopolique, que recogían las ideas de unas clases que había dado en el Collège de France en 1978. Ese libro fue para nosotros una verdadera revelación ya que Foucault, hace treinta años, había dado otras definiciones del neoliberalismo, sobre las cuales pudimos apoyarnos.

P.- ¿Piensa que para mejor entender la filosofía neoliberal deberíamos volver hacia atrás, y si ese es el caso, a qué momentos históricos?
R.- Sí, la pregunta es muy pertinente y es exactamente lo que hemos tenido que hacer. Hay un desconocimiento generalizado sobre la historia del neoliberalismo. La crisis que estamos viviendo tiene que ver, primero, con la crisis de los años 30. Un cierto numero de escritores, de economistas, de filósofo, intentaron dar una nueva estructura al liberalismo a través de varios coloquios como el de Walter Lippmann, que tuvo lugar en París en 1938. Fue a partir de ese momento que aparece la idea según la cual el liberalismo debía ser «constructivo», pasar por una intervención activa del Estado para crear y mantener lo que se llamó el orden de la competitividad. En ese momento nace la corriente ordoliberal alrededor de Walter Eucken, un teórico economista alemán fundador de la Escuela de Friburgo. El segundo momento muy importante que tuvimos que analizar fue el comienzo de la construcción de Europa y su filosofía. Cuando escribíamos el libro, nos dimos cuenta que había una filosofía neoliberal propiamente europea y no americana, que se manifiesta hoy en día de forma evidente a través de los pactos monetarios impuestos en marzo 2012. Es una historia compleja, que nos remite a un tercer momento histórico importante, y que no se resume a un complot de las clases dirigentes. Tampoco es la aplicación de una doctrina. Lo que llamaríamos la «racionalidad neoliberal» se constituyó, poco a poco, a raíz de los eventos y en respuesta a una disfuncionalidad del capitalismo y de las formas de poder, de los compromisos sociales de los años 60 y 70. En resumen, el neoliberalismo se impuso como respuesta a una crisis existente. Los años 70 son decisivos, el neoliberalismo se asienta tras las elecciones de Reagan, de Thatcher, hubo una conjunción de eventos políticos que condujeron a una definición de norma mundial que fue la competencia generalizada.

P.- ¿Podríamos considerar la crisis de los años 30 se parece a la que vive Europa hoy en día?
R.- Las cosas son diferentes. El capitalismo está en crisis pero esta crisis le dura desde el comienzo del siglo XIX. Su naturaleza, como lo demostró Marx, hace que entre en crisis periódicamente, aunque esto dependa de las formas de poder. Hoy en día vivimos algo nuevo. Por un lado, el capitalismo financiero ha engendrado unas burbujas que han estallado y continúan estallando. Por otro, la arquitectura de lo que llamamos el gobierno mundial y europeo ha entrado en descomposición. Hay una crisis específica de las bases de Europa, de sus fundaciones que son ordo-liberales. Fundadas sobre la idea de que las economías de los diferentes países debían obedecer a ciertas reglas (de competencia, de estabilidad monetaria, etc.) independientemente de la naturaleza del problema y del país. Esta especie de cárcel no puede más que estallar, dado los diferentes problemas de los diferentes países europeos. Se trata de la crisis de la gobernabilidad neoliberal europea.

P.- ¿Qué están haciendo los gobiernos para salir de la crisis?
R.- Los gobiernos están aplicando las mismas medidas que a lo largo de la historia han conducido al fracaso. Se piensa erróneamente que la única manera de salir de la crisis europea es volver a las medidas que fracasaron en las crisis anteriores: que la competencia sea aún más fuerte a través de reformas estructurales, del endurecimiento de las disciplinas monetarias y las coacciones presupuestarias. Y además se sirven de los mercados financieros como instrumentos de sanción de la manera más deliberada posible. Esto ha ido en contra de la solidaridad entre los individuos, entre las regiones, del compromiso social y de la protección de los derechos.

P.- ¿Piensa que una de las consecuencias serían entonces los movimientos de independencia que vive Europa hoy en día, en particular España?
R.- Si el principio general de coordinación en Europa es la competencia, esto significa que se espera competencia entre los países, entre las regiones de estos países, para una salida de la crisis. La filosofía dominante en Europa consiste en presionar de tal manera la competitividad en todos los sectores que hemos llegado a una bajada de los salarios en general mientras los precios se han mantenido. Esto disminuye el poder de venta y hunde todas las economías europeas. Lo que mostramos en el ensayo es que esta política de austeridad no se ha inventado estos últimos meses y que ya hemos visto en varias ocasiones que conduce a la catástrofe y a la autodestrucción de Europa.

P.- El último capítulo del libro se refiere al individuo construido en una sociedad neoliberal. Usted habla de un animal productivo y consumidor, de un «hombre-empresa». ¿A qué se refiere?
R.- El libro no es un libro de economía aunque muestre que la economía es un medio político que conduce a las sociedades y a los individuos. El neoliberalismo sistematiza lo que ya se inventó a principio del siglo XIX. Es un proyecto de sociedad que consiste en adaptar a los individuos al mercado, es decir, a la competitividad permanente. Cuando el mercado del trabajo se liberaliza, por ejemplo, fuerza al individuo a convertirse en rival de los demás y se convierte en capital. Como un valor que debe ir creciendo de forma ilimitada. Esa es su finalidad. Estas estrategias neoliberales nos cambian nuestro contacto con la vida. Todo se convierte en capital. Este sistema de normas sobrepasa el marco económico y contagia todos los terrenos de la existencia. El punto de unidad es el propio sujeto, que no importa en qué terreno se encuentre, su finalidad deberá ser siempre el enriquecimiento. Esto es una nueva forma de «subjetivación», término de Foucault, una nueva manera para el individuo de concebirse a sí mismo, que le obliga a sobrepasarse continuamente, como un deportista de alto nivel.

P.- ¿Qué vendría entonces después del neoliberalismo?
R.- La verdad es que ya estamos asistiendo a una construcción alternativa y que nace de todos aquellos que se han visto excluidos de esta sociedad neoliberal. Pierre Dardot y yo mismo trabajamos en ello, mantenemos un seminario abierto sobre estas nuevas fórmulas de sociedad que están apareciendo por todo Europa y que llamamos «lo común». Es una forma de racionalidad alternativa a la del mercado. «Lo común» es un conjunto de prácticas que, contrariamente al neoliberalismo, pretenden la «puesta en común» de las competencias, de los conocimientos, del trabajo y que suponen la creación de nuevas instituciones.

Fuente: http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/4481/Christian_Laval-_Esta_politica_de_austeridad_conduce_a_la_autodestruccion_de_Europa