La Comisión Europea mantiene una política de silencio sobre el salario exacto de los comisarios, a pesar de que se trata de un cargo de responsabilidad política financiado por los ciudadanos. Pese a las reiteradas preguntas de los medios de comunicación, el portavoz comunitario de Relaciones Institucionales y Administración, Antony Gravili, ha vuelto a negarse […]
La Comisión Europea mantiene una política de silencio sobre el salario exacto de los comisarios, a pesar de que se trata de un cargo de responsabilidad política financiado por los ciudadanos.
Pese a las reiteradas preguntas de los medios de comunicación, el portavoz comunitario de Relaciones Institucionales y Administración, Antony Gravili, ha vuelto a negarse en la conferencia de prensa diaria en Bruselas a facilitar el salario neto de cualquier comisario o de cualquier categoría de funcionario europeo. Esta vez lo que más ha sorprendido ha sido el argumento utilizado: «por dignidad humana».
El Ejecutivo comunitario solo facilita unos datos generales sobre los salarios básicos de los comisarios a fecha de 1 de julio del 2010, sin incluir las sucesivas actualizaciones que se han producido en los últimos años, más los complementos salariales previstos, también sin actualizar. Pero no indica cuáles son los porcentajes precisos de impuestos que se aplican a esos comisarios. La misma regla se aplica para los altos funcionarios o los eurofuncionarios: unas tablas complejas, difíciles de manejar, y sin detalles precisos.
El salario bruto del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, a partir de los datos facilitados por la propia institución, asciende como mínimo a más de 30.500 euros mensuales, sin incluir las actualizaciones, ni complementos por hijos. En el caso de un vicepresidente del Ejecutivo comunitario, el salario bruto supera los 27.300 euros mensuales, y en el caso de los comisarios, más de 24.374 euros mensuales.
La Comisión Europea, sin facilitar datos precisos, ha afirmado que «no son exactas» las informaciones publicadas en la prensa alemana y holandesa, en las que se afirma que hay 3.000 funcionarios comunitarios que ganan más que el primer ministro holandés, Mark Rutte, y unos 4.365 que tienen un salario más elevado que el de la canciller alemana, Angela Merkel.