La bestia apodan al tren mejicano sobre el que suben los emigrantes indocumentados centroamericanos para apresurar su llegada al norte. La semana pasada se descarriló aplastando a más de 10, la mayoría hondureños. El último censo estadounidense registró casi cuatro millones de centroamericanos(1), aunque la cifra real es superior. No todos logran quedarse: los deportados […]
La bestia apodan al tren mejicano sobre el que suben los emigrantes indocumentados centroamericanos para apresurar su llegada al norte. La semana pasada se descarriló aplastando a más de 10, la mayoría hondureños.
El último censo estadounidense registró casi cuatro millones de centroamericanos(1), aunque la cifra real es superior. No todos logran quedarse: los deportados crecieron exponencialmente entre 2000-2010(2) y, a pesar de ello, el porcentaje de las remesas sobre el PIB creció significativamente en cada país.(3)
Sólo por trasladarse a Norteamérica los emigrantes centroamericanos mejoran varios indicadores, como el índice de pobreza y la concentración del ingreso, la paridad del poder adquisitivo, el acceso a secundaria completa, la mortalidad materna, mortalidad de menores de 5 años y esperanza de vida al nacer(4). Sin embargo, lo que los indicadores no reflejan son las incertidumbres que los indocumentados padecen, las condiciones de hacinamiento, la trata de mujeres y niños y otras angustias.
Si Latinoamérica tiene el promedio de desigualdad y pobreza más alto del mundo, Centroamérica es su subregión en el extremo más alto(5). Aunque ello no justifique, sí explica parcialmente que su triángulo norte tenga las tasas de violencia más altas del mundo(6). Pareciera que a la población no va quedando más opciones de sobrevivencia que delinquir o emigrar.
A pesar de ello, aún queden quienes tratan de sobrevivir honradamente en sociedades que les niegan oportunidades, haciéndola de payaso o vendiendo agua o maní en las esquinas. ¿Hasta cuándo?
¿Y las capas medias? ¿Cómo es posible que inviertan tanto en la educación de sus hijos, para que estos -una vez con diploma en mano-, no encuentren trabajo digno pues los puestos se consiguen por conecte o militancia, y no por mérito? Es otro grupo que también opta por emigrar.
Y qué decir de los micro, pequeños, medianos e incluso grandes empresarios, que se estrellan contra una elite que aprovecha la debilidad institucional para aplastarles en una región donde la ley es dúctil para el fuerte, y los poderes del Estado tienen vasos comunicantes. ¿Es eso realmente capitalismo?
¿Cómo puede la elite no entender que pobreza y desigualdad son trampas que no convienen ni a ella misma, pues limita los consumidores para los productos o servicios que ofrecen sus empresas? ¿O no le importa pues ya invirtieron en otra parte del planeta, y si estos países estallaran se van tranquilamente al exterior?
Transformación por elecciones no es posible actualmente pues ningún partido ofrece planteamientos concretos, y por la falta de ética. El partido en el poder podrá cambiar a un signo político radicalmente diferente, pero el resultado es el mismo: en la práctica no es más que un cambio de elite que se aprovecha del Estado.
La viuda de Félix Ponce, uno de los fallecidos en el descarrilamiento del tren, no quería que emigrara por temor que lo regresaran, y constata: «me lo deportaron en cajón». A pesar del riesgo él decidió irse ante la pobreza en que viven, «para sacar adelante a sus hijas».(7)
¿Será la Bestia el tren que mutila y asesina centroamericanos a su paso por México, o será más bien esta estructura anacrónica que niega todo tipo de oportunidad a quienes batallan por obtenerlas honradamente?
Notas
( 1) U.S. Census Bureau, http://factfinder2.census.gov/
(2) U. S. Department of Homeland Security (2010), Yearbook of Immigration Statistics, http://1.usa.gov/rk4SOy.
(3) Estado de la Región (2011), Estado de la Región en Desarrollo Humano Sostenible, http://www.estadonacion.or.cr/
(4) Sermeño Lima, José Arnoldo (2012), Los Centroamericanos en Estados Unidos en Revista Población y Desarrollo, Vol. 8, http://www.lamjol.info/index. p
(5) Interamerican Dialogue (2009), Pobreza y Desigualdad en América Latina, http://www.thedialogue.org/ Pub
(6) OMS, Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud, http://www1.paho.org/Spanish/ A
(7) «Desconsolada esposa: ´Me lo deportaron muerto´ «, La Tribuna, http://www.lamjol.info/index. p
Fuente original: http://www.contrapunto.com.sv/columnistas/la-bestia