Es publicidad político-económica. Ha aparecido en algunos diarios europeos (yo la tomo del global-imperial) el jueves 17 de abril. Fechada ese mismo día, en París. Unos breves datos relacionados con el firmante. Fundado hace 25 años, el fondo Carmignac gestiona 53 mil millones de euros, más del 5% del PIB de España. Sus fondos propios […]
Es publicidad político-económica. Ha aparecido en algunos diarios europeos (yo la tomo del global-imperial) el jueves 17 de abril. Fechada ese mismo día, en París.
Unos breves datos relacionados con el firmante. Fundado hace 25 años, el fondo Carmignac gestiona 53 mil millones de euros, más del 5% del PIB de España. Sus fondos propios suman unos 1.240 millones de euros. Su presidente es Edouard Carmignac [EC], probablemente el fundador del fondo y uno de los principales accionistas.
La carta (escrita por quien haya sido escrita pero por él firmada) apunta en la siguiente dirección:
Estimado señor Draghi, encabeza EC. Han sido dos las ocasiones en las que me he permitido felicitarle por la ejemplaridad de su trayectoria durante el primer año de su mandato. Por si hubiera duda de su elogio. «Hoy, tan solo dos años y medio después de su toma de posesión, ha convertido al BCE en la piedra angular de la construcción europea tras haber logrado evitar una implosión de la zona euro y restaurar el acceso a los mercados para los países más frágiles». ¡BCE como piedra angular de la «construcción» europea!
Se remite a continuación a «los hechos». ¿A qué hechos? A la disminución de los tipos en los bonos del Tesoro emitidos por Italia y España. Y lo que es mejor, añade, «dado que su apoyo a estos Estados estuvo condicionado a la adopción de pactos presupuestario de buena conducta (es decir: recortes, hachazos, barbarie social, etc), estos resultados se han logrado con una participación mínima del BCE, gracias a que la renovada confianza de los inversores ha posibilitado que los mercados desempeñaran su papel».
Más allá del lenguaje económico-teológico en torno al Dios-mercado y a los agentes celestiales llamados por él inversores, está claro el apoyo de don EC a la política antiobrera de destrucción de las conquistas sociales y obreras por parte del BCE y su comandante antidemocrático en jefe. Digamos que son uno y lo mismo, o cuanto menos son de los suyos.
Los resultados son espectaculares remarca EC. Pero, siempre hay un pero, ¿son plenamente satisfactorios? No. ¿Por qué? ¿Por el paro (¡7 comunidades españolas entre los 10 territorios europeos con más desempleo!), por las desigualdades sociales y territoriales, por la pobreza infantil, por la destrucción de la sanidad y educación públicas,…? No, nada de eso, eso no cuenta en las cuentas. Por un crecimiento inferior al 1% y una tasa de inflación, éste es el punto remarcado, apenas por encima de 0. ¡La deflación, estúpidos, la deflación y la competitividad! De nuevo este año, prosigue EC, «experimentarán un aumento del peso de su deuda pública y la carga de intereses sobre la misma seguirá siendo notablemente superior a su crecimiento nominal». Sabe de qué va la historia.
EC recuerda el deber de Draghi de «medir el efecto recesivo del saneamiento de sus finanzas públicas y de la adopción de reformas estructurales». Por tanto, señala Carmignac, le compete imperativamente compensar dicho peso «con una política monetaria decididamente acomodaticia a debilitar el euro y posibilitar que las empresas europeas recuperen sus márgenes de competitividad y situar la inflación en niveles a cercanos al 2%»
Sugerencias explicitadas: 1) Política de tipos cero. Reducción simbólica del 0,25% del tipo de referencia. 2. Programa mensual de compra de bonos de Tesoro: 50 mil millones de euros a repartir según el peso económico de los Estados miembros. 3. Advertencia: resultaría fundamental que las intervenciones no produjeran un efecto de esterilización.
La despedida no tiene desperdicio, se atreve incluso con Maquiavelo al que hace transformarse (¡como Super Mario! ¡La estupidez es ofensiva!) en un banquero codicioso sin escrúpulos: «Es necesario consolidar el aumento de la confianza en la construcción europea que usted ha logrado impulsar. Maquiavelo debe hoy transformarse en Súper Mario, un papel también muy relevante, puesto se trata de evitar que la deflación obstruya la compleja fontanería de la economía europea».
¿Está claro lo que preocupa a nuestras élites, a nuestras clases dominantes e incluso hegemónicas? ¿El desempleo, las desigualdades, la pobreza? No, de eso nada. La deflación, la competitividad y el crecimiento. Los negocios y beneficios. Como siempre.
¿Está claro quien manda, quién puede dar consejos en esta Europa neoliberal? No hay dudas.
¿Es o no es independiente el BCE? ¿De quién? De los ciudadanos. ¿De los grandes poderes? Por favor, ¡no más cuentos!
Salvador López Arnal es nieto del obrero cenetista asesinado en el Camp de Bota de Barcelona en mayo de 1939 -delito: «rebelión»- José Arnal Cerezuela.
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