El plan original de la OTAN (Washington) para debilitar a Rusia antes de atacarla para robarle sus recursos se basaba en una ideología equivocada típica del liberalismo.
Asumía que la empresa privada cuyo objetivo es el lucro era más eficiente para producir el armamento. En la OTAN creen tener el armamento más adelantado y eficaz. Por ello creían que bastaba con equipar con armamento de la OTAN a un ejército ucraniano de 200.000 hombres, algo que hicieron entre el golpe de Estado de 2014 y el rechazo de los acuerdos de Minsk.
Luego provocaron la intervención militar de Rusia para liberar a la población ucraniana de cultura rusa de una limpieza étnica emprendida por el Gobierno instalado por la Administración nazi que Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado norteamericana, instaló en Kiev con orden de acosar a los ucranianos de cultura rusa, algo como repetir el genocidio cometido por Estados Unidos en Filipinas con los filipinos de cultura española. Obligar a Rusia a que interviniese en Ucrania para acusarla de invasión y tener un pretexto para alimentar una larga guerra que la desgastara en lo económico y en lo militar, se quería repetir con Rusia lo que ocurrió con la Unión Soviética prolongando su intervención en Afganistán.
Esa percepción de la realidad está equivocada Los gobiernos con funcionarios formados bajo regímenes comunistas tienen otra mentalidad en materia de industria para la defensa y el armamento. Creen que la planificación y empresas del Estado cuyo mérito no son ganancias, sino producir por patriotismo a mucho menor costo armamentos con tecnologías de punta.
Por esa razón tanto Rusia como China o Irán han aventajado a la OTAN en la velocidad, alcance y novedad de su armamento misilístico y el uso de versátiles drones.
Esa estrategia tenía un error básico, porque en Moscú no están pensando en ocupar toda Ucrania y solo pretenden liberar las zonas de cultura rusa que desean su integración en la Federación rusa.
Eso no deja espacio para mantener una larga resistencia alimentada desde afuera como hizo la OTAN con la Unión Soviética en Afganistán.
La integración a Rusia de esas regiones de cultura rusa sustrayéndolas a la persecución del Gobierno de nazis otanistas que Occidente y la OTAN impusieron a Ucrania con el golpe de Estado de Maidan en el 2014.Occidente se equivoca si cree que va a poder crear una resistencia en las regiones de Ucrania que sean ocupadas por Rusia.
Los ucranianos comienzan a percibir a Rusia como la libertadora de la dictadura de Zelensky, un payaso que alimenta su negocio publicitario con decenas de miles de vidas ucranianas.
Si en la OTAN creían que el costo de la intervención en Ucrania junto con las sanciones iban a arruinar a Rusia, se equivocaron mucho. Arruinar a Rusia en hombres y dinero no es posible. Por eso en Londres parece que prefieren provocar la Tercera Guerra Mundial a reconocer una victoria de Rusia en Ucrania. Eso demostraría que la OTAN no es la alianza militar más poderosa, que una Victoria de Vladimir Putin después de la humillante derrota por obra de pastores afganos le quita temor, que en el fondo es la base de la hegemonía anglosionista. Ni Washington ni Londres o Bruselas están dispuestos a tragarse esa tuna.
Hasta ahora la estrategia publicitaria de la OTAN era de negación de victoria y alimentar una esperanza de recuperación del territorio liberado por Rusia.
Una narrativa de defensa exitosa de un país supuestamente agredido y de como la gloriosa OTAN ha podido, con gran sacrificio en dinero y armamento, impedir que el “adversario” alcance sus objetivos. Tantos sacrificios de la OTAN solo han conseguido arruinar a la Unión Europea que sin gas ruso barato no es competitiva. Alemania y Estados Unidos ya entran en recesión. Mientras tanto Rusia es el único Estado europeo cuya economía crece (3,5%). Uno se pregunta qué fuman o esnifan Stoltenberg y sus asesores para cometer tantos errores y si esa es su gran afinidad con Zelensky
En el presente caso el objetivo es prolongar el conflicto el mayor tiempo posible para evitar que Rusia consiga una victoria clara. O que se haga evidente que los dirigentes de la OTAN son unos necios con sueldos suntuosos. Por ahora la máxima prioridad estratégica es seguir cobrando sus sueldos.
Como parece que ya no hay mas ejército ucraniano y Rusia tiene la superioridad la OTAN, cuyas tácticas de combate siempre han contado con el terrorismo, ahora parecen optar por el terrorismo puro y duro. Eso se deduce de lo que comentaron unos generales entre ellos y ahora confirma al Financial Times en una entrevista el jefe de Defensa del Reino Unido, almirante Sir Tony Radakin. Aumentar e intensificar los ataques contra objetivos civiles en la profundidad de Rusia. Ataques asimétricos contra infraestructura vital y áreas civiles en Rusia para infligir el mayor daño posible a la población civil rusa para que repudie a Putin. Eso ya lo ensayaron en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y los alemanes lucharon hasta el final con lo que les quedaba y no repudiaron a Hitler.
Eso no parece probable, porque como ya no existe un ejército ucraniano, una estrategia de negación, que es “un enfoque defensivo diseñado para impedir que un adversario” alcance sus objetivos.
En este caso el objetivo es prolongar el conflicto el mayor tiempo posible para evitar que Rusia consiga una victoria clara. Esa es la prioridad política por la que han muerto medio millón de soldados ucranianos. La noticia de que los están remplazando con soldados de la OTAN ya corre. Se supo de combates entre soldados regulares franceses contra soldados rusos
Continuar aumentando e intensificando los ataques asimétricos contra infraestructura vital y áreas civiles en el interior de Rusia para infligir el mayor daño posible a Rusia. Otra peligrosa equivocación que no toma en cuenta la advertencia de Putin sobre la circunstancia en que Rusia utilizará sus armas nucleares. Hace un par de días que se movilizaron los medios de ataque con armas nucleares tácticas
Esto es en esencia el Plan B que esbozan en Londres. Cualquier preocupación por el pueblo ucraniano o la viabilidad futura del Estado ucraniano no se ha tenido en cuenta en el cínico cálculo de Londres y Washington.
Lo único que importa es impedir una clara victoria rusa e infligir a Rusia el mayor dolor posible con actos de terrorismo. Ésa es la estrategia futura de la OTAN, será una estrategia insostenible y de breve duración.
No es necesario tener una bola de cristal para predecir que con ese terrorismo contra población civil o como objetivo primordial de la OTAN, tendremos pronto una guerra mundial, eso aunque la OTAN en términos prácticos finja que los ataques son obra de soldados ucranianos y use el restante territorio de Ucrania como plataforma de lanzamiento. Eso no va a disimular mucho y puede que en Moscú se decidan por la reciprocidad porque Rusia tiene una mucho mayor alcance misilístico para golpear en su casa a los señores de la guerra destruyendo sus fábricas en el Reino Unido o en Estados Unidos. A China se le puede ocurrir que tal momento sea propicio para bloquear a Taiwán, porque no parece plausible que vaya a destruirlo antes de recuperarlo. Los cambios, si el ANKUS trata de impedir o romper ese bloqueo, ya tenemos un conflicto mundial.
Esta saga de locura contagiosa no la inventé yo, la deduzco de las noticias del Financial Times y del Global Times.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.