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Laura Dogu la presidenta de Honduras para la derecha

Fuentes: Rebelión

La comparecencia de la presidenta Xiomara Castro el miércoles en Cadena Nacional de Radio y Televisión, demostró claramente la tesis que planteó desde el inicio de la crisis al denunciar el Tratado de Extradición con Estados Unidos. Todo el libreto que ha creado el Gobierno de los Estados Unidos, a través de la embajadora Laura Dogu, tiene el propósito fundamental de dar un golpe de Estado a un gobierno revolucionario. El primer paso dado por la embajadora estadounidense en esta conspiración política fue denunciar con suspicacia la reunión del ministro de Defensa de Honduras con su par Vladimir Sobrino de Venezuela, aduciendo que este era un reconocido narcotraficante.

La presidenta Iris Xiomara Castro, enterándose de la conspiración gracias a la inteligencia hondureña denunció el Tratado de Extradición y fustigó la instrumentalización de la lucha contra el narcotráfico como un arma política para desestabilizar gobiernos y limitar la autodeterminación de los pueblos.

Los cínicos de la oposición en Honduras por su parte han seguido el guion sin ninguna clase de interrupción. Estados Unidos jamás ha filtrado videos de reuniones de narcotraficantes con líderes del Partido Liberal que hoy se dan baños de santidad como Mauricio Villeda Bermúdez, Yany Rosenthal, y el golpista Roberto Micheletti ni de figuras nacionalistas como Ebal Diaz, Ricardo Álvarez, Armando Calidonio, Reynaldo Ekonomo, Ana García y Mauricio Oliva. Contra ellos están abiertos expedientes de investigación por narcotráfico en Estados Unidos que solo se moverán si ello le reditúa geopolíticamente a Estados Unidos. Entonces ¿Por qué se filtra un video contra una persona a quien presuntamente no puede acusar Estados Unidos por haber prescrito la acción penal? Ello significa que a Estados Unidos no le interesa la lucha contra el narcotráfico sino para utilizarla selectivamente como un arma para extorsionar a gobiernos, a países y a personas. Ahora con este video inútil en términos procesales tal como se ha dejado claro su pretensión es desestabilizar el Gobierno de Iris Xiomara Castro. En descargo de la presidenta, ni Carlos Zelaya era jefe de Campaña de Libre en aquel tiempo, y tampoco se ha acreditado la participación del expresidente Zelaya ni de la presidenta Iris Xiomara Castro.

No obstante, el guion que inició con una división a lo interno de las Fuerzas Armadas por intervención del Comando Sur que tiene su sede en la base militar de Palmerola, ha sido neutralizado por el nombramiento de la Abogada Rixi Moncada, una mujer con un alto perfil de dignidad y de una personalidad inclaudicable. Pese a ello el libreto ha seguido su curso.

Ahora los que le tienen más amor a Estados Unidos que a su propio país Honduras, y que se mueren por una visa estadounidense, le están pidiendo la renuncia a la presidenta Iris Xiomara Castro. ¿Por qué lo hacen? Si Jorge Calix fuera congruente con su discurso de que ser familia de un presunto narcotraficante es equivalente a serlo también, él tendría que renunciar de la candidatura del Partido Liberal, porque precisamente hoy, paradójicamente se llevaron para Estados Unidos por cargos de Narcotráfico a un primo cercano suyo llamado Mario Calix. Además, su intento fallido apoyado en su momento por los nacionalistas de ser presidente del Congreso Nacional tenía como motivación dar al traste con el Tratado de Extradición para evitar la aprehensión de su verdadero líder Juan Orlando Hernández que hoy purga una pena de 45 años en New York.

La otra persona que pide la renuncia de la presidenta Iris Xiomara Castro es Gabriela Castellanos, la directora del Consejo Nacional Anticorrupción. Sin embargo, paradójicamente, Gabriela Castellanos fue nombrada por el expresidente Juan Orlando Hernández, en ese alto puesto, por el también alto mérito de ser amiga personal de Cosette López una amiga íntima del expresidente Hernández. Si Gabriela Castellanos hubiera tenido Ética no hubiese aceptado el cargo a manos de un narcotraficante público. Si ella hubiera tenido ética hubiese denunciado a Juan Orlando Hernández en su tiempo de mayor narcoactividad cuando ocupaba el poder para exportar droga a Estados Unidos y exigido su renuncia, pero jamás lo hizo. En cambio, en contra de toda ética cuando se suscitó el juicio de Juan Orlando Hernández se le vio entre el público en los juzgados de New York mostrando mucho pesar por el destino de su protector.

Otro que hipócritamente levanta voces de honestidad es Salvador Nasralla, quien pide la renuncia de Xiomara Castro, por ser cuñada de un amigo de Narcotraficantes. Bajo esa lógica él mismo hubiese renunciado de su candidatura por el Partido Liberal porque es amigo entrañable de Yani Rosental, al que además le pidió perdón y quien le ayudó para moverse al Partido Liberal para ser candidato presidencial, después de que fue condenado en Estados Unidos por Lavado de Activos.

Dejemos por sentado que Carlos Zelaya es un amigo de narcotraficantes. Pues ni modo, él tendrá en su momento que asumir las consecuencias de sus actos, porque el derecho penal es personalísimo. Excepcionalmente, la subsidiariedad de la responsabilidad penal como si fuese un árbol genealógico solo puede extenderse criminalmente a otros familiares cuando existan pruebas que incriminen para el caso a Xiomara Castro (Su Cuñada) o José Manuel Zelaya Rosales (Su hermano) como involucrados en asuntos de tal naturaleza, y, que además, estos aprovechándose de sus cargos utilizasen el poder político para hacer posible, a través de la coordinación de sus mandos militares o policiales la exportación de droga hacia los Estados Unidos. O en su caso, nombrar amigos de los narcotraficantes para pagar favores. Sin embargo, crear redes familiares dedicadas al narcotráfico fundadas en la mera discrecionalidad o con el propósito de hacer circular una especulación, y sobre todo aprovechando el alto impacto que tienen los medios de comunicación de la derecha para estigmatizar con un discurso difuso una verdad inexistente por motivos puramente geopolíticos, es una prueba más que evidente que acredita que Estados Unidos, a través de la embajadora Laura Dogu, desestabilizadora de oficio en Iraq y Nicaragua, tiene un alto interés de darle un zarpazo constitucional a este Gobierno de la primera mujer presidenta en Honduras. Además, Libertad y Refundación es un proyecto político que nació en las calles luchando contra la injusticia antidemocrática y un imperio estadounidense que juega con las formas democráticas pero le teme al fondo de los derechos liberales, sociales, económicos y culturales, y la conducta por corroborar de una sola persona no puede minar la aspiración loable de millones de hondureños por transformar su país y hacerle frente a este imperio ubicuo que mandó hacer un bunker en Tegucigalpa que da vergüenza y dice mucho del interés que tienen de dominar la patria. La compañera Iris Xiomara Castro ha privilegiado como nuestros sueños la opción por los olvidados y la transformación social y económica de nuestro país.

Muy al contrario de los reptiles gobiernos de derecha, la presidenta Iris Xiomara Castro jamás se le ha arrodillado en ningún momento al imperio estadounidense y contra sus intereses ha abierto relaciones con China, suprimiendo las relaciones diplomáticas con la Taiwán aliada de Estados Unidos. Además, ha denunciado el tratado de Extradición como un arresto de soberanía para evitar la continua y evidente judicialización de la política. Muchos han manifestado que el video explica ahora el propósito de Xiomara Castro al denunciar el Tratado de Extradición. Pero Estados Unidos si tanto tiene interés en la lucha contra el narcotráfico tiene 60 días para llevarse a Carlos Zelaya y a liberales y nacionalistas cuyos expedientes están abiertos en Estados Unidos.

Al mismo tiempo, el Gobierno de la presidenta Iris Xiomara Castro ha realizado actos de gobierno que no gustan tanto a Estados Unidos. No ha creado ni un solo impuesto contra el pueblo. Además, a Estados Unidos le ha dolido que se hayan eliminado las Zedes o la venta de nuestro territorio a la empresa privada e internacional, que se hayan recobrado varias empresas públicas, privatizadas por el Gobierno anterior y que se hayan hecho altas inversiones sociales “en pobres a los que odian” en construcción de hospitales, reparación de centros educativos, construcción y reconstrucción de centros de recreación, subsidio a la energía eléctrica y a los combustibles, y otorgado cajas rurales, bonos tecnológicos, bonos de la tercera edad, bonos de discapacidad, miles de becas educativas en todos los niveles escolares y ampliado la red eléctrica a lugares donde no llegaba y pavimentando calles con concreto hidráulico que parará por más de 30 años la corrupción pública en contratos amañados en carreteras. A Estados Unidos y a sus adláteres provincianos los banqueros hondureños les ha dolido la cancelación de los fideicomisos que, usando agentes financieros privados, administraron como haciendas personales, durante 10 años, más de 181 mil millones de lempiras de fondos públicos, como la tasa de seguridad, Vida mejor y Tasa Vehicular del IP. Asimismo, reactivó el apoyo al sector agrícola con préstamos al más bajo interés de la historia, beneficiando a 5,744 productores de granos básicos, generando más de 343.000 empleos. Ha apoyado a 63.000 micro y pequeños productores del agro con mecanismos de alivio financiero. El subsidio a la energía, al que tanto se opuso un pequeño sector, hoy está beneficiando a más de 850,000 familias pobres. Ha apoyado a más de 300.000 familias que recibieron de manera transparente transferencias monetarias, becas para estudiantes y bonos para la tercera edad. Aprobó el decreto que crea la Comisión para la construcción del Tren Interoceánico. Restauró 65.000 hectáreas de bosque, se produjo más de 11 millones de plantas para el programa de reforestación, dio el bono tecnológico a más de 450 mil productores agrícolas que ha recibido semilla y fertilizante.

A Estados Unidos nada de esto le interesa. Ellos odian a los pobres porque lo que desean es que estos desaparezcan de la faz de la tierra y los estados soberanos sean espacios para el mercado. Sueñan con un mundo no poblada de gente sino de mercados y de unas trasnacionales acabando con el concepto de Estado Nacional.

A Estados Unidos nunca le ha importado ni la lucha contra las drogas mucho menos Honduras. Por 12 años apoyaron a la dictadura de Juan Orlando Hernández y fue cómplice de dos fraudes electorales. Alabó la política económica de ese Gobierno de privatizarlo todo, sacrificar al pueblo con impuestos para el pago de la deuda externa y de vender nuestra soberanía a través de la Zedes. Pese a saber que era un narcotraficante el Gobierno de Estados Unidos ni su embajada en Tegucigalpa jamás urdieron un golpe de Estado contra Juan Orlando Hernández. Lo que rebasó el vaso para Estados Unidos y aceleró la extradición del expresidente hondureño fue una reunión entre el presidente, en ese entonces, Juan Orlando Hernández, Maduro y Daniel Ortega enemigos de sus intereses políticos y económicos. Para aquellos que defienden la extradición ¿Les parece justo que nuestra jurisdicción penal sea cedida en términos absolutos a un gobierno extranjero que solo actuará si le conviene geopolíticamente?

Hoy el Gobierno enfrenta una conspiración nacional e internacional de la derecha. La derecha tiene toda clase de armas y apoyos; y Xiomara Castro solo tiene al pueblo y a Dios. Si esto le parece poco a la derecha, espero acepten sin lloriqueos su próxima derrota electoral porque también el golpe de Estado en curso tiene lamentablemente para sus rapaces ambiciones piernas de hielo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.