Recomiendo:
2

Aportes para el balance de la situación del Perú

Fuentes: Rebelión

I

A un año del inicio de la «dictadura» de Dina Boluarte, es necesario
resaltar algunas consideraciones que marcaron el comienzo del rescate
por parte de la ultraderecha a favor del modelo neoliberal respaldado
por la Constitución de 1993, construida a imagen y semejanza del
fujimorismo. La corrupción está institucionalizada y es defendida por
diversos sectores que hoy controlan el poder ejecutivo, legislativo y
judicial, acorralando al campo popular. Este sector fue traicionado por
la llamada «izquierda institucional», que, en alianzas con la
ultraderecha fascista, es culpable del retroceso en la construcción del
poder popular en el Perú.

II

El problema en el Perú radica en la existencia de una derecha que se ha
consolidado desde los años noventa, personificada actualmente en el
fujimorismo, una posición que, en estas últimas dos décadas, no busca
controlar el Estado para construir un país capitalista-neoliberal ni
mucho menos uno desarrollado para enfrentar un mundo globalizado. Su
objetivo es apropiarse del Estado, y su única plataforma desde el año
2000 en adelante ha sido liberar al padre fujimorista y dignificarlo
como un mandatario triunfador. Es por eso que la hija, Keiko, junto con
Montesinos y altos mandos militares, continúan movilizando todos sus
vínculos que aún manejan desde las sombras para oponerse a cualquier
propuesta o sector que busque un cambio, una nueva constitución y una
transformación del Estado.

La corrupción es un factor relevante en la vida política de la
ultraderecha liderada por los fujimoristas, y se dedican a defenderla a
capa y espada. No es casualidad que los últimos seis mandatarios estén
vinculados e investigados por sobornos, lavado de activos, entre otros
delitos, que no solo están presentes en el poder actual, sino que
también alcanzan a diversas instituciones del Estado. Según la
Procuraduría Anticorrupción, existen más de 5,860 casos de corrupción, y
en todo el país hay más de 52,000 casos por parte de funcionarios. Según
datos de la Contraloría General en el año 2022, Perú perdió más de 6,500
millones de dólares debido a la corrupción de las autoridades.

La izquierda tradicional, institucional y la izquierda parlamentaria han
abandonado cualquier intento de cambio al integrarse en el sistema y
distanciarse del campo popular. En las protestas del sur y centro del
país, ninguno de estos sectores se ha vinculado a las marchas; por el
contrario, se han dedicado a negociar y desviar los objetivos que tenía
el campo popular para sus fines electorales, autodenominados defensores
del pueblo han optado por seguir y defender el lenguaje de la
ultraderecha, utilizándolo para deslegitimar a los manifestantes,
llegando incluso a mencionar que detrás de las protestas del sur se
encuentran terroristas y senderistas. En sus documentos de análisis,
acusan a las organizaciones naturales del pueblo de algo que no son.

III

La investigación iniciada por los fiscales anticorrupción en contra de
la fiscal general de Perú, la máxima representante del Ministerio
Público, Patricia Benavides, y sus asesores por presuntamente integrar
una organización criminal que buscaba favorecer ilícitamente en
decisiones congresales, es un ejemplo de cómo se maneja el poder y de
cómo se pueden solucionar dichos actos contraatacando con una denuncia
constitucional por homicidio calificado contra la «pseudo» presidenta
Dina Boluarte. Los medios de comunicación juegan un papel importante en
el poder y su función es generar o crear una imagen del país y de los
actores que no corresponde a la realidad.

La política no es sinónimo de corrupción. En estas últimas décadas, se
ha profundizado esa forma de hacer política. La derecha bruta y achorada
ha institucionalizado esa manera de llevar a cabo la política y de
saquear al Estado, utilizando el amiguismo, compadrazgo y favoritismo
hacia familiares o amigos para obtener beneficios.

Es necesario la reconstrucción de una nueva izquierda revolucionaria que
persista en su lucha por construir una nueva sociedad más justa y en
paz. En esta coyuntura, es importante que esté más cerca del pueblo y,
si es posible, que lidere las luchas para que todos los políticos
corruptos se vayan.

Blog del autor: http://lacacta.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.