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Es hora de dejar paso a nuevas generaciones, al nuevo pensamiento crítico. El foro -virtual o presencial- debiera ser el hogar de nuestros movimientos, nuestros jóvenes, nuestras mujeres, de aquellos que todavía juegan a diario su vida por un nuevo mundo para todos.
Otro mundo es posible: ese fue el disparador que enamoró a quienes luchaban en contra de la injusticia y la destrucción del planeta, pero obviamente lo que se intentaba era evitar este mundo de la financiarización y el despojo mundial. El Foro Social Mundial (FSM) pasó a ser desde 2001 y por varios años un punto de encuentro de los movimientos sociales contrarios a la globalización neoliberal y se constituyó en voz alternativa a las directrices del Foro Económico Mundial de Davos.
La crisis humanitaria no es sólo la pandemia del covid-19. Está en la mayoría de nuestros países donde el hambre, la pobreza, la desigualdad, la miseria, la desocupación, el desempleo conviven con la evasión de impuestos, la fuga de capitales, la explotación de las riquezas naturales por empresas trasnacionales contra la naturaleza y la soberanía.
El estallido social –contra el gobierno neoliberal de Mauricio Macri- en la Argentina fue interrumpido por el triunfo del Frente de Todos en las elecciones primarias del 11 de agosto. Está suspendido, porque sus causas siguen vigentes.
En tiempos de pandemia aumentó el consumo de noticias, sobre todo de la TV. Las personas confían más en los medios y su cobertura sobre Covid-19 que en los políticos. El gran riesgo es que cualquier falsedad que gane fuerza puede anular la importancia de un conjunto de hechos verdaderos.
El Reino Unido es una fuente de canalladas. Esto de la piratería no es nuevo, recordemos que aún retienen varias colonias en nuestra región: Anguilas, Bermudas, Islas Caimán, Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur, Islas Malvinas, Islas Pitcairn, Islas Turcos y Caicos, Islas Vírgenes Británicas, Territorio Antártico Británico.
Pese a lo que se dice y escribe, la situación económica de la Argentina es grave, y para peor en plena pandemia del covid-19. La crisis que se avecina será peor que la de 2001, que terminó con el estallido del “que se vayan todos” logrando, al menos, que el presidente Fernando de la Rúa huyera en un helicóptero.
Dejamos la cuarentena y entramos en sesentena primero y ya en cientena, con la pregunta del millón dando vueltas: ¿Qué pasará en la pospandemia? Esta cientena nos tiene a mal traer. Uno que se sentía seguro con su trabajo, sabe hoy que puede volverse desocupado en un abrir y cerrar de ojos, si es que ya no lo está y ni siquiera se enteró.
Entre las muchas cosas de las que nos ha privado la pandemia del covid-19, está el abrazo. El miedo, el terror al contagio nos aparta. Nos impide esa muestra de cariño, de amor, de compañerismo, de saludo, de solidaridad.