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El Gobierno ha desatado una furiosa persecución contra dirigentes de organizaciones sociales después de una infame campaña propagandística en la que se estigmatizaba los bloqueos de caminos, criminalizándolos.
Una de las distorsiones que la derecha y su expresión social más representativa, los pititas, han difundido con su característico odio racista por todo el país es que Evo es un «angurriento de poder».
Jeannine Añez, como es sabido, ha publicado su versión de lo ocurrido el 2019, bajo el título “Jeannine, de puño y letra”, pretendiendo remarcar que ahí está su verdad.
Una vez más la derecha en el país pretende insultar el sentido común de nuestro pueblo.
Realmente tiene mucho descaro la derecha en este país para hablar de persecución política. Su pose de defensores de la democracia y de los derechos humanos no es auténtica, es fingida, es falsa.