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Muchos se preguntan si el 29 de setiembre la jefa de Gobierno podrá sacar adelante, con la mayoría de 19 escaños de la que dispone su coalición entre democristianos y liberales, la ampliación de la contribución alemana al Fondo de Rescate a Grecia o si, finalmente, precisará del apoyo de SPD y los Verdes. Ambas formaciones avalan la apuesta de Merkel en su apuesta por salvar a cualquier precio el euro por el bien de la nación exportadora alemana.
Las urnas les están dando un varapalo tras otro a Angela Merkel y su coalición gubernamental. El domingo volvieron a ser castigados, esta vez en Mecklemburgo-Antepomerania, feudo de la jefa del Gobierno, donde obtuvieron su peor resultado desde la reunificación, hace 20 años. Los partidos del Gobierno de la canciller Merkel, CDU y FDP, han sufrido otro fuerte revés en las elecciones de Mecklenburgo dos semanas antes de los comicios de Berlín. Socialdemócratas y Verdes ganan más terreno mientras el Linke se estanca y los neonazis consolidan su posición en la región rural donde han alcanzado al 33% de los votos.
El Muro de Berlín es hoy en día un punto de atracción para turistas. Sigue siendo el símbolo de la Guerra Fría que durante 45 años dividió a Europa en un bloque socialista y otro capitalista. Para unos era el «Muro de la Vergüenza», para otros una «valla antifascista protectora». Su historia es más compleja, su presente también.
La orientación de la política hacia Europa frente a la grave crisis financiera y la indefinición de posturas en el entorno internacional han suscitado las críticas hacia el Ejecutivo de Angela Merkel entre el resto de socios de la UE y varios ex políticos alemanes. Merkel y su Ejecutivo se han limitado a administrar la situación actual, sin disponer de una visión de cómo ha de ser la UE después de la actual crisis
Preocupado por el auge antinuclear, el Gobierno alemán da un giro a su política energética y planea apagar todas las centrales atómicas para 2022, dejando tres en reserva. Verdes, Die Linke y ecologistas rechazan el plan, mientras que el SPD lo considera viable.
La «cepa asesina» ha causado -hasta ayer- diez muertos y la enfermedad de decenas de personas en alemania, en una epidemia alimentaria jamás conocida en el país. Pepinos, lechugas y tomates se han visto afectados por el virus, del que, a dos semanas de su expansión, aún no se conoce su verdadero origen; hay quienes hablan de una acción premeditada.
El optimismo del SPD respecto a la posibilidad de liderar el primer Gobierno post-Merkel es un tanto prematuro, porque el único partido que supera a todos los demás, por contar con mayor credibilidad entre los electores, es el de los Verdes.
Por primera vez, un político verde es el nuevo ministro presidente de un land alemán, el feudo de la industria automovilística, un hecho histórico que puede anunciar la llegada de los ecologistas al Ejecutivo de Berlín, aunque no faltan los obstáculos en ese camino.
Pese a las voces que demandan su dimisión en el Gobierno, el ministro liberal mantiene el pulso, apoyado por Angela Merkel. Pero la creciente falta de credibilidad del FDP amenaza también a la vicecanciller. Acuciado por las críticas, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, anunció el domingo que no se presentará a la […]
Los Verdes gobernarán por primera vez un estado federal alemán. Y lo harán además en Baden-Württemberg, el land que el formación democristiana de la CDU ha gobernado desde hace 58 años. Las elecciones han supuesto una debacle para el partido de la canciller Angela Merkel, que no ha convencido a sus seguidores del cambio en la política exterior o sobre la energía nuclear, ni a los contrarios a este energía sobre su credibilidad a este respecto.