Julia Cámara

Artículos

Se dice, y es verdad, que la crisis sanitaria, económica y social provocada por la pandemia de la covid-19 lo ha cambiado todo. Tanto que durante un tiempo fue posible dudar de si iba a ser también el punto y final de lo que conocemos como neoliberalismo. O, lo que es lo mismo, del entramado de políticas, dinámicas económicas e intereses que ha impregnado en las últimas décadas las agendas de los gobiernos y de las instituciones internacionales –y, por supuesto, también de las de la Unión Europea– en torno a la bandera de Más mercado. Desde luego, la pandemia ha profundizado y acelerado la crisis hegemónica que ya sufría el neoliberalismo desde hace años. Sus políticas siguen siendo las que rigen mayoritariamente el mundo, pero su capacidad de autolegitimarse y de seducir está cada vez más cuestionada.

Cambiarlo todo

«No estamos aquí para desfilar un día al año, para ser un cupo más en los espacios de poder ni para que se aplauda a nuestro paso mientras el sistema que reproduce nuestra opresión sigue intacto. Por eso recurrimos a la huelga: porque es la herramienta más potente que tenemos para pararnos y cambiarlo todo». […]