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El Qatargate es solo la punta del iceberg
Para quienes llevamos años investigando interferencias en la toma de decisiones en la Unión Europea, este último escándalo no es un ‘shock’, ni siquiera una sorpresa. Los políticos europeos que acaban de marcarse un gol en propia meta harían bien en limpiar su casa y adoptar medidas éticas que impidan que algo parecido se repita.