Artículos
El Primero de Mayo, que debería ser la fiesta de los trabajadores, no de un “trabajo” abstracto, cae este año en medio de una guerra devastadora en el centro de Europa, que comenzó como una sangrienta agresión militar de Putin contra Ucrania, y que asume ya los contornos de una guerra mundial con costes incalculables, de larga duración –pero que podría ser finalmente efímera y catastrófica– para la “victoria” sobre Rusia de un frente de los nuevos dispuestos con dirección angloamericana, a cuyo carro se sube la Unión Europea al tiempo que aparece ya como víctima.
Traducción por S. Seguí
Traducción Susana Merino
Traducido por Lucía Alba
Traducción para Rebelión por S. Seguí
Traducido por Gorka Larrabeiti
Traducido por Gorka Larrabeiti
Traducido para Rebelión por Susana Merino