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En la tarde del 21 de enero de 1881 arribó al Puerto de La Guaira el vapor Felicia procedente de Nueva York, con escala en Puerto Cabello y entre sus pasajeros, un joven de 27 años. Una semana después cumplía los 28 años.
Traigo a colación extractos del libro “Memorias Congreso Cultural de Cabimas sobre la Dependencia y el Neocolonialismo” que publicó la Fundación Editorial El Perro y la Rana en 2017 que compilaron los compañeros Joussette Rivodó y José Luis Omaña para conmemorar tan maravilloso hecho realizado en una de las más ricas y depauperadas zonas del país como era la Costa Oriental del Lago de Maracaibo:
Cuando se camina por el centro histórico de Caracas, desde la Plaza Bolívar hacia el Panteón Nacional, en las esquinas de Veroes a Jesuítas, a ,mano izquierda nos encontramos con unas vistosas casonas, se trata de la Casa de las Primeras Letras y de la Casa de Nuestra América José Martí.
¡Oh, mi Maestro!, ¡Oh, mi amigo!, ¡Oh, mi Robinson! … Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted me señaló [… ].
(Simón Bolívar, Pativilca, 19 de enero de 1824)
Fue en la memorable noche del 9 al 10 de octubre de 1868, hace 152 años, en el Ingenio La Demajagua en el oriente cubano en que su propietario el Abogado Carlos Manuel de Céspedes da la libertad a los esclavos de su finca y proclama, junto con Juan Aguilera y otros revolucionarios, la Independencia de Cuba.
Imagen: José Martí y la niña María Mantilla (1890)