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Paraguay

Avizorando horizontes en nuestro futuro político

Fuentes: Rebelión

Las grandes corrientes ideológico-políticas en el mundo contemporáneo tienen que ver con disputas hegemónicas de polos de poder en conflicto.

La gran dicotomía y consecuente polarización en el escenario planetario, dejó de ser aquel que rigió en la llamada “Guerra fría”: comunismo, capitalismo o izquierda, derecha. Esa tenía que ver con la disputa hegemónica entre la Unión Soviética y USA. En la actualidad, la vigente dicotomía está dada entre los llamados globalistas y antiglobalistas, polarización que está relacionada de nuevo con una disputa hegemónica: China y USA . Esa disputa va adquiriendo como la anterior, dimensión planetaria y se expresa en cada país del planeta con signos políticos diferentes.

En el caso de Paraguay, la reproducción de esa disputa se da de forma trasversal. Eso significa que, a diferencia de lo que afirman algunos analistas, la aplastante mayoría del Partido Colorado en el gobierno, no dará lugar a un control monolítico del mismo en el poder en función de sus intereses político partidarios.

Si se asume que la polarización de esas dos macro corrientes es trasversal, en la coyuntura actual, los problemas de gobernabilidad del próximo gobierno, no tendrán que ver con las diferencias que vayan a surgir entre el partido Colorado controlando el Congreso, y una  “oposición” conformada por partidos no colorados. Los problemas de gobernabilidad, se estarán dando entre el Poder ejecutivo y la facción opositora del Partido Colorado. Ello no solamente porque el Partido Colorado padece de una fractura no resuelta, sino porque ambas facciones estarían reproduciendo las dos macro corrientes ya referidas: La corriente del próximo ejecutivo, al influjo de Brasil estaría representando la línea pro china o antiglobalista, y la corriente de la facción colorada disidente, estaría representando la línea pro norteamericana o si se quiere, globalista, hoy en el gobierno de USA.

En el Congreso, ambas corrientes estarán en disputa dada la trasversalidad de la disputa: habrán partidos de “oposición” que estarían apoyando a una y otra corriente.

La visita reciente del presidente electo de Paraguay, Santi Peña al presidente Lula  en la que se abordaron cuestiones que tienen que ver con el vencimiento del  Tratado de Itaipú y la inminente negociación del Tratado, sumado a los elogios de éste presidente electo al presidente brasileño, más la participación del gigante suramericano en el BRICS, un proyecto de integración en curso, con el claro liderazgo de China, y el tremendo influjo que siempre tuvo Brasil en nuestra política, estarían dando fuerza a esta hipótesis

Por otro lado, ese cuco que circula también en alguna comunidad de cientistas políticos de que el gobierno entrante dará lugar a un control discrecional de Cartes para reforzar la mafia, también habría que poner en entre dicho. Esto porque este clima de tensión geopolítica que dio lugar a la parafernalia del Dpto. de Estado norteamericano calificando a altos dirigentes colorados de “significativamente corruptos”, es  un mecanismo coercitivo del norte, que se verifica en el marco de la diputa hegemónica global.

El Cono Sur de América es y será cada vez más una región de gran tensión, tensión relacionada con la disputa entre China y EEUU. Esta subregión, será o ya está siendo, muy apetecida por los bloques de poder mundial. Eso porque además de tener importantes reservas minerales como litio y otros, tiene una de las mayores reservas de agua. El agua será según pronostican no solo analistas sino la propia ONU, el factor de las grandes disputas en un futuro muy cercano. Dicho de otro modo, las próximas guerras serán por el agua.

Por ahora según se sabe,  China está teniendo una marcada inserción en esta subregión en términos de proyectos de infraestructura y financiamiento. A su vez, hay un declive fuerte del potencial económico norteamericano. Es el país más endeudado del mundo, a punto de entrar en default. Ahora, de nuevo se está estudiando levantar el límite de deuda. Pero esta medida no puede seguir indefinidamente. Además tiene un déficit fiscal creciente. Dada esta situación y en función de salvar desesperadamente su hegemonía, es que se dedica a hacer guerras, moviendo la estantería del complejo militar industrial y las empresas de construcción.

La pérdida del control sobre su histórico patio trasero, el declive hegemónico dada su deteriorada situación económica y la inserción China en América Latina, son condicionantes de los cuales nuestro país no se puede sustraer. Por eso es que se avizoran grandes tensiones que estarán rondando sobre la gobernabilidad en el país en los próximos años.

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