Traducido por Nuria Esteban Puertas
Destacados bancos británicos han sido acusados de llevar a cabo un embargo encubierto hacia Cuba por deferencia a Estados Unidos. La acusación surge tras las declaraciones de que Lloyds TSB y Barclays Bank han estado diciendo a los clientes que comercian con Cuba que trasladen sus cuentas a otros bancos.
Aunque ninguno de los principales bancos británicos está preparado para hacer declaraciones acerca de su política sobre Cuba, el Guardian ha sabido que Lloyds TSB, Barclays Bank, el Royal Bank of Scotland y HSBC están todos cumpliendo el bloqueo estadounidense en la isla, el cual fue condenado por Naciones Unidas a principios de este año en una votación de 184 votos a favor y 4 en contra. Estados Unidos ha iniciado acciones legales contra las multinacionales que comercian con Cuba y tienen oficinas en Estados Unidos.
La semana pasada Lloyds TSB informó a una compañía importadora de puros de Londres y a una empresa de comida natural de Somerset, que importaba azúcar cubana, que no podía seguir llevando a cabo transacciones con Cuba. Phil Markey, Director de Relaciones de Lloyds TSB comunicó a un cliente en una carta: «Me complacería encontrar la forma de continuar realizando estos pagos en su nombre, pero la decisión dependerá de un proceso completo de valoración de riesgos.»
Otros destacados bancos han adoptado una política similar, aunque ninguno desee hablar de ello. Un portavoz de HSBC se refirió a una sección de la memoria anual del banco que cita la Ley Patriótica de Estados Unidos (US Patriot Act) y establece que: «El Departamento de Estado estadounidense ha designado a ciertos países (Cuba, Irán, Corea del Norte, Sudán y Siria) como estados patrocinadores de actos terroristas, y las leyes en Estados Unidos prohíben que sus ciudadanos tengan relaciones de negocios con dichos estados.» El banco no estaba preparado para hacer ninguna otra declaración.
El año pasado Barclays Bank indicó a las sucursales londinenses de dos organizaciones cubanas, el Banco Internacional de la Habana y Cubanacam, una organización estatal de viajes, que trasladaran sus cuentas a otro banco, aun cuando eran cuentas de hacía muchos años y estaban perfectamente saneadas.
El banco dijo ayer: «Barclays, como cualquier institución financiera global, cumple los requisitos legales que rigen en los países donde hacemos negocios.» El banco no hizo más comentarios. El Royal Bank of Scotland dijo ayer: «Nosotros acatamos las sanciones en las jurisdicciones donde operamos.»
Sólo el Co-operative Bank pareció indicar que procesaría dinero a compañías cubanas. El banco dijo que tenía una política ética, según la cual no puede manejar cuentas que tengan «vínculos con un régimen opresor», pero podría procesar transacciones en semejantes lugares si no hubiera vínculos ni con el régimen ni con los militares. El banco no dijo si Cuba estaba en la lista de «regímenes opresores».
La Embajada cubana criticó los últimos pasos dados por los bancos. «En estas nuevas tácticas, la Administración Bush ha explotado sin escrúpulos la posición privilegiada de Estados Unidos en la economía mundial», declaró. «Ha estado trabajando bajo cuerda para sembrar el miedo entre las comunidades financieras y de negocios, incluidas las del Reino Unido.»
Rob Miller, de la Campaña de Solidaridad hacia Cuba, dijo que los bancos estaban haciendo el trabajo del gobierno estadounidense. «Nadie en el Departamento de Estado estadounidense piensa seriamente que Cuba esté implicada en actos terroristas, pero les viene muy bien que se aplique lo que es puramente un embargo político», declaró. «Los bancos… son el pequeño matón actuando para el gran matón.»
El Departamento de Negocios, Empresa y Reforma Reguladora dijo ayer: «No tenemos restricciones que impidan a las compañías estadounidenses comerciar con Cuba. Es un asunto puramente comercial para las compañías implicadas.»
Artículo original: http://www.guardian.co.uk/world/2008/jun/23/cuba.usforeignpolicy