Hay el patriarcado posmoderno, el moderno y el premoderno. Washington es la capital mundial del patriarcado posmoderno. Durante 300 años, por lo menos, Londres fue la capital mundial del patriarcado moderno y, en lo que se refiere al patriarcado premoderno, Roma fue su epicentro sísmico más exhuberante durante un largo periodo histórico. Estos tres patriarcados, […]
Hay el patriarcado posmoderno, el moderno y el premoderno. Washington es la capital mundial del patriarcado posmoderno. Durante 300 años, por lo menos, Londres fue la capital mundial del patriarcado moderno y, en lo que se refiere al patriarcado premoderno, Roma fue su epicentro sísmico más exhuberante durante un largo periodo histórico.
Estos tres patriarcados, cada cual en su respectiva época, eran y son parásitos que funcionaban y funcionan por el siguiente proceso hemorrágico: 1. Hicieron y hacen alianzas con patriarcados de regiones y pueblos dominados; 2. La alianza entre los patriarcados de las metrópolis y los de la periferia se alimenta de sanguijuelear el futuro del matriarcado de los pueblos; 3. Con esto impone un presente eterno del estado de excepción patriarcal como regla general.
Combatir este intrincado y trans-histórico proceso hemorrágico patriarcal es la única salida de los pueblos. De otro modo, serán siempre el chivo expiatorio de los patriarcas de ayer y de hoy.
Reflexión trans-histórica: La trans-historia patriarcal nos enseña que dicho proceso hemorrágico es regla general. Eso significa que mujeres, gays, diversas etnias, y no solo hombres, pueden hacer parte de esse intrincado proceso hemorrágico contra el presente y el futuro matriarcales de la historia de la humanidad.
Un ejemplo contemporáneo, a título de ilustración, en la era del patriarcado posmoderno, es el siguiente: en la actualidad del Brasil del golpe, dos mujeres ocupan cargos importantísimos en la estructura jurídica del Estado: Carmen Lúcia es la presidente del Supremo Tribunal Federal (STF); Raquel Dodge es la Procuradora General de la República. Precisamente, en la última semana de 2017, ambas se asociaron para derribar la única firma anti-patriarcal realizada por el patriarcal régimen dictatorial de Drácula Temer, el sanguijueleador por excelencia del golpe: golpe patrocinado vía USA, a través del corrupto sistema Lowfare, encabezado en Brasil por otra sanguijuela: Sérgio Moro.
¿Cómo así?, se preguntará el lector que no traga entero el discurso patriarcal ni misógino ni polarizador ni de odio que deriva de tan hemorrágico proceso. Para tal efecto, habría que contextualizar: como se sabe, la cárcel es una institución eminentemente patriarcal. En la era posmoderna del patriarcado del ultra imperialismo estadounidense, la prisión se vuelve regla general, porque, en el límite, es el propio planeta Tierra el que a paso ligero se transforma en un campo de concentración colonial sin precedentes; eso, sin contar que la cárcel moderna, de la sociedad disciplinaria (Foucault), con sus cárceles cerradas (panóptico, escuela, sanatorio), y, más allá, de la sociedad de control (Burroughs), con sus cárceles abiertas (metro, centro comercial, autopista), no desaparece y cambia el destino de los desempleados y anti-colonialistas; destino llevado a cabo como un emprendimiento, un negocio, una (fuerza de) tarea conjunta, jeje: el gran beneficio de arrestar colonizados insumisos o potencialmente insumisos.
Todo fin de año es rito de la presidencia de la República firmar el Indulto de Navidad, beneficio previsto en la Constitución y llevado a cabo por medio de decreto presidencial. El principal objetivo es el de perdonar la pena a presos que cumplieron requisitos específicos.
Brasil tiene la cuarta mayor población carcelaria del mundo, un infierno patriarcal sin precedentes, liderado, a propósito, por EE.UU (cuya mayoría de presos es negra), y seguido por China y Rusia. El Indulto de Navidad de 2017 innovó: resolvió perdonar la pena de presos que hubiesen cumplido 1/5 de la pena y que, además, siguiesen requisitos específicos: v. gr., buen comportamiento, no reincidencia.
Dado que una de las inmundas herencias del sistema patriarcal es la expansión por el mundo de los crímenes contra las mujeres, y específicamente del feminicidio, no sobra recordar que un asunto esencial en los últimos tiempos, es el incremento de la población femenina en las cárceles del mundo. Desde el año 2000 la población de mujeres que ha ingresado a prisión aumentó en un 50%, mientras que el porcentaje de hombres lo hizo, apenas, en un 18%, según estudio del World Prison Brief. (Ver enlace citado arriba)
El posmoderno patriarcado periférico del Ministerio Público brasileño, que tiene como epicentro a los Pitt Bulls de la fuerza de tarea principal (al servicio del patriarcado de Washington), conocida por el nombre de Operación Lava a Chorros, como, por ejemplo, Deltan Dallagnol, reaccionó contra el indulto firmado por Drácula Temer. Alegó que era un beneficio para los corruptos.
Como la caja de resonancia de los Pitt Bulls del patriarcado de Washington, son las patriarcales corporaciones mediáticas, estas de inmediato hicieron resonar la alarma de la patriarcal Lava a Chorros contra el Indulto firmado por el régimen (sanguinario de) Temer, patriarca alzado, como una violación, al poder, precisamente, por la alianza patriarcal entre el poder judicial y el poder mediático.
Resultado: Raquel Dodge, la Procuradora General de la República, inmediatamente accionó la presidencia del Supremo Tribunal de la República, Carmen Lúcia, para que ésta anulase el decreto de Indulto de Navidad del 2017.
Acto continuo: Carmen Lúcia no se hizo de rogar. Anuló los principales puntos del Indulto, que beneficiarían a millares de brasileños condenados por el patriarcado de la periferia a vivir en el infierno de la (kafkiana) «Colonia Penal» o Penitenciaria.
MORALEJA DE LA HISTORIA: Raquel Dodge y Carmen Lúcia, aunque mujeres, pueden ser definidas como servidoras del patriarcado de Washington. Este es especialista en producir una burocracia del patriarcado posmoderno que se define por la sumisión real del matriarcado, teniendo en cuenta el uso de las mujeres para, a nombre de las mujeres, hacer la tarea sucia contra, en este caso, las mujeres obreras brasileñas, que también serían beneficiadas por el Indulto, sin contar a las esposas y madres de presos.
Eso significa que no basta ser mujer para combatir al patriarcado. Para combatirlo es necesario romper con su proceso hemorrágico metrópoli/periferia; imperialismo/saqueo colonial; ultra imperialismo gringo, comprendido como patriarcado de las guerras de cuarta y quinta generación versus colonialismo del matriarcado de los pueblos en la lucha trans-histórica contra la soberanía no menos trans-histórica del patriarcado occidental.
SEGUNDA MORALEJA DE LA HISTORIA: Jamás subestime al patriarcado dándole un rostro caricatural. El patriarcado premoderno es la base del patriarcado moderno que lo dilató y lo expandió en sus instituciones estatales y civiles. El patriarcado moderno es el soporte institucional del patriarcado posmoderno, que tiene como desafío hacer, a partir de su tecnología de poder atómica y satelital, transformar cada «I Am» (no se dice en español porque puede producir risa) en soplo divino plenamente justificado para que sea un arma biopolítica contra los colonizados del mundo.
Pos Scriptum: Lo que también distingue al patriarcado posmoderno del moderno es: el primero saquea al futuro, produciendo la generalización mundial de la servidumbre por deudas controladas implacablemente por el patriarcado posmoderno de Wall Street. Es un patriarcado que mantiene su dominio del presente saqueando el futuro en las bolsas de valores. Eso significa que la decisión de impedir el Indulto de Navidad del régimen Temer, accionada por los caballeros del apocalipsis del patriarcado posmoderno brasileño (y mundial), concentrado en el poder judicial y mediático, tenía un único objetivo: no permitir ningún precedente que podría ser accionado en el año escogido para ser el de la prisión de Lula: 2018. Año de elección a la Presidencia de la República, en Brasil.
Caso similar, aunque guardando las debidas proporciones respecto a características de cada caso, se presenta hoy en Colombia con el candidato, también en 2018, a la Presidencia Gustavo Petro, a quien después de haber obtenido más de ocho millones de votos, ahora, el Con(e)jo Nacional Electoral le ha negado dos posibilidades (en su caso, ambas legítimas): la personería jurídica a su partido, Colombia Humana; y la de que pueda ser y hacer oposición política en el Congreso al corrupto y desgastado Centro Democrático: en realidad, Centro Divino/Demoníaco, cuya aparente dualidad para el caso es unívoca. De tales arbitrariedades, deriva un tercer efecto: el de que ni siquiera pueda ejercer el cargo de senador. Todo esto, con la perversa intención de pretender negarle la posibilidad de que, por fin, sea presidente de la República en 2022. Otra acción encubierta del patriarcado posmoderno del ultra imperialismo gringo, llevado a efecto por sus serviles criaturas de un régimen narco/para-corrupto, que carece de aliento democrático.
Qué significa esto? Que la burocracia servil del patriarcado posmoderno del ultra imperialismo estadounidense, a escala planetaria, tiene como objetivo impedir que los pueblos del mundo alcancen la modernidad productiva de forma independiente, condenándolos (por eso que Lula está preso y a Petro se le niegan sus derechos constitucionales), al infierno colonial del patriarcado premoderno. Por fortuna, en el caso de Lula, quedan como alternativas la movilización gigantesca y el papel de sus abogados ante instancias internacionales, y en el de Petro, la tutela y la movilización (no tan) gigantesca, dadas las que en su contra USAn siempre el ultra imperialismo gringo, sus lacayos con ínfulas independientes (Uribe/Duque) y sus áulicos paramilitares, así como los fusibles funcionales de la Registraduría (también conocida como Fotocopiaduría) Nacional del Estado Civil y del ex Consejo, ahora Conejo Nacional Electoral.
Por último, no se puede pasar por alto, la crisis de refugiados venezolanos que han recalado en Brasil, caso Roraima, ante cuya situación ya Temer comienza a despachar tropas por perentoria, aunque secreta, orden gringa, y que es más bien el producto de una muy bien planeada xenofobia institucional a través de la cual se busca hacer chocar a los pueblos vecinos, incluidos Colombia y Ecuador, a fin de ir allanando el terreno para una posterior intervención militar del ultra imperialismo estadounidense y su «búsqueda», por invasión, para obtener recursos: agua, petróleo, gas natural, tungsteno, coltán.
Situación que hace rato viene presentándose en distintos puntos del mapa suramericano, con choques en las fronteras, con las masacres que se vienen dando en Colombia y que se endilgan a unas anónimas, aunque tengan nombre, «Águilas negras», que en este momento amenazan de muerte a más de 25 líderes sociales de Cali y del Valle del Cauca.
A las que, además, se responsabiliza de cuanto asesinato se presente, pero que, más bien, apunta al desenfreno de los carteles mexicanos de la droga, (Cartel de Sinaloa, Los Zetas, Jalisco) que ya operan en más de 10 departamentos colombianos.
https://www.semana.com/nacion/articulo/carteles-mexicanos-los-nuevos-duenos-de-la-coca/555306
La mayor parte fronterizos y los otros de carácter estratégico, en lucha abierta pero clandestina para minar brotes de contrainsurgencia urbana, no se sabe qué tan reales, que son parte de la paranoia gringa, encabezada, en este caso, por el ex milico Geoffrey Demarest, como parte de un programa del Departamento de Estado para América Latina. La misma que ya causó estragos en Colombia con la Operación Orión, dirigida por la flamante vice-presidente de Colombia, Martha Lucía Ramírez y por el general Mario Montoya, pero de lo cual ni siquiera se percató el actual presidente. Operación que afectó a los habitantes de la Comuna 13, de Medellín, que ahora comienza a ser, de nuevo, foco de selectivos, constantes y alevosos asesinatos de jóvenes. En un país, en el que, apenas en los últimos diez años, según Medicina Legal, han desaparecido 73.000 personas. Mientras tanto, en Brasil, el Golpe de Temer y su banda, vía USA, arrastró a la miseria a 23 millones de brasileños, cantidad que equivale al total de la población de Chile.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=234505
Tal vez nada más merecido, aquí, que escuchar/ver el testimonio frente al conflicto del fotógrafo Jesús Abad C., quien gracias a una foto suya puso en evidencia la alianza execrable Paramilitares/Estado/Ejército y Policía: honesto por ético reportero antioqueño que ha registrado, mejor y más ampliamente que nadie, los estragos de tan repudiable asociación para delinquir, de la cual ya se han derivado numerosas demandas contra el Estado colombiano, por delitos de lesa humanidad. Abad ha retratado lo peor de la condición humana, así como, por contraste, lo mejor de su dignidad: la resistencia heroica de campesinos, que, mediante diversos medios y tácticas, han tratado de burlar, no siempre con eficacia, a todos aquellos criminales que exhiben, con suprema sevicia y máximo impudor, las armas del estupro, el saqueo, el pillaje, la violencia y la muerte. En suma, un desgarrado y desgarrador documento para la memoria, para los anales y, a la vez, por dolorosísimo contraste, para la historia universal de la infamia colombiana.
https://www.youtube.com/watch?v=jSqwUFmoLWk
Entre los cuantiosos crímenes de lesa humanidad, tal vez uno de los más reprobables es el de la fosa común urbana más grande del mundo: La Escombrera, de Medellín. A la que, ya casi para terminar, uno de nosotros, LCMS, le ha dedicado el siguiente cuento que es, más bien, historia. Historia de las peores, de las que ningún pueblo quisiera jactarse ni tampoco hacer memoria. Pero de la que toca hacer memoria, si queremos luchar de frente, franca y abiertamente, para acabar con las criminales, desaforadas y feroces acciones del ultra imperialismo estadounidense, y de «nuestras» siervas y cómplices autoridades, no solo en América Latina sino en el mundo entero.
Eso, si queremos desvirtuar, con razones y argumentos difíciles de refutar, los actos viles e inhumanos del patriarcado, enquistados por doquier y a los que hay que desenquistar, por los medios que sean necesarios, no solo de nuestros suelos sino de la Tierra entera, hoy atosigada de problemas en sus socio y eco-sistemas, a causa del uso de combustibles fósiles como petróleo y carbón, elementos a los que se pretende acceder en este momento por medios tan lesivos como el fracking o tan arcaicos y dañinos como los explosivos. Los que dejan unos cráteres tan grandes como las riquezas de sus explotadores: las mismas que van en proporción inversamente proporcional a las del país explotado. Exceptuando, claro, a Bolivia, país que se queda con el 85% de regalías, mientras el inversor extranjero apenas puede llevarse el 15%, al revés de lo que ocurre en Colombia. No se sabe en el Brasil de temer, que no de Temer sino de los gringos, puesto que están llevándose todo, en particular el petróleo del presal, el más valioso hasta hoy hallado.
Solo así, tal vez, nuestros pueblos hagan uso de la razón que los asiste y de los derechos que no les pueden ser burlados, para retar al omnímodo poder imperial, que cada vez que intenta mostrarles sus dientes a los pueblos le asoman tan poco saludables prótesis, las propias del mayor parásito del planeta, como drogas ilícitas, alcohol (droga lícita, como la cafeína), glifosato; retar al poder imperial, se reitera, a fin de que Lula y Petro puedan entrar en liza por la presidencia en 2018 y en 2022, respectivamente.
Solo así, en últimas, podrá eliminarse de la faz de la Tierra ese tan vituperable como grotesco proceso hemorrágico patriarcal/machista, que hasta hoy osa devastar a los habitantes de vastas regiones del planeta, sobre todo las más ricas en recursos, tan caros a la avaricia y a la soberbia del ultra imperialismo gringo, al que ya es hora de bajar de su virtual, más mediático que concreto, pedestal de ignominia, atropello, violencia y muerte.
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