
Las aplicaciones son inútiles ante la escasez de otros recursos, como personal sanitario con formación específica, disponibilidad de pruebas diagnósticas fiables y rápidas, reformas legales o respuestas sociosanitarias en caso de contagio, que a día de hoy, siguen siendo insuficientes. La repetida consigna de que con un 60 % de adopción las aplicaciones de rastreo son eficientes se sustenta en un hipotético escenario con márgenes temporales de actuación muy cortos y capacidad de respuesta socio-sanitaria bien dotada y coordinada. Por otro lado, los sistemas de rastreo mediante móviles podrían excluir sistemáticamente a grupos sociales vulnerables, además de presentar riesgos para los derechos individuales y colectivos.