La cámara en helicóptero sobrevuela los campos de maíz. Luego, llega a Laurens, Iowa. Un golpe crea tensión: poco después, se sabrá qué pasó.
Categoría: Cultura
Tras el revuelo provocado por su anterior libro «La trampa de la diversidad», y tras resistir la agresiva campaña de boicot desatada en las redes sociales por un sector del “progresismo alternativo”, campaña sobre la que el autor reflexiona con detalle en el capítulo 9 de este nuevo libro, Daniel Bernabé pasa a aplicar las conclusiones de su primera obra a un período muy concreto.
Aunque los críticos literarios llevan diciendo durante décadas que Rebelión en la Granja es una sátira al comunismo estalinista, (lo que con matices podría extenderse a todas las dictaduras del signo que sean) esta fábula animalista es también una denuncia feroz al capitalismo al que nuestro autor acusa, alegórica y directamente, de esclavizar, engañar y explotar “a las clases inferiores”. Esta obra de Orwell se abre en rojo, transita por todos los colores y se cierra con el matrimonio con el becerro de oro.
¿Olvidará Guayaquil sus esquinas macabras? Dicen: “volteemos la página”, sospecho que esta frase maldita no tendrá aceptación. ¿Voltearla sin leerla con los ojos críticos de todos los ofendidos?
Su origen latinoamericano, indigenista y político lo diferencia de otras artes en el mundo de la pintura. El uso estético del espacio público: otra disputa de las mujeres.
Vivimos en un mundo donde los flujos de información que crean la imagen que tenemos de él están dominados por grandes corporaciones mediáticas, auténticas fabricantes de opinión. Los relatos del poder nos asaltan en todos los soportes y formatos a cada momento, mientras la realidad se escabulle y se silencian las tropelías consumadas contra la inmensa mayoría.
El término estéticas migratorias, pretende dar cuenta de la dimensión estética de la experiencia de la migración y su impacto y visualización a través de las prácticas artísticas contemporáneas.
Si tienen dudas de si este libro, esta carta obrera al padre, va con ustedes o no, lean estas líneas: “Yo miraba aquellas manos callosas y pensaba que los callos en las manos de los obreros son bonitos, al igual que las arrugas en las caras de los viejos” (Isaac Rosa, el prologuista, llama la atención también sobre ellas).