
A cada escándalo de la monarquía personificado en el exjefe del Estado Juan Carlos I, la respuesta de los grandes partidos y, especialmente, del PSOE en el Gobierno es que España cuenta con una Corona renovada gracias a Felipe VI. Si hubo cambios en la institución –más allá de los escándalos de corrupción que acorralaron al rey emérito y que de momento no salpican a su hijo– no será por la composición de su círculo de confianza: el actual jefe del Estado se ha rodeado del mismo equipo que ya estaba a las órdenes de su padre. Tampoco ha habido ninguna adaptación a la paridad: tan solo una mujer figura en el organigrama de la jefatura de la Casa del Rey.