Hace días que se vienen publicando informaciones y declaraciones de funcionarios políticos acerca de la “delincuencia, trifulcas, peleas” y el riesgo que tras levantarse la “cuarentena” se incremente la “inseguridad”.
Categoría: Territorios
No conozco ningún economista que escriba y no hable de que hay que apurarse, que hemos perdido tiempo, que el tiempo no alcanza, que está contra nosotros. ¿Por qué esa preocupación con el tiempo?

La crisis generada por el Covid-19 ha sacado a relucir lo peor de lo peor del imperialismo estadounidense. Los crímenes que siempre lo han caracterizado, en estos momentos se despliegan al unísono y una tras otro, como si estuviéramos asistiendo a una película de terror, en la que cada escena es más escabrosa que la anterior.
Las palabras del título las pronunció el pastor bautista y activista por los derechos civiles Al Sharpton en el homenaje a George Floyd en Minneapolis.

Existe en Ecuador, como en gran parte de Occidente, un estado de guerra entre la oligarquía financiera parasitaria y la economía real de la producción y el consumo de bienes y servicios. Hoy, en medio de la pandemia del coronavirus, esta guerra se manifiesta de manera descarada.

Las protestas contra la violencia policial en Estados Unidos, que ya llevan más de dos semanas ininterrumpidas, están comenzando a generar cambios. El asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis impulsó a cientos de miles —o quizás millones— de personas a salir a las calles, para exigir justicia para Floyd y otras víctimas de la policía, así como un cambio fundamental en el sistema policial.
Han transcurrido los primeros 100 días del gobierno multicolor liderado por el nacionalista Luis Lacalle Pou en la presidencia.