Repetidos ataques racistas contra ministra de origen congoleño reencienden debate sobre xenofobia y revelan ser un disfraz para ocultar la pérdida de popularidad de los partidos conservadores. Fue comparada con un orangután y le lanzaron bananos. Desde que asumió el cargo de ministra de Integración y Políticas Juveniles del actual gobierno italiano, Cécile Kyenge sufrió […]
Repetidos ataques racistas contra ministra de origen congoleño reencienden debate sobre xenofobia y revelan ser un disfraz para ocultar la pérdida de popularidad de los partidos conservadores.
Fue comparada con un orangután y le lanzaron bananos. Desde que asumió el cargo de ministra de Integración y Políticas Juveniles del actual gobierno italiano, Cécile Kyenge sufrió repetidos ataques racistas. Con una gran repercusión, dichas agresiones han alimentado un fuerte debate alrededor del significado y el alcance de la xenofobia en Italia.
Procedente de una familia de la República Democrática del Congo, Kyenge luchó duro para llegar a ocupar su cargo actual. «Yo vine solita a Italia a los 18 años de edad. No me voy a dar por vencida ante los obstáculos», dijo después de las manifestaciones de intolerancia.
Después de ser comparada con un orangután por el vicepresidente del Senado italiano y miembro del partido Liga Norte, Roberto Calderoli, Kyenge sufrió otra agresión el pasado 26 de julio, cuando militantes militantes del movimiento de extrema derecha Forza Nuova le lanzaron dos bananos.
Días antes, el eurodiputado leghista Mario Borghezio, había calificado la coalición liderada por el primer ministro Enrico Letta «un gobierno del bonga bonga». Asimismo, en su página de Facebook, la consejera de la Liga Norte en la ciudad de Padua (noreste), Dolores Valandro, sugirió violar a la ministra, sufriendo la inmediata expulsión del partido y una condena penal en los tribunales.
Más recientemente, Kyenge sufrió otro ataque, cuando dos concejales de la Liga Norte del municipio de Cantú (región Lombardia), Alessandro Brianza y Edgardo Arosio y el ex leghista Giorgio Masocco, abandonaron la sesión en protesta por la presencia de la ministra
Aunque por el momento se ha limitado a lamentar los recientes acontecimientos, Kyenge está lanzando señales de que su paciencia ha llegado al límite. «Estos ataques continuados y reiterados de parte de miembros de la Liga Norte ya no son tolerables», dijo durante la presentación, el 30 de julio, del plan trienal de acción contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia (2013-2015).
En pasado, Kyenge había declarado no querer subestimar los episodios de racismo, pero tampoco tomarlos como algo personal, sino como «expresión de un malestar existencial». Para ella, se trataría de la incapacidad de convivir con la diversidad. «Hay que combatir esa batalla sin miedo, incluso en los lugares más difíciles, en la propia cueva del lobo, donde se manifiesta ese malestar. Con coraje y orgullosa de ser italiana», afirmó.
Crisis de la derecha
Según el periodista y escritor Karim Metref, de origen argelino y residente en Italia, esta deplorable situación tiene que ver más con la crisis profunda que está viviendo la extrema derecha italiana, que con la expresión de una rabia popular generalizada por el nombramiento de Kyenge o con una creciente oleada racista.
«La extrema derecha ha tratado de criminalizar a los inmigrantes, echándoles la culpa y responsabilizándolos de la profunda crisis que vive el país. Tras el fracaso electoral, estos partidos y movimientos están usando el nombramiento de una ministra de raza negra para visibilizarse frente a su electorado, tratando de contrarrestar la creciente pérdida de consenso», dijo Metref a Opera Mundi.
La vida de Cécile Kyenge Kashetu, de 49 años, originaria de la República Democrática del Congo, no ha sido fácil. Proveniente de una familia muy numerosa – tiene 38 hermanos y hermanas nacidos de un padre jefe de tribu, católico pero polígamo -, en 1983, con apenas 18 años, la actual ministra logró una beca para estudiar Medicina.
A puro esfuerzo y sacrificio, viviendo en un colegio de misioneras laicas en la ciudad de Módena y trabajando de empleada doméstica, consiguió la licenciatura y completó sus estudios con la especialización en oftalmología en las universidades de Módena y Reggio Emilia.
Casada desde 1995 con un ingeniero italiano y madre de dos hijas, Kyenge se ha mantenido muy activa en la promoción de la ciudadanía plena de todos los inmigrantes, colaborando con diferentes organizaciones que operan en este sector.
En 2004 fue elegida consejera provincial en Módena y responsable regional para las políticas sobre la inmigración del PD (Partido Democrático). Siete años después participó en la elaboración de la Carta Mundial de los Migrantes. En febrero de 2013 fue elegida diputada del Partido Democrático y, pocas semanas después, asumió el cargo de ministra.
«La Liga Norte tiene sus francotiradores, especializados en montar campañas mediáticas de lodo y desprestigio. Lo que hicieron Calderoli, Borghezio no es ni más ni menos que su trabajo habitual para captar la atención de sectores de la sociedad, que han sido envenenados con hipocresías separatistas o el miedo al extranjero», advirtió Metref. Plan contra racismo Sobre los reiterados ataques contra la ministra y la aparente propagación de los fenómenos xenófobo en Italia, el escritor argelino asegura que, contrariamente a lo que pudiera parecer, el país está listo para seguir un proceso de verdadera integración, sin descuidar la grave situación económica y social que ha impactado en amplios sectores de la sociedad.
«La crisis ha generado miedo y tensiones, agudizando algunas contradicciones entre los sectores más pobres de la población, incluyendo a los inmigrantes. Sin embargo, los que han sembrado y vendido odio no han podido capitalizar ese miedo y están perdiendo terreno», dijo Metref.
Entre los temas más debatidos, él resalta la propuesta de instituir en Italia el «ius soli» (derecho de suelo), es decir la concesión de la nacionalidad por el lugar de nacimiento, reemplazando al «ius sanguinis» (derecho de sangre), donde la nacionalidad está determinada por la nacionalidad de los padres.
«El tema de la integración es más social que cultural y si está acompañado por verdaderas reformas, que apuntan a multiplicar el bienestar entre los ciudadanos, el camino va a ser más rápido y efectivo», concluyó en periodista.
En este sentido, la ministra Kyenge señaló que el plan trienal contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia «es el inicio de un camino que se abrirá con el diálogo de la sociedad civil, los sindicatos y los entes locales». Se ocupará del odio racial y la instigación al racismo en las redes sociales y tendrá difusión en escuelas, medios de comunicación, actividades deportivas, involucrando a ciudadanos italianos y extranjeros, «sobre todo aquellos de segunda y tercera generación», dijo durante la presentación del plan.
Fuente original: Opera Mundi (portugués)