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Rusia

¿Comienza a cojear el pie izquierdo?

Fuentes: Soviétskaya Rossía

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín

Serguei Mirónov abandona el cargo de presidente del partido «Rusia Justa».

«Rusia justa», concebida como «pie izquierdo del partido del poder», vuelve a sufrir de nuevo una profunda transformación. En el congreso de los «rusiajustos» que tuvo lugar el pasado sábado, el presidente del Consejo de la Federación, Serguei Mirónov, abandonó el cargo de presidente del partido, creado a su medida. Según cuentan, la intención de Mirónov, hecha pública justo antes de comenzar el congreso, fue algo totalmente inesperado incluso para su entorno más cercano. El elegido para el puesto de presidente de «Rusia Justa» fue Nikolai Lévichev, jefe del grupo parlamentario del partido en la Duma.

El motivo oficial aducido para esta rotación sería la gran carga de trabajo que soporta Serguei Mirónov en el Consejo de la Federación. También se subraya que con el nuevo reparto de responsabilidades, a Lévichev le será más cómodo trabajar: el hecho de ser jefe de bancada, pero no líder del partido resultaba incómodo, pues el presidente se reúne con los líderes de los partidos con representación parlamentaria. El congreso eligió a Mirónov presidente de la cámara de diputados de «Rusia Justa» y le faculta para ejercer el derecho de veto sobre cualesquiera decisiones que adopte el partido.

Aunque todos estos argumentos resultan poco convincentes. Hasta ahora esa carga que representa el cargo en el Consejo de la Federación no le había impedido dirigir el partido y los problemas de Lévichev de no poder ser recibido por el presidente, poco importaban. Y ocupar un cargo honorífico, por muchas competencias que se le atribuyan dista mucho de ser el líder indiscutible.

La cuestión reside sin embargo en el hecho de que Serguei Mirónov nunca ha sido un dirigente independiente, como tampoco ha sido un político independiente. Todo su capital político se basaba en el alto cargo que ocupa, el tercero en importancia dentro de la estructura jerárquica del estado. Pero su cargo en el Consejo de la Federación se lo debe por entero al grupo parlamentario de «Rusia unida» en la cámara legislativa de S.Petersburgo, que fue la que le eligió para dirigir la cámara alta del parlamento.

Los últimos dos, tres años Serguei Mirónov no deja de criticar a los «rusiaunidos», y estos llegaron incluso el año pasado a empecinarse, amenazando con revocarlo del cargo. Aunque pronto les llamaron al orden impidiéndoles que mostrasen iniciativa. A fin de cuentas, el destino de los participantes de los proyectos del Kremlin, representados sin duda tanto por «Rusia Unida» como por «Rusia Justa», debe someterse sumisamente a sus creadores y supervisores.

Todo parece indicar, que en esta ocasión Mirónov se ha visto obligado a obedecer las «indicaciones del Kremlin», debiendo elegir entre la presidencia en el Consejo de la Federación o en el partido. Otra cuestión sería analizar quién y por qué le ha puesto ante esa disyuntiva. Y aquí las versiones se alejan de un modo diametral. Según algunos datos, en la administración del presidente están incómodos con la guerra que se ha desatado entre los dos «partidos del poder», y por eso habrían decidido sustituir al «desenfrenado» Mirónov, por el más complaciente y tranquilo Lévichev. Además, Mirónov es hasta tal punto dependiente, que no ha supuesto ningún esfuerzo especial ponerlo en su lugar y sin necesidad de hacerle dimitir del máximo cargo en el partido.

Según otra de las versiones, en el Kremlin están por contra encantados con esta «lucha libre fingida» entre los «rusiaunidos» y los «rusiajustos», ya que por causas objetivas, «Rusia Unida» está perdiendo apoyos entre el electorado. El gobierno está interesado en que esos votos pasen a la pseudo oposición. Para reforzar «Rusia Justa» necesitan una figura más atractiva que Mirónov. Pero Nikolai Lévichev aún lo es en menor medida y como presidente del partido solo le conviene al propio Mirónov. «Nikolai Lévichev, es la única persona en la que puedo confiar plenamente. Crecimos en el mismo patio de vecinos, nos conocemos desde la infancia, nos metimos en política a la vez», -declaró Mirónov a los periodistas.

Así que si la versión sobre un líder fuerte va bien encaminada, Lévichev podría ser una figura de transición. En cuanto a los nombres de los posibles aspirantes, las suposiciones son también bastante contradictorias. El primer nombre en el que han pensado los expertos ha sido el de Dmitri Rogozin. Quien llegase a encabezar otro proyecto del Kremlin como fuera «Rodina» (Patria), Rogozin, se acabó aficionando a actuar por su cuenta. Por eso le obligaron primero a abandonar el liderazgo del partido y posteriormente a «disolverse» dentro de «Rusia Justa», para finalmente enviarlo a un honorable exilio a Bruselas, como representante especial del presidente ante la OTAN. Hay que decir, que en este puesto, su imagen de «hombre duro y patriota», que defendía los intereses nacionales de Rusia, quedó bastante apagada, quedando apartado de la política activa rusa. Sin olvidar que esa «entrega» de «Ródina» lo desacreditó seriamente ante sus partidarios. Así que es complicado decir si el Dmitri Rogozin de ahora se ajusta al papel de líder fuerte y carismático.

En relación con la dimisión de Mirónov, también aparece relacionado el presidente Medvédev. No se trata de que le hayan pedido que lidere «Rusia Justa». Aunque lo cierto es que hace ya tiempo que asocian el nombre del partido con el actual jefe del estado. Después de todo, Putin ya tiene su «Rusia Unida» de la que es líder sin partido, por lo que Medvédev podría recurrir a «Rusia Justa», sobretodo si apoya su candidatura en las próximas elecciones presidenciales. Los «rusiajustos» se sienten cómodos con esa imagen y en más de una ocasión han declarado que están dispuestos a respaldar la candidatura de Medvédev en las elecciones. Serguei Mirónov, después del congreso volvió a asegurar que «Rusia Justa» no respaldaría al candidato que promueva «Rusia Unida».

En resumen, la situación que rodea la dimisión de Mirónov como líder de «Rusia Justa» es una manifestación más de las contradicciones entre los distintos grupos de presión dentro del gobierno y las complejas relaciones dentro del tándem, lo que a la luz de los acontecimientos de los últimos mes y medio, dos meses, ya no deja lugar a dudas.

Fuente: http://www.sovross.ru/modules.php?name=News&file=article&sid=587906