El gabinete de seguridad húngaro se reunió hoy de urgencia para aprobar el curso a seguir tras los choques de las últimas horas entre policías y manifestantes que pedían la renuncia del primer ministro Ferenc Gyurcsány.Este último, en su segundo mandato desde abril pasado, pidió la convocatoria también urgente de los cinco partidos con representación […]
El gabinete de seguridad húngaro se reunió hoy de urgencia para aprobar el curso a seguir tras los choques de las últimas horas entre policías y manifestantes que pedían la renuncia del primer ministro Ferenc Gyurcsány.
Este último, en su segundo mandato desde abril pasado, pidió la convocatoria también urgente de los cinco partidos con representación parlamentaria para evaluar la situación.
Según un balance de la agencia noticiosa MTI, la fuerza pública llevó la peor parte en los choques de anoche frente y dentro del edificio de la televisión pública, al reportar más de 100 agentes heridos en los intentos por desalojar el local.
En total se reportaron unos 150 lesionados. Quienes protestaban eran en su mayoría jóvenes de diferentes organizaciones de la extrema derecha, como el Frente Nacional Húngaro, y numerosos cabezas rapadas.
Estos elementos comenzaron a concentrarse desde el domingo en la plaza Kossuth, frente al Parlamento, y marcharon anoche hacia la de Szabadsag, donde se encuentra la televisión nacional y el monumento a los soldados soviéticos que liberaron la ciudad en 1945.
El conjunto escultórico, fuente de irritación para la extrema derecha húngara, sufrió daños, aunque leves.
Algunos medios de comunicación como el canal de televisión privado Hir TV cifraron en 10 mil los manifestantes, que incendiaron automóviles antes de ingresar en el recinto, donde destruyeron y robaron equipos y se declaró un pequeño incendio, ya sofocado.
La versión de MTI atribuye lo ocurrido a la difusión por la radio pública, en la noche del sábado, de la grabación de un discurso a puerta cerrada de Gyurcsány en el que éste reconoce haber ocultado al público su proyecto de austeridad económica.
El segundo mandato de Gyurcsány, líder del Partido Socialista, arrancó con duras medidas de ahorro para reducir el elevado déficit presupuestario, que desde 2004 ingresó en la Unión Europea.
Hungría pretende incorporarse a la Zona del Euro entre 2009 y 2011.