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El partido "La Izquierda.PDS" celebró en Berlín su primer congreso para aprobar el programa electoral con el que se presentarán a las elecciones de septiembre

Contra el neoliberalismo y contra una Europa de empresarios

Fuentes: dw-world.de

En el congreso liderado por el ex socialdemócrata Oskar Lafontaine y el poscomunista Gregor Gysi, se sometió el programa electoral a la voluntad de las bases. Las discusiones fueron arduas y no sólo se limitaron al programa electoral base elaborado por las cúpulas del PDS y del WAGS, formación fundada por Lafontaine con otros disidentes […]

En el congreso liderado por el ex socialdemócrata Oskar Lafontaine y el poscomunista Gregor Gysi, se sometió el programa electoral a la voluntad de las bases. Las discusiones fueron arduas y no sólo se limitaron al programa electoral base elaborado por las cúpulas del PDS y del WAGS, formación fundada por Lafontaine con otros disidentes de la socialdemocracia.

El programa en palabras de Lafontaine es » la base para una fuerte presencia de la izquierda en la próxima legislatura, una plataforma contra el neoliberalismo y contra una Europa de los empresarios.

En el congreso Lafontaine defendió el embargo de armas a China, pidió la retirada de las tropas alemanes de Afganistán, respaldó el no de Francia y Holanda a la Constitución Europea y se dijo contrario al ingreso de Turquía en la UE.

Lafontine calificó al sistema financiero internacional de «casino» y defendió una mayor presencia del Estado y nuevas reglas contra el dumping social y laboral, y la armonización plena del sistema fiscal en la Unión Europea, convencido de que sus demandas no son populistas sino sólo «justicia social».

¿Se puede ser rico y de izquierdas?

Es la primera vez que Lafontaine trabaja con las bases del Partido del Socialismo Democrático (PDS) para pactar un proyecto político y no todo resulta miel sobre hojuelas.

El congreso arrancó con críticas por parte de miembros del PDS a Lafontaine por su vida de lujo que nada tiene que ver con la de los desfavorecidos y los nostálgicos de la República Democrática Alemana (RDA), que son los electores clásicos de este partido.

Las bases del PDS no ven con buenos ojos el que Lafontaine, que percibe sustanciosas pensiones por los cargos públicos que desempeñó en nombre del SPD, no tenga empacho en ostentar su riqueza. Pero su líder, Gregor Gysi tiene otra opinión: «Se puede ser rico y de izquierdas».

La justicia social no es una utopía

El nuevo partido prevé la imposición de un impuesto a grandes fortunas. Además proponen la creación de un mínimo existencial de 850 euros, un salario mínimo de 1.000 euros mensuales y el desmantelamiento de las reformas socio-económicas iniciadas por el gobierno, conocidas como «Hartz IV».

Su programa contempla asimismo la gratuidad de los estudios, la apertura de guarderías, el aumento de las pensiones y una medicina sin pacientes de primera y segunda clase.

Promesas que se oyen bien, pero en las que por lo visto no creen muchos alemanes. Los sondeos demoscópicos atribuyen a Lafontaine y Gysi un 7 por ciento del escrutinio, frente al 13 por ciento de hace unas semanas.