Lo que quería ser una nueva y más fuerte protesta contra el gobierno de Mario Monti, por las decenas de recortes que ha sufrido el sistema educativo a nivel de la escuela y de la universidad, se transformó además en una multitudinaria manifestación antifascista a causa de una marcha neofascista autorizada también para ayer y […]
Lo que quería ser una nueva y más fuerte protesta contra el gobierno de Mario Monti, por las decenas de recortes que ha sufrido el sistema educativo a nivel de la escuela y de la universidad, se transformó además en una multitudinaria manifestación antifascista a causa de una marcha neofascista autorizada también para ayer y de una sangrienta agresión de grupos antisemitas el jueves pasado en ocasión de un partido de fútbol.
El jueves, luego del partido de fútbol entre el equipo inglés To-ttenham -muy seguido por la comunidad judía inglesa- y la Lazio de Roma -amado por la ultraderecha romana-, un grupo de tifosi italianos atacaron, literalmente hablando, a los ingleses en un conocido pub de Campo di Fiori, pleno centro de la ciudad, destruyendo el local y dejando varios heridos. Ya durante el partido, que terminó 0-0, se habían escuchado consignas antisemitas de parte de los hinchas romanos. Pero nadie se imaginó que la cosa podía llegar a tanto. La policía detuvo a dos de los protagonistas del ataque, que al parecer son del otro equipo romano, la Roma, y no de la Lazio, y sigue las investigaciones que hasta ahora no han dado ninguna explicación cabal del hecho.
Hay quien sostiene que siendo el actual alcalde de Roma -Gia-nni Alemanno- un militante, en su juventud, de organizaciones neofascistas, los grupos que sostienen esas ideas sienten que pueden moverse impunemente. En la manifestación neofascista de ayer, sin embargo, organizada por los estudiantes de Casapound, no hubo incidentes. Como los demás estudiantes, Casapound acusa al gobierno de Monti de parte de sus desgracias y extiende sus críticas a Alemanno y a otros políticos de la derecha, subrayando que el único modelo para ellos es Benito Mussolini, el fundador del fascismo.
Pero muchos no se fían de las marchas aparentemente tranquilas de los militantes de Casapound, aunque esta vez lo haya sido. La manifestación había sido autorizada por la policía pero en un barrio apartado del centro para evitar choques con los otros estudiantes.
Mientras tanto, otras marchas estudiantiles cruzaban la ciudad para protestar contra Monti y sus recortes. Algunos se juntaron frente a las sedes de las principales instituciones del país como la Cámara de Diputados, el Senado y el Consejo de Ministros, bajo el estricto control policial pero sin que hubiera incidentes. Y ahí leyeron en voz alta algunos artículos de la Constitución. El mensaje hacia el mundo político fue claro: la Constitución hay que conocerla y respetarla.
Otros marcharon por varias calles céntricas y concluyeron en el Coliseo, mientras los antifascistas se daban cita en la plaza del Esquilino -un barrio verdaderamente multiétnico de Roma- para hacer en principio una sentada que luego se transformó en marcha también hacia el más importante monumento romano. Hasta la llegada al Coliseo las consignas antifascistas y antiMonti dominaron las marchas, aunque hubo coros también contra algunos fascistas con nombre y apellido, como el del alcalde de Roma.
No se vieron jóvenes con cascos de motocicletas, que el Ministerio del Interior prohibió usar en las manifestaciones luego de los graves disturbios -con pedradas, palos y represión-, que hace unos quince días enfrentaron a jóvenes y policía, ambos con cascos que los hacían irreconocibles. Cada policía de ahora en más debería -pero hoy no se vieron- llevar un número en su casco para poder ser identificado. Y los jóvenes tienen prohibido ahora usar cascos si van a manifestaciones. Pero los chicos no pierden el buen humor ni la inteligencia pese a la represión y ayer muchos de ellos se presentaron con multicolores coladores de fideos puestos en la cabeza y preguntando si ésos también estaban prohibidos. También enarbolaron estandartes con leyendas irónicas: «Hoy ya vine golpeado», decía uno. Otro portaba un falso féretro en los hombros y un letrero que decía «Aquí yace nuestro futuro».
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-208546-2012-11-25.html