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¿Cuáles son las posibilidades de paz en Ucrania?

Fuentes: Rebelión [Foto: Manifestación ante el parlamento finlandés (Wikimedia Commons)]

Traducido del inglés para Rebelión por Jesica Safa

Toda la cuestión es un fiasco. El drama teatral en la oficina oval de la Casa Blanca desencadenó una serie de respuestas predecibles a lo largo del mundo. Indignación por la rudeza del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y vergüenza por el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, fueron algunas de las reacciones. Después, el fracaso del presidente francés Emmanuel Macron en establecer acuerdo europeo con los británicos Keir Starmer y Zelensky reveló los callejones sin salida absolutos a los que se enfrenta esta guerra agotada en Ucrania. La pregunta que generan estas discusiones es sencilla: ¿hay una salida para esta guerra?

Guerra permanente

Si el objetivo de guerra de Zelensky y sus socios europeos es debilitar a Rusia o derrocar al gobierno de Vladimir Putin, entonces esta guerra podría continuar para siempre o acelerarse hasta convertirse en un peligroso escenario nuclear. Las encuestas de opinión en Rusia muestran que el índice de aprobación de Putin es ahora del 87%. Se mire como se mire, es mucho más alto que el índice de aprobación para Macron en Francia. Es poco probable que Rusia, cuya economía ha resistido durante esta guerra, se debilite si continúan las hostilidades. Sin embargo, las evidencias muestran que la economía europea sufre una inflación de guerra que no se ha reducido. Si esta guerra continúa, dijo Macron, los Estados europeos tendrían que aumentar su gasto militar al 3% o 3,5% de su PIB. Esto perjudicaría aún más el nivel de vida de la mayoría de la población europea. ¿Estarían dispuestos los jóvenes europeos de la clase trabajadora a ir a ocupar el peligroso frente en Ucrania en nombre de un objetivo de guerra (debilitar a Rusia) que es imposible? Es poco probable (otra cuestión cruel es que los ucranianos de clase media huyan del país a Europa occidental y luego se pida a los europeos occidentales de clase trabajadora que vayan a defender ese país por ellos).

Una guerra permanente generará pérdidas humanas innecesarias en Ucrania y una crisis económica permanente en Europa. También es improbable, porque los Estados Unidos no apoyarán financiera ni militarmente una guerra de estas características indefinidamente, lo que provocará el colapso de cualquier compromiso europeo a largo plazo con Ucrania.

La solución coreana

Si ni Ucrania ni Rusia están dispuestas a avanzar hacia un alto el fuego y luego a una solución negociada (que incluya garantías de seguridad para todas las partes), entonces existe la posibilidad de que la actual línea de frente que se extiende desde el norte hasta el este de Ucrania se convierta en una zona desmilitarizada permanente (DMZ, por sus siglas en inglés). Ucrania estaría dividida de manera indefinida y con un inmenso desperdicio de riqueza social para mantener una línea de frente perpetua. Este es el escenario más probable, aunque puede que los europeos no consideren aceptable tener una “Corea” dentro de su continente.

El ejército de Corea del Sur mantiene 600.000 soldados a lo largo del paralelo 38, junto con casi 30.000 soldados estadounidenses. La situación en el norte es muy similar. Se gastan miles de millones de dólares anualmente en vigilancia y logística para más de 900 millas cuadradas de territorio que no está disponible para uso económico. Europa tendría que avalar esta solución coreana para Ucrania por toda la eternidad (al igual que los Estados Unidos proporcionan garantías y fondos a Corea del Sur, y China hace lo mismo para Corea del Norte).

Un consorcio de seguridad

El Proceso de Helsinki que surgió para llevar a los Estados Unidos y la URSS a las negociaciones en 1975 y que formó la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) no ha desempeñado casi ningún papel a favor de la paz en la guerra de Ucrania.

Los únicos interlocutores a quienes se ha permitido hablar sobre la guerra en Ucrania en nombre de Zelensky han sido los Estados Unidos, los líderes de Europa occidental, los líderes de la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Los líderes del este de Europa (aparte de aquellos que están integrados en la OTAN-UE) han permanecido en silencio o se les ha dicho que sus opiniones no importan. Pero son estos países de Europa del Este los que comparten con Ucrania el hecho de tener una frontera con Rusia, y son estos países los que más necesitan formar un consorcio de seguridad que incluya a Rusia y proporcione garantías mutuas. Los países que comparten directamente una frontera con el oeste de Rusia son (de norte a sur) Noruega, Finlandia, Estonia, Letonia, Bielorrusia, Ucrania, Georgia y Azerbaiyán (Lituania y Polonia comparten una frontera con el óblast de Kaliningrado, que es un exclave ruso en el mar Báltico). Tres de ellos (Finlandia, Estonia y Letonia) son miembros de la OTAN y de la UE, mientras que uno de ellos (Noruega) es miembro de la OTAN, pero no pertenece a la UE.

¿Sería posible que estos ocho países convocasen a una conferencia con Rusia sobre cuestiones más amplias de la seguridad, en lugar de limitarse a la cuestión de Ucrania? El hecho de que tres países limítrofes con Rusia ya sean miembros de la OTAN (uno de ellos, Noruega, fue miembro fundador en 1949) sugiere que los problemas en Ucrania están al margen del hecho de ser miembro de la OTAN. Más bien se deben a la preocupación por la línea fronteriza creada a toda prisa cuando la Unión Soviética colapsó en 1991 (esto afecta a Estonia, Letonia, Bielorrusia, Ucrania, Georgia y Azerbaiyán, pero no a Noruega y Finlandia, que no formaban parte de la Unión Soviética).

A principios de 1980, el exprimer ministro sueco Olof Palme presidió la Comisión Independiente de Desarme y Seguridad, cuyo informe de 1982 titulado Common Security: A Programme for Disarmament [Seguridad común: un programa para el desarme] afirmó que “la tarea de la diplomacia es limitar, dividir y subdividir los conflictos, no generalizarlos y acumularlos”. En otras palabras, no se pueden resolver todos los conflictos al mismo tiempo. Un alto el fuego es bueno en sí mismo; se deben diferenciar las cuestiones que hay que resolver y tratar aquellas que son más fáciles en primer lugar para generar confianza. Agrupar todas las cuestiones en un solo problema hace que el conflicto sea insoluble.

Los países limítrofes, incluidos los que limitan con Rusia al sur y al este, deben vivir uno junto al otro. No pueden salir de su geografía e ir a otro lugar. Ucrania no puede ser reubicada en Francia. Debe permanecer junto a Rusia. En ese caso, estos países deben encontrar la manera de fomentar la confianza.

En primer lugar, la afirmación de que no se puede confiar en un vecino es la peor manera de crear confianza entre las comunidades de países vecinos. Ni la UE ni la OTAN (sin el apoyo militar total de los Estados Unidos) pueden subordinar a Rusia y obligarla a doblegarse ante Ucrania. Un ministro del gobierno británico dijo el año pasado, que su país solo duraría seis meses en una guerra a gran escala con Rusia. Mientras tanto, un informe del Instituto de Kiel para la economía mundial sugiere que Alemania está gastando su dinero en comprar armas, pero no tiene un ejército permanente capaz de defenderse, y mucho menos ganar una guerra ofensiva contra Rusia. Sin los Estados Unidos, Europa es una sombra.

A todas las partes les convendría si un país que tiene frontera con Rusia pidiera la creación de un consorcio de seguridad y, si es posible, obtuviera garantías de la OTAN de no expandirse más hacia el este y de Rusia de retirar sus fuerzas militares de las regiones fronterizas. Entre estos países existen relaciones de larga data y hay familias a ambos lados de la frontera. Cualquier disminución de la tensión en general es buena para la humanidad, y si tal maniobra lleva a la paz en Ucrania, sería mucho mejor que una cicatriz permanente en esta parte del continente europeo.

Texto original: https://znetwork.org/znetarticle/what-are-the-possibilities-for-peace-in-ukraine/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.