Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
En la revista suiza Zeit-Fragen, el profesor Dr. Eberhard Hamer de Alemania pregunta: «¿Cuánta soberanía tiene Europa?»
Examina el tema y concluye que Europa posee poca, si alguna, soberanía.
El profesor Hamer escribe que los derechos soberanos de los europeos como ciudadanos de naciones-estado se disolvieron con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa el 1 de diciembre de 2009. Los derechos de los pueblos se han trasferido a un comisariado político en Bruselas. Los franceses, alemanes, belgas, españoles, británicos, irlandeses, italianos, griegos, etc. ahora tienen «ciudadanía europea cualquiera que sea su significado.»
El resultado de agregar naciones es reducir la participación política de la gente. La autoridad de parlamentos y municipalidades se ha dañado. El poder se concentra ahora en nuevas estructuras jerárquicas dentro de la Unión Europa. La ciudadanía europea significa una participación directa y débil de la gente. La autonomía ha sido reemplazada por el gobierno autoritario de arriba abajo.
El profesor Hamer pasa luego a examinar el comisariado de la UE y concluye que éste, también, carece de soberanía, ya que se ha sometido a la voluntad de EE.UU. El problema no es sólo que los europeos están librando una guerra inconstitucional ordenada por EE.UU. en una región del mundo en la que Europa no tiene intereses. La existencia del Estado títere de Europa va mucho más allá de su servicio mercenario al Imperio Estadounidense.
La UE ha cedido a la exigencia de Washington de «libre acceso a los datos bancarios del proveedor de servicio financiero, Swift, en Europa. Todos los flujos financieros en Europa (y entre Europa y el resto del mundo) serán ahora monitoreados por la CIA y otros servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes.» El monitoreo incluirá las transferencias dentro de Alemania, por ejemplo, y dentro de ciudades individuales. «Los datos, incluso datos de ciudadanos totalmente inocentes, tienen que guardarse durante cinco años, evidentemente a costa de los bancos y sus clientes.»
¿Cuántra soberanía tiene la UE si es incapaz de proteger la privacidad financiera de sus ciudadanos contra gobiernos extranjeros?
Durante un cierto tiempo Zeit-Fragen ha estado informando de la presión de Washington sobre el gobierno suizo para que viole la ley estatutaria a fin de cumplir con las exigencias estadounidenses de monitoreo de los flujos financieros dentro de Suiza y entre Suiza y el mundo. Escritores muestran su sorpresa ante el desprecio total que Washington muestra por la soberanía de otros países y los derechos a la privacidad de sus ciudadanos.
A nosotros los estadounidenses no debería sorprendernos. A pesar de las leyes estatutarias, nuestros derechos a la privacidad han desaparecido hace tiempo. En EE.UU. la privacidad se ha convertido en un chiste cruel y caro. Significa que los padres no pueden informarse sobre las notas en la universidad de un hijo o hija sin el permiso de ese hijo o hija. Significa que las compañías de tarjetas de crédito, los bancos y otras instituciones financieras tienen que desperdiciar dinero enviando un flujo permanente de «informaciones de privacidad» a sus clientes sobre el uso de la información del cliente. Quiere decir que un estadounidense no puede obtener información sobre su cuenta con una compañía de tarjetas de crédito, telefónica, de cable y un proveedor de servicios de Internet, de un banco, de una compañía de servicios públicos, o hacer alguna alteración en su cuenta sin suministrar a un extraño su número de la Seguridad Social u otra información privada más allá de su nombre, dirección y número de cuenta. Esta rutina es un chiste porque el gobierno tiene acceso a todo. Forma parte de nuestro mundo orwelliano que la privacidad sea protegida por el requerimiento de que se dé a extraños información privada por teléfono.
Los borregos estadounidenses aceptaron silenciosamente la destrucción total de su derecho a la privacidad. Alentado por su éxito en el abuso de la gente en EE.UU., Washington ha destruido ahora la privacidad de los europeos.
Por cierto, el gobierno de la «libertad y la democracia» espía ahora a todo el mundo y envía drones a países extranjeros para asesinar a gente desaprobada por Washington.
Washington denuncia a otros gobiernos por violaciones de los derechos humanos mientras viola derechos humanos a diario.
Washington enjuicia a dirigentes extranjeros por crímenes de guerra, mientras comete crímenes de guerra a diario.
¿Qué pasará cuando desaparezca el dólar y Washington ya no tenga el dinero necesario para comprar el cumplimiento de sus demandas mediante el soborno? La libertad resurgirá cuando llegue ese día.
© Copyright Paul Craig Roberts, Global Research, 2010
Paul Craig Roberts fue editor del Wall Street Journal y secretario adjunto del Tesoro en el gobierno de Ronald Reagan. Su último libro, How the Economy Was Lost, ha sido publicado recientemente por CounterPunch/AK Press. Se le puede contactar en: [email protected]
Fuente: www.globalresearch.ca/