El escándalo por el plagio de varios pasajes de su tesis doctoral ha llevado a presentar la dimisión a uno de los políticos más populares de Alemania, el ministro de Defensa Karl Theodor zu Guttenberg. Merkel, también asediada por las críticas, deberá ahora buscarle sustituto.
«He llegado al límite de mis fuerzas», dijo ayer el ministro de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg al anunciar que dejaba su cargo tras la polémica en relación a su tesis, algunos de cuyos pasajes fueron plagiados.
Que el barón socialcristiano diera ese paso no fue una sorpresa para quienes siguieron con atención los informativos de la noche anterior: todas las cadenas citaron a diputados democristianos y socialcristianos que expresaron su rechazo a que el Guttenberg siguiera en el cargo. Sin embargo, fue la ministra de Investigación, Annette Schavan, la que el lunes dijo sobre su compañero de Gabinete: «Yo no me avergüenzo clandestinamente de él».
La semana pasada la Universidad de Bayreuth ya le retiró el título «Doktor» y abrió una investigación sobre si hubo intencionalidad en el delito que el bávaro de 40 años cometió años atrás en la Facultad de Derecho.
Escándalo
El escándalo saltó hace dos semanas cuando unos juristas publicaron una serie de párrafos que Guttenberg había copiado sin mencionar la fuente. En un primer momento, el ministro calificó de «abstrusas» las acusaciones, pero una vez que su tesis apareció en la red, los internautas encontraron tantas pruebas del plagio que el político más popular entre los alemanes inició una retirada parcial. Admitió que había cometido errores debido al estrés del trabajo y la familia, que le hicieron perder el control sobre las fuentes, y pidió a la universidad que le retirase el título académico.
En este tiempo, contó con el apoyo de Merkel, quien le respaldó diciendo: «Yo no he fichado a un asesor académico, sino a un ministro». Sus palabras suscitaron la ira del sector científico y universitario del país. Desde el lunes, la jefa de Gobierno ha enfrentado a un grupo social que suele votar a su Unión Demócrata Cristiana (CDU) o a la Unión Social Cristiana (CSU) de Guttenberg.
Así, Merkel se ha metido en un campo minado. Por un lado, tiene que reemplazar a Guttenberg por otro político de la CSU para mantener el equilibrio de los socios de Gobierno, entre los que se halla también el partido liberal, FDP. Tampoco será fácil encontrar sustituto, porque Guttenberg ha dejado la Bundeswehr al inicio de una controvertida reforma militar. Además, el panorama se complica aún más con su intervención en Afganistán y dos operaciones secretas que unidades de élite han realizado los últimos días en Libia para rescatar ciudadanos alemanes y europeos.