El diario Le Monde informó que la Agencia de Seguridad norteamericana interceptó más de 70 millones de llamadas y mensajes de empresas y particulares de Francia en 30 días. EE.UU. se concentró en dos compañías, Wanadoo y Alcatel.
Los aliados modernos se entrelazan bajo el régimen de la traición. Francia, al igual que otras decenas de países en el mundo, se enteró de cómo, cuándo, quiénes y con qué armas digitales Estados Unidos le espía hasta las sombras. El vespertino Le Monde reveló que la NSA, la Agencia de Seguridad norteamericana y su brazo virtual, el dispositivo Prisma, tuvieron acceso a sus llamadas telefónicas, a sus SMS y correos electrónicos. Las cifras sobre el alcance del espionaje son alucinantes: en apenas 30 días, entre el 10 de diciembre de 2012 y el 8 de enero de 2013, la NSA interceptó más de 70 millones de llamadas y SMS de empresas y particulares. Con un promedio de tres millones de intercepciones por día, Estados Unidos se llevó un montón de información con la ya burlona excusa de la lucha contra el terrorismo. París convocó de inmediato al embajador norteamericano en Francia, Charles Rivkin, para pedirle explicaciones. El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, calificó el espionaje de «inaceptable». La ofensa es enorme: Washington trata al aliado francés con los mismos cuidados electrónicos con los que trata a Siria, Rusia o Irán.
El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, juzgó «inverosímil» que un país aliado recurra a esas prácticas sin justificación estratégica o de seguridad nacional. Presente en París en el marco de las próximas negociaciones sobre Siria, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se limitó a decir que su país había entablado una «reflexión» sobre esos temas. Todos estos documentos forman parte de los voluminosos secretos que el ex agente de la CIA y la NSA Edward Snowden, hoy refugiado en Rusia, le entregó al periodista norteamericano Glenn Greenwald y que luego fueron publicados por el diario The Guardian. Página/12 entrevistó a Greenwald en Río de Janeiro hace unos días y el periodista recordó en esa entrevista que «los documentos sobre la manera en que Estados Unidos espía y los objetivos que persigue poco tienen que ver con el terrorismo. Muchos tienen que ver con la economía, las empresas y los gobiernos y están destinados a entender cómo funcionan esos gobiernos y esas empresas. La idea central del espionaje es ésa: controlar la información para acrecentar el poder de Estados Unidos alrededor del mundo». (¡Error! Referencia de hipervínculo no válida.)
En el caso de Francia, los norteamericanos no sólo se interesaron en gente común o sospechosos, sino también en responsables políticos, miembros de la alta administración y empresas. Según detalla Le Monde, la NSA se concentró en dos, Wanadoo y Alcatel. La primera es una filial del grupo de telecomunicaciones Orange; la segunda, Alcatel, es una empresa franconorteamericana muy importante en el campo de los suministros de aparatos y redes de comunicación. El espionaje de estos dos grupos tuvo lugar en enero de 2012 y no fue una casualidad: la fecha coincide con el momento en el cual el Ministerio de Finanzas de Francia estaba evaluando la posibilidad de recuperar los activos de Alcatel por medio de Orange. La NSA dispone de más de una metodología para recabar la información. Existe un método que activa una señal que, inmediatamente, pone en marcha la grabación de algunas conversaciones telefónicas según el número marcado. Ese sistema también recupera los SMS en función del contenido, detectado a través de palabras claves.
El programa de espionaje aplicado a Francia se llama US985D. Su nombre se asemeja bastante al de los programas que la NSA utilizó en Alemania, US987LA y US987LB. Se especula con que esos números identifican a los bloques o círculos dentro de los cuales Washington pone a sus aliados. Francia estaría dentro del «tercer círculo», en el que también se encuentran Alemania, Polonia, Bélgica y Austria. El segundo círculo, conocido como Fives eyes, está compuesto por los países anglosajones, como Gran Bretaña, Canadá, Nueva Zelanda o Australia. El primer círculo les corresponde a las 16 agencias de inteligencia norteamericanas. Drtbox y Whitebox designan en los documentos de Snowden las técnicas que se emplean para el espionaje. Hasta ahora, ni el diario ni ningún otro experto lograron elucidar la tecnología. Drtbox permitió que, entre mediados de diciembre de 2012 y principios de 2013, se interceptaran 62,3 millones de datos telefónicos. El segundo, Whitebox, utilizado en el mismo período, recabó datos y contenidos de 7,8 millones de llamadas. El vespertino francés completa además las informaciones que van más allá de Francia. El diario revela que entre el pasado 8 de febrero y 8 de marzo la NSA logró colectar alrededor del mundo 124,8 mil millones de comunicaciones telefónicas (DNR) y más de 97 mil millones de conexiones pertenecientes al campo numérico (DNI). Afganistán, Rusia y China son los países más espiados y, en Europa, sólo Alemania y Gran Bretaña sobrepasan a Francia en el número de intercepciones. Los ingleses dieron su «consentimiento» para que les radiografíen las entrañas.
Un gesto muy natural cuando se conocen las interacciones entre los dos países. El programa de espionaje británico, Tempora, explotado juntamente con Washington, autoriza a la agencia de espionaje electrónico de Gran Bretaña, Government Communications Headquarters (GHCQ), a supervisar el conjunto de las comunicaciones que pasan por los cables submarinos pertenecientes a siete grandes operadores mundiales: British Telecom, Vodafone Cable, Verizon Business, Global Crossing, Level 3, Viatel e Interoute. Jean-Jacques Urvoas, presidente de la comisión de leyes de la Asamblea Nacional y autor de un informe sobre el marco jurídico de los servicios secretos franceses, no se equivoca cuando, en las páginas de Le Monde, dice: «Los Estados Unidos no tienen aliados. Sólo tienen blancos y vasallos». ¿Qué pasará en el futuro? Seguramente nada. París actuará como la Unión Europea. Alguna protesta por allí, otra por este lado, y nada más. El realismo servil como modesta respuesta.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-231751-2013-10-22.html