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Entrevista al ex diputado y senador peruano Ricardo Napurí

«Dos candidatos de ultraderecha discuten la presidencia, porque en Perú ha habido una derrota histórica del movimiento popular, social y político»

Fuentes: Rebelión

-M.H.: Para analizar las elecciones peruanas apelamos a Ricardo Napurí. ¿Qué significa en la jerga peruana «trafa»? -R.N.: Quiere decir estafa o dolo. -M.H.: Estaba leyendo una nota de tu compatriota Oscar Ugarteche, que dice que hubo tres candidatos traferos en las últimas elecciones, una fue Keiko y los otros dos García y Toledo. Y […]

-M.H.: Para analizar las elecciones peruanas apelamos a Ricardo Napurí. ¿Qué significa en la jerga peruana «trafa»?

-R.N.: Quiere decir estafa o dolo.

-M.H.: Estaba leyendo una nota de tu compatriota Oscar Ugarteche, que dice que hubo tres candidatos traferos en las últimas elecciones, una fue Keiko y los otros dos García y Toledo. Y que Humala, actual presidente, es el trafero más nuevo porque trafeó al electorado.

-R.N.: Claro, delincuentes políticos. Eso es lo que insinúa, con diferentes grados, dependiendo de a quien analice.

-M.H.: Ugarteche plantea que la ciudadanía peruana votaría por el lado trafero (Keiko) o por el lado honesto o aparentemente honesto (Kuczynski ). Una elección donde indudablemente los dos candidatos que van al balotaje son muy parecidos en el campo de la derecha económica.

-R.N.: Quisiera elevar un poco la puntería en cuanto a lo que dice Ugarteche. Es cierto que disputaron la primera vuelta tres candidatos. Pablo Kuczynski era ministro de Belaúnde cuando yo era Senador, lo conocí y tuve controversias con él. Tiene doble nacionalidad, vivió toda su vida en EE. UU., es lobbista internacional y agente de la banca.

Keiko Fujimori es un ama de casa, pero hereda un 30/35% de votos cautivos debidos al populismo llevado a cabo por su padre, que un pueblo con carencias absolutas retribuye a su heredera.

La otra es Verónika Mendoza, diputada del Frente de Ollanta que se escindió del gobierno críticamente y que levanta medidas reformistas tibias, pero de matices antiliberales. En el cuadro de dos candidatos de ultraderecha, con los matices que señala escuetamente Oscar Ugarteche, ella resulta profundamente progresista. Al empezar la campaña tenia un 2% que ahora subió a un 18% lo cual significa que un sector de votantes populares de provincias, quizás antiguos votantes de Humala frustrados por la traición de éste, cambiaron su voto y ha logrado colarse en la brecha. Este hecho tiene una dimensión política a futuro, lo remarco por eso. Ella no entró en la segunda vuelta casi por casualidad, porque Gregorio Santos, el otro candidato de izquierda líder de la rebelión de Cajamarca, que está preso, obtuvo el 4%.

-M.H.: Ustedes con el FOCEP, a pesar de estar presos o exiliados sacaron un montón de votos.

-R.N.: No solo eso, sino que además la elección se hizo con estado de sitio, sin garantías. Yo fui elegido en el Congreso, sacamos el 21% de votos reales.

-M.H.: Lo señalo para dimensionar lo que sucede con esta candidata. En las redes se le da mucha envergadura a Verónika.

-R.N.: Ella no se reclama de izquierda socialista, es una reformista tibia pero antiliberal. En las condiciones de Perú y ante los dos candidatos, su candidatura resulta profundamente progresiva, pero más progresivo es el hecho, así como en las épocas del FOCEP un sector enorme de las masas nos apoyaron y votaron, ahora también un sector del pueblo, seguramente el marginal, se ha apoderado de su candidatura y pasó del 2% al 18% y podría haber llegado a una segunda vuelta donde seguramente Santos la hubiera apoyado.

Quiero decir que Perú es un país con ciertas particularidades, ha tenido 30 años de liberalismo salvaje, los gobiernos de Belaúnde, García, sobre todo Fujimori, Alejandro Toledo y ahora Ollanta Humala.

El otro hecho que tipifica al país es que es un país capitalista atrasado, que pasó de un cierto equilibrio económico a ser dependiente de la producción minera. Hoy casi el 70% de las divisas vienen de la minería.

-M.H.: He estado leyendo que Perú es uno de los países que más ha crecido.

-R.N.: Las estadísticas son elaboradas con trampa. Perú ha crecido durante varios años un 6 o 7%, pero ahora crece a 2,5 o 3%. De tal manera que como la producción fundamental iba a China y otros países, ahora con la crisis económica mundial y con la restricción del mercado chino, Perú ha sufrido un garrotazo.

-M.H.: ¿Qué ha pasado con los sectores populares? ¿También han crecido acompañando el crecimiento del país?

-R.N.: Primero quiero decirte que la peruana es una sociedad profundamente atrasada, donde hay una clase de tipo oligárquica, una clase media poco desarrollada pero muy estratificada hacia abajo. Un país que con 50% de pobres y con un 30% de extrema pobreza. Con una burguesía antidemocrática muy oscura, una rosca mayor a la rosca boliviana.

Esto es importante de señalar porque Hernando de Soto, un economista, escribió en 1980 un libro llamado «El otro sendero» afirmando que el conjunto de la economía informal en Perú era en el PBI superior a la economía formal, un hecho inaudito, por lo tanto un país polarizado social y políticamente con una marginalidad muy grande.

Aquí se ataca a los cuentapropistas y manteros, mientras que en Perú la mayoría del PBI está formado por productores irregulares; a partir de esto se puede ver el carácter del país y los problemas que trae la segregación y el capitalismo atrasado.

Ollanta Humala fue elegido en 2011 por estos pobres marginales, sobre todo de las provincias; otro tanto por ciento votó por Keiko Fujimori ahora. Ollanta al comienzo se manifestó nacionalista y chavista, sin embargo cambió el gobierno a ser servil de Estados Unidos, tipo el coronel ecuatoriano Lucio Gutiérrez.

Es un gobierno que traicionó todos sus programas, dándole la espalda al pueblo. Por eso la reacción popular ha sido tan grande. No solamente para controlar los excesos de la explotación minera que arrasan con todas las conquistas de las comunidades campesinas, como ha sido el caso de Conga en Cajamarca, los 6 o 7 levantamientos y rebeldías mineras, y los 40 muertos que tiene el gobierno de Ollanta y los 300 heridos. En Perú ha tenido una gran expresión popular, que refleja la actualidad, pero que también tiene pisos antiguos de resistencia como los de los `70/80 cuando formamos el FOCEP donde las masas cambiaron las relaciones de fuerza a su favor, se crearon órganos de poder popular como las Asambleas y los Frentes de Defensa.

En este cuadro el país ha producido dos hechos, el Velasquismo que fue una corriente nacionalista casi revolucionaria y su reacción posterior que fue el Fujimorismo. Es un país particular para tenerlo en cuenta y no podría señalarse este hecho de que dos candidatos de ultraderecha discuten la presidencia, si no tenemos en cuenta que en Perú ha habido una derrota prácticamente histórica del movimiento popular y de los movimientos sociales y políticos. Como en Chile lo hubo con el pinochetismo.

En Perú vamos a tener un presidente más a la derecha que Macri

Resultado de todo esto es la reacción en toda la línea. Vamos a tener posiblemente a Kuczynski de presidente porque a Estados Unidos no le conviene alguien como Fujimori que es violentamente rechazado por sectores importantes del pueblo, que no es un representante orgánico de la burguesía, sino son representantes de un gobierno autoritario y corrupto anterior que tiene mucha resistencia. A pesar de que hay una diferencia de votos entre los dos, es probable que las patronales, los medios de prensa y EE. UU. hagan lo imposible para que gane un hombre orgánico del sistema, confeso, incluso porque es un hombre nacionalizado norteamericano.

Por lo tanto, tenemos un peligro en América Latina, un presidente de Perú quizás más a la derecha que Macri, porque éste tiene resistencias institucionales y populares muy importantes en Argentina, pero en Perú tendrían el dominio absoluto del Parlamento, los medios de prensa, el apoyo del imperialismo, las patronales reaccionarias y recién políticamente se puede plantear una resistencia si es que se desarrolla a partir de la candidatura de Verónika Mendoza y del Frente Amplio alguna línea política que más o menos la haga.

En Perú y otros países, lo único que queda es la resistencia popular, donde hay antecedentes importantes. Así como dije que en nuestra época se formaron órganos de poder popular como las Asambleas y los Frentes de Defensa, en Perú siempre ha habido una resistencia popular activa, como ha sucedido durante el gobierno de Ollanta, que ha combatido con 40 muertos y centenares de heridos. Esa rebeldía popular se va a manifestar contra un gobierno muy ofensivo de ultraderecha.

El peligro que hay en América Latina es que esta candidatura fortalece el Frente del Pacífico y la reacción democrática que viene por vía electoral, para configurar lo que quería Estados Unidos en la época de Fujimori, los gobiernos de democracia autoritaria, que mantengan la forma democrática siendo autoritarios. Por eso no basta decir que no hay dictaduras militares, porque la dictadura se va a expresar ahora bajo formas «democráticas». Como sería el gobierno de Macri ahora si sigue avanzando con sus postulados y la rebelión popular lo obliga a ser más reaccionario y más represor.

De tal manera que América Latina tiene peligros inminentes. Reflexiones amplias pendientes como por qué fracasaron los gobiernos de centroizquierda, a pesar de su progresismo y el apoyo popular. ¿Por qué se fortalece el Frente del Pacífico? ¿Por qué Estados Unidos tiene ahora agentes directos en nuestros países? ¿Por qué la reacción conservadora liberal?

-M.H.: Vos decís «han fracasado», sin embargo, no escuché una autocrítica de Cristina Fernández de Kirchner cuando se dirigió a su gente ayer, reivindicó in totum los doce años de kirchnerismo. ¿Es posible avanzar en un frente si no hacemos una autocrítica profunda de lo que ha pasado durante los años de gobiernos progresistas en América Latina?

-R.N.: El fracaso hay que medirlo entre el primer peronismo y este peronismo residual y en el hecho de que no solamente se perdió una elección sino que vino la reacción conservadora liberal con Estados Unidos detrás instalándose en el país. El fracaso está en que ellos como progresistas no han podido realizar lo que podríamos llamar una política nacionalista exitosa o un reformismo ecuánime. En ese sentido obviamente hay una derrota de sus posiciones, pero nadie reconoce que ha fracasado porque el anterior gobierno no tiene capacidad de crítica y menos este tipo de gobiernos.

Nosotros los juzgamos en el terreno de sus propios instrumentos, es un gobierno nacionalista con limitaciones reformistas, desarrollistas, de tal manera que no ha podido realizarse como tal. Lo mismo vale para toda América Latina. En Brasil la hermosa experiencia del PT ha terminado ahora en un gobierno que prácticamente la derecha lo quiere limpiar, pero el problema no queda en eso solamente, sino en por qué ese gobierno de Lula con 10 años de éxito político que dio oportunidades a 50 millones de trabajadores, hoy tambalea en una crisis económica y una crisis de dominación.

Yo siempre cito el caso maestro de Chile, donde hubo una revolución en las calles, donde las masas pedían el poder para los trabajadores y el gobierno reformista de Allende, magnífico hombre, sincero, luchador en su terreno, no se atrevió a dar el salto cualitativo en el sentido de oponerse directamente a la contrarrevolución organizada por Estados Unidos y por los grupos patronales y Allende pasó a la historia pegándose un tiro y llegó Pinochet.

Hay muchos ejemplos en ese sentido en América Latina. Los gobiernos no se autocritican, nosotros tenemos la obligación pedagógicamente de decir por qué esos gobiernos con toda la intención de ser desarrollistas, de crear un Estado de Bienestar, de ser nacionalistas y progresistas fracasan en sus propios proyectos. La prueba está en que llegan gobiernos contrarrevolucionarios, incluso genocidas.

En Argentina luego del gobierno de Perón en 1955 fue la dictadura militar liberal y en muchos otros países lo mismo. América Latina tiene un muestrario de este tipo. A algunos no les gusta que se reflexione sobre esto, tildándonos de pesimistas y que estamos creando una sensación de derrota para las masas, pero las masas aprenden en sus luchas. El problema es cómo las ayudamos para que los hechos se vuelvan conscientes y puedan combatir en su terreno para modificar las relaciones de fuerza y terminar con esta dominación salvaje del capital imperialista. Estamos en una encrucijada de ese tipo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.