Muchos se preguntan si el 29 de setiembre la jefa de Gobierno podrá sacar adelante, con la mayoría de 19 escaños de la que dispone su coalición entre democristianos y liberales, la ampliación de la contribución alemana al Fondo de Rescate a Grecia o si, finalmente, precisará del apoyo de SPD y los Verdes. Ambas formaciones avalan la apuesta de Merkel en su apuesta por salvar a cualquier precio el euro por el bien de la nación exportadora alemana.
En las próximas dos semanas, Merkel ha de superar una cita electoral y las reservas de una veintena de diputados de su bipartito, que se oponen a la ampliación de la aportación alemana al Fondo de Rescate a Grecia. Su postura pone en peligro la coalición entre la CDU-CSU y el FDP.
Todos estos problemas están entrelazados y además se ven influidos por la constante caída de la bolsa alemana, el retroceso de la exportaciones en el segundo mes consecutivo y la amenaza de recesión que la OCDE prevé también para Alemania en el último trimestre del año. Por lo tanto, la consigna «Alemania va bien», que la canciller lanzó en el debate sobre los Presupuestos del Estado no se adapta a la realidad económica de un país en el que el PIB no creció el 1,3% previsto en el segundo trimestre (se quedó en 0,1 puntos).
Aún así, Merkel y el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, quieren ampliar el fondo de rescate aunque no descartan que Alemania tenga que pagar por los créditos concedidos a otros países miembros de la UE. El diario conservador «Frankfurter Allgemeine Zeitung», buque insignia de los poderes fácticos, ha sentenciado con resignación: «El Bundestag (Parlamento) se pone ahora a debatir rápidamente el nuevo arsenal de ayudas de crisis para los altamente endeudados estados del euro, pero sin discutir seriamente los problemáticos nuevos derechos de intervención del EFSF (Fondo de Rescate del Euro)».
El rotativo tiene la impresión de que los diputados prefieren creer al ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble (CDU), quien asegura que en realidad sus decisiones no traerán ni graves ni incontrolables consecuencias. Sin embargo, esa contribución de 211.000 millones de euros, tras su ampliación desde los iniciales 123.000, no incluye ni intereses ni otros costes.
Rechazo ideológico de Die Linke
Sólo el partido socialista Die Linke votará en contra de las ayudas, posición acorde con su rechazo a estos modelos de «rescate» neoliberales y que, vista la situación en Grecia, más que rescatar terminan arruinando al país concernido.
Está por ver hasta qué punto el reciente fallo de la Corte Federal Constitucional va a limitar el margen de maniobra del Ejecutivo. Hasta la fecha, Merkel ha hecho aprobar en tiempo récord las respectivas propuestas de ley, lo que ha enfadado hasta al presidente del Bundestag, su correligionario Norbert Lammert, quien denunció la vulneración de la autonomía del Parlamento.
De hecho, la más alta instancia judicial ha fortalecido la posición de la Cámara en esta materia, sentenciando que «cada medida de ayuda solidaria de la Federación de tamaño mayor tiene que ser aprobada en detalle por el Bundestag». Además, se ha de garantizar que el Parlamento tenga suficiente influencia sobre cómo se va a utilizar ese dinero. Aunque a partir de ahora el Gobierno necesita el beneplácito de la Comisión Presupuestaria del Bundestag, la Corte Constitucional permite al Ejecutivo informar a posteriori a ese órgano de si existen razones para tanta prisa.
Mientras tanto el SPD da a entender que seguirá la política de Merkel. «Somos una nación exportadora. Nosotros vivimos de que nuestros socios comerciales sean estables», dijo Gabriel. A cambio, el «disidente» de la CDU Wolfgang Bosbach y el economista eurocrítico Joachim Starbatty prefieren «un final con horror que un horror sin final», es decir, que Grecia salga del euro -y quizás también el Estado español e Italia-. El liberal Rainer Brüderle advirtió a Grecia: «Quien no respeta las reglas, quedará fuera del juego en caso necesario».
Cita clave en Berlín
Esta amenaza se explica por el hecho de que que el FDP está a punto de ser desterrada del quinto hemiciclo regional en lo que va de año. La fecha clave es el domingo, cuando en el Estado-ciudad de Berlín se celebren las elecciones regionales. Según los sondeos, el Partido Pirata duplicará, con seis puntos, los votos de los liberales. Esta debacle anunciada va a debilitar aún más la coalición de Merkel. Personalidades como el ex presidente de la Industria alemana Olaf Henke han recomendado al FDP que rompa el pacto con la CDU si quiere sobrevivir.
Parece que los comicios berlineses regalarán otra victoria al SPD. En adelante, el alcalde gobernador, Klaus Wowereit, podrá elegir formar Gobierno con la CDU o con los Verdes. Los ecologistas se mueven en el 20% y pisan los talones al partido de Merkel. Su candidata, Renate Künast, acaba de descartar un bipartito con los cristianodemócratas, y espera obtener más votos para situarse cerca del 29% pronosticado para el SPD.
Tras una década es probable que la coalición «roji-roja» de Wowereit con el Linke esté llegando a su final. La intención de voto para los socialistas es de 11 puntos, dos menos que hace un lustro y nueve menos que los que cosechó en Berlín en las generales de 2009.
Municipales en Baja Sajonia
Los resultados en las municipales del domingo en Baja Sajonia no han hecho sino confirmar la tendencia general en la política alemana. Los Verdes duplicaron su voto en este estado rural, consolidando su tercera plaza. La CDU y el SPD pierden apoyos, aunque los cristianodemócratas se mantienen como primera fuerza.
Los liberales vuelven a sufrir un batacazo que les hace perder la mitad del 6% de votos que cosecharon hace cinco años. Die Linke saca la cabeza en este estado poco propicio a su perfil electoral alcanzando el 2,4%.
Estos resultados han exacerbado aún más la oposición de los liberales del FDP y de los hermanos bávaros de la CDU, la CSU, contra los planes de rescate a Grecia.