El levantamiento secesionista extendió su control tomando nuevos edificios públicos en Kramatorsk, ciudad a medio camino de su bastión de Slaviansk y de Donetsk. Mientras, EE.UU. amenaza con sancionar a Rusia. Moscú adelantó que va a responder.
El gobierno ucraniano ordenó ayer reactivar una ofensiva militar contra milicianos separatistas pro-rusos en regiones del este del país, luego de que una ciudad convocara a un nuevo referéndum independentista y un concejal apareciera muerto con señales de tortura en otra localidad rebelde. También ayer, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió en Kiev con las autoridades de Ucrania para reiterarles el apoyo de la Casa Blanca y advirtió a Rusia que «deje de hablar y empiece a actuar», presionando a los separatistas, que controlan parte de varias ciudades orientales, para que depongan las armas.
El jueves último, los cancilleres de Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Ucrania acordaron en Ginebra el desarme de todos los grupos separatistas y el desalojo de los edificios públicos que éstos ocupan en una decena de ciudades del este ucraniano, de mayoría rusoparlante. A cambio, Kiev aceptó reformar la Constitución para incluir las aspiraciones secesionistas de esa parte del país.
Pero este acuerdo se convirtió ayer en letra muerta luego de que el presidente interino de Ucrania, Alexander Turchinov, anunciara el relanzamiento de una ofensiva militar contra las provincias y ciudades sublevadas que Kiev había decidido suspender, antes de la reunión en Ginebra, hasta el fin de la Pascua.
«Hoy en Slaviansk se hallaron los cuerpos de dos personas salvajemente torturadas. Uno de ellos fue identificado como el desaparecido concejal de la ciudad de Gorlovka, Vladimir Ribak, que había sido secuestrado en la víspera por los terroristas», aseguró el mandatario, justificando su decisión. Ribak pertenecía al partido Batkivschina (Patria), del que también es miembro Turchinov y cuyo líder es la candidata a la presidencia y ex primera ministra, Yulia Timoshenko.
«Los terroristas han secuestrado prácticamente en toda la región de Donetsk, y se han pasado de la raya al torturar y asesinar a patriotas de Ucrania», agregó el presidente interino, quien también acusó a Moscú. «Estos crímenes se cometen con el pleno apoyo y connivencia de la Federación Rusa», denunció. Además, el Ministerio de Defensa ucraniano informó que un avión recibió ayer algunos disparos cuando sobrevolaba la ciudad de Slaviansk, uno de los bastiones separatistas de la convulsionada provincia de Donetsk. «Unos desconocidos dispararon con armas de fuego contra un An-30 de la fuerza aérea que realizaba un vuelo de reconocimiento», denunció el ministerio en un comunicado difundido por la agencia de noticias local Unian. Pese a los disparos, el avión logró volver a su base en Kiev sin ningún herido.
En tanto, el levantamiento separatista en algunas de las principales ciudades del este del país continuó creciendo y profundizándose. Los separatistas extendieron su control, tomando nuevos edificios públicos el lunes en Kramatorsk, ciudad a medio camino de su bastión de Slaviansk y de Donetsk. En la ciudad de Lugansk, uno de los centros industriales de Ucrania, la asamblea separatista convocó a un referéndum para decidir sobre la independencia de la región y el ingreso a la Federación Rusa, la misma iniciativa que terminó el mes pasado con la anexión rusa de la península de Crimea.
El referendo, que se sumará a los convocados por grupos pro rusos en las regiones de Odessa y Donetsk, se celebrará en dos etapas. En la primera, el 11 de mayo, se decidirá si Lugansk se declara región autónoma de Ucrania, y en la segunda, prevista para el 18 del mismo mes, si opta por la independencia o la anexión a Rusia, según explicó la agencia de noticias rusa Interfax. Unos días después, el 25 de mayo, Kiev realizará las primeras elecciones presidenciales desde que masivas protestas pro occidentales destituyeron al presidente pro-ruso, Viktor Yanukovich, en febrero pasado, forzando un adelantamiento de los comicios para reemplazarlo.
Desde Kiev, el vicepresidente norteamericano apoyó estos comicios y apuntó todas sus críticas contra Moscú. Biden repitió las amenazas lanzadas desde Washington en los últimos días y advirtió que si el Kremlin no retira sus tropas de la frontera con Ucrania, y si toma «nuevas medidas provocativas» en apoyo a los grupos separatistas pro- rusos en el este del país vecino, la Casa Blanca impulsará más sanciones contra Moscú.
Poco después, el Pentágono anunció que desplegará 600 militares en Polonia y los países bálticos para reforzar su compromiso con los aliados de la OTAN, como consecuencia de «la agresión de Rusia en Ucrania», según explicó el vocero, contraalmirante John Kirby.
En Moscú, el primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, fue el elegido para responder la nueva amenaza de Biden. «¿Serán afectados nuestros ciudadanos por esas cacareadas sanciones? No permitiremos que nuestros ciudadanos se conviertan en rehenes de juegos políticos», dijo Medvedev ante la Duma del Estado, la Cámara de Diputados. «Es un camino sin salida. Si aun así algunos de nuestros socios occidentales deciden tomarlo, no tendremos otra opción que hacer frente con nuestras propias fuerzas. Y ganaremos», añadió.
«Nuestras prioridades se mantienen inalterables: aumentar las pensiones, elevar los salarios de los empleados públicos, modernizar la educación y la salud, y los programas de construcción de viviendas», prometió el premier. «A las declaraciones responderemos con declaraciones y a las acciones con acciones, pero de una manera muy sopesada», aseguró el mandatario.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-244677-2014-04-23.html