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Ucrania

El arte de lo posible

Fuentes: Rebelión

Cuando en su criminal lucha contra las milicias antifascistas del sureste de Ucrania, los ejércitos privados de Azov y Dniepr, cuyos componentes pertenecen al Sector de Derecha, una organización nazi de Ucrania, se enfrentaban a una desastrosa derrota, cuando el alto mando del Ejército de Ucrania habían perdido todo tipo de iniciativa y los soldados […]

Cuando en su criminal lucha contra las milicias antifascistas del sureste de Ucrania, los ejércitos privados de Azov y Dniepr, cuyos componentes pertenecen al Sector de Derecha, una organización nazi de Ucrania, se enfrentaban a una desastrosa derrota, cuando el alto mando del Ejército de Ucrania habían perdido todo tipo de iniciativa y los soldados bajo sus órdenes se rendían entregando las armas, desertando o cambiándose de bando, al nazisionista Presidente Valtsman (Poroshenko) no le quedó otra opción que aceptar el diálogo, opción que el Presidente Putin había sugerido muy de antemano a que estallara el conflicto.

Lástima que antes de llegar al lugar por donde se debió empezar, los nazis de Kiev hubiesen bombardeado con aviación y artillería pesada los centros urbanos del sureste de Ucrania, dando de baja a cerca de diez mil ancianos, mujeres y niños, que no alcanzaron a escapar de tanta barbarie; lástima por tanto periodista asesinado por el gobierno de Kiev, entre ellos el fotógrafo Andréi Stenin, de la agencia Russia Today, cuyo vehículo fue acribillado con disparos de ametralladoras y al que, para borrar pruebas, arrojaron luego una granada a su interior; lástima por el niño crucificado en Slaviansk y por su madre arrastrada hasta que muera para escarmentar a la población civil que no alcanzó a escapar con las milicias populares; lástima por los pobladores de Odessa, quemados vivos en la Casa de los Sindicatos, adonde habían ido en busca de refugio; lástima por los 298 pasajeros del avión de Malasia derribado, según el Ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, por los nazis de Kiev, cuya culpabilidad los medios masivos de información de Occidente intentan ocultar miserablemente; lástima por tantas víctimas inocentes de Ucrania, culpables únicamente de aspirar a ser libres, de poder hablar en su idioma natal y de obtener cierto grado de autonomía. Era muy poco lo que el pueblo de sureste ucraniano pedía, ahora va a exigir mucho más.

Se trata de un conflicto que tiene raíces económicas, sociales y culturales de dos regiones que quieren ser independientes, donde las milicias armadas están formadas en su inmensa mayoría por la población local y por eso la operación punitiva emprendida por Kiev, a pesar de lo sangrienta que fue, estuvo condenada desde un inicio al fracaso; se trata de un conflicto que busca evitar que Ucrania forme parte de una zona económica común entre Europa y Asia, desde Lisboa hasta Vladivistok, tal como lo propuso el Presidente de Rusia, Putin, lo que va contra los intereses del imperialismo mundial globalizado; se trata de un conflicto que busca colocar a Ucrania bajo las garras de la OTAN, como lo han hecho ya con todos los antiguos países socialistas; se trata de un conflicto que busca controlar el negocio del gas de Rusia con Europa, gran parte del cual es transportado a través de Ucrania, y de que además las transacciones financieras de este gigantesco negocio se hagan con dólares norteamericanos, lo que ayuda a la emisión de bonos del tesoro de los EE.UU.; se trata introducir a la OTAN por todos los costados de Rusia con la finalidad de revivir a este anacronismo de la Guerra Fría y obligar a Moscú a gastar valiosos recursos en armas inútiles, para ver si así consiguen su derrumbe económico, semejante a lo que hicieron con la URSS; finalmente, se trata de aislar a Rusia de la comunidad internacional con la finalidad de conseguir mediante este aislamiento la hegemonía mundial, algo lo que los EE.UU. no han logrado mediante tanta guerra estúpida que declararon a lo largo de este siglo y que sólo llevaron destrucción y muerte a los países que agredieron e invadieron.

Si se llegara a concretar el acuerdo de Minsk y se lograra una paz duradera para toda Ucrania sería gracias a las milicias del sureste de ese país, que con su lucha evitaron una guerra calamitosa a nivel mundial. Este triunfo es el primer paso para que el pueblo ucraniano se vea libre de la oligarquía nazisionista que actualmente lo domina con ayuda del imperialismo mundial globalizado.

Ígor Plotnitskin, líder de la República Popular de Lugansk, declaró que existe el riesgo de que el alto al fuego no sea duradero y sea utilizado por el gobierno de Ucrania para reagrupar tropas y reforzarse con ayuda extranjera (la OTAN), lo que fue confirmado por Valeri Gueletei, Ministro de Defensa de Ucrania, quien declaró que «el alto al fuego nos permite prepararnos para defender posiciones en las regiones de Donetsk y Lugansk,» acto que para Serguéi Lavrov, Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, es inadmisible por ser estas maniobras nocivas para Ucrania.

Ígor Plotnitskin expresó también que las milicias populares de Donetsk y Lugansk quieren la independencia y van a exigir a Kiev «garantías absolutas» para su población e instituciones políticas. «Se debe fijar el estatus del ruso y el compromiso de Ucrania de no impedir el desarrollo de relaciones económicas libres de nuestras repúblicas con Rusia. Debemos tener libertad para formar milicias populares armadas que vigilen el orden público.» Dijo que aceptó a regañadientes la inclusión de algunos puntos en el protocolo «con el fin de restablecer la paz y la seguridad. Podemos y debemos alcanzar compromisos, e incluso, allí donde podamos, acercarnos al máximo con la sociedad ucraniana. No rechazamos el diálogo, pero éste debe ser de igual a igual.»

¡Bravo! ¡Así se debe hablar! Como dijo el gran Aristóteles: La política es el arte de lo posible.

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