Tradicionalmente la cultura es una herramienta muy poderosa, lo tiene claro el imperialismo (el gobierno mexicano sigue en la inopia) que ahora echó mano de sus herramientas mediáticas y sus recursos humanos para promover un concierto contra el gobierno bolivariano de Venezuela en la frontera colombiana. Un evento financiado por el empresario inglés Richard Branson, […]
Tradicionalmente la cultura es una herramienta muy poderosa, lo tiene claro el imperialismo (el gobierno mexicano sigue en la inopia) que ahora echó mano de sus herramientas mediáticas y sus recursos humanos para promover un concierto contra el gobierno bolivariano de Venezuela en la frontera colombiana. Un evento financiado por el empresario inglés Richard Branson, que piensa que todo se compra con dinero y cuyo único interés es él mismo, la difusión desde la maquinaria propagandística gringa y la venia de los vende patrias venezolanos.
Parados en el charco de sangre en el que durante años convirtieron a Colombia, los nuevos payasos del imperio montaron un templete de la franquicia Live Aids como extensión indiscutible de las bases militares del comando sur y una política colonialista y asesina, para exigir la entrada a la Venezuela de Bolívar de supuesta «ayuda» a una «crisis humanitaria» fabricada por el departamento de Estado de Estados Unidos y la oligarquía venezolana y tratar de concluir una intervención y un golpe de Estado fallido.
Todo un circo montado para tratar de legitimar el intervencionismo, utilizando Colombia a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres de la presidencia de la República de Colombia (UNGRD) como caballo de Troya para meter la supuesta ayuda y violar la soberanía de Venezuela con la complicidad de Iván Duque, presidente colombiano; además del presidente chileno Sebastián Piñera y Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, entre otros que fungieron como paleros.
Solo había que ver el montaje con las imágenes manipuladas de los medios alineados a Estados Unidos de «hermandad» entre los pueblos: banderas estadunidenses ondeando junto a banderas colombianas y venezolanas alrededor de Juan Guaidó, un delincuente formado y entrenado por Washington para desestabilizar a Venezuela y autoproclamado «presidente» y quien sigue pensando ensordecedoramente que realmente es un «presidente interino».
Cantantes como Miguel Bosé, Juanes, Carlos Vives, Maluma, Alejandro Sanz, Diego Torres, el Puma, Luis Fonsi, Maná, Ricardo Montaner, Mau y Ricky, Paulina Rubio, entre otros. Muchos, pseudoartistas fabricados por los monopolios televisivos e hijos indiscutibles de la sociedad del espectáculo, que responden órdenes y al mejor postor, ahora se prestaron como payasos del imperio para sumar adeptos y seguir tratando de embaucar al mundo con una «crisis humanitaria» ficticia que requiere la «intervención» inmediata del «policía» del mundo.
Si bien todo ser humano está en su derecho de ejercer la libre expresión y el libre pensamiento, también tiene la obligación de ejercerlos con responsabilidad y más cuando se trata de artistas o intérpretes que se manejan a nivel masivo, pero no es el caso de esos figurines a quienes nunca los hemos visto haciendo templetes en las fronteras de Siria, Palestina, Irak, Somalia, Nigeria entre otras, para detener las crisis humanitarias o crímenes de guerra, que sostiene Estados Unidos en contra de quienes no piensan como ellos, tampoco los hemos visto cantando sus «éxitos» para detener la persecución contra los pueblos originarios en América Latina y el resto del mundo por defender la tierra y el derecho a la vida, por ejemplo. No me cabe en la cabeza siquiera imaginarme a una diva como Miguel Bosé quién perdió la memoria histórica de vivir los años de la dictadura franquista, manifestándose en Chile contra la persecución del pueblo mapuche. Pero cuando la ignorancia, la ambición, el protagonismo y la doble moral de esos «progres» se juntan, hasta la maquinaria mediática del imperio se pone a sus pies para continuar la farsa. En contraste, a 300 metros del circo yanqui-colombiano, en territorio venezolano, cientos de artistas en un concierto por la paz se manifestaron con la consigna «Para la guerra nada», un concierto no solamente en el escenario bolivariano sino también con manifestaciones de apoyo que llegaron en obra gráfica, murales, videos, canciones, poesía y mensajes solidarios de miles de artistas de todo el mundo con las etiquetas: #VenezuelaEnDefensaDeLaPaz, #TrumpHandsOffVenezuela, #ParaLaGuerraNada, #FueraManosDeVenezuela.
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