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El colapso del Estado, el auge del neonazismo

Fuentes: http://periodismohumano.com/economia/el-colapso-del-estado-el-auge-del-neonazismo.html

El 7 de noviembre, Atenas volvía a arder. Frente al Parlamento, donde se alcanzaba otro monstruoso acuerdo, las unidades de policía especial golpeaban a niños y mujeres mayores. El mayor paquete de medidas de austeridad había sido impuesto. En las calles, se lanzaban cócteles molotov, se coreaban consignas y los gases lacrimógenos hacían llorar a […]

El 7 de noviembre, Atenas volvía a arder. Frente al Parlamento, donde se alcanzaba otro monstruoso acuerdo, las unidades de policía especial golpeaban a niños y mujeres mayores. El mayor paquete de medidas de austeridad había sido impuesto. En las calles, se lanzaban cócteles molotov, se coreaban consignas y los gases lacrimógenos hacían llorar a la gente. De hecho, podemos decir que Atenas es oficialmente la capital del llanto de Europa.

Y de nuevo, todas estas medidas serán probablemente inútiles. La votación que se estaba realizando dentro de los gruesos muros del Parlamento ha sido acordada previamente. La infraestructura pública está siendo desmantelada hasta la Edad de Piedra y los últimos recortes sólo garantizan el empeoramiento de la situación. A los pobres habitantes de este gigante laboratorio llamado Grecia no se le ha ofrecido ni siquiera el lujo de una alternativa. Sólo les queda la opción de quejarse y manifestarse. Y claramente no es suficiente.

Un país sin soberanía difícilmente es un país. Grecia es ahora una grotesca marioneta de los mercados financieros internacionales. La élite política griega está subcontratada por los intereses extranjeros, principalmente de la corporación llamada Unión Europea. Sus intereses más inmediatos son convertir a esta tierra en una nueva Asia en el centro mismo de Europa. En el nombre del santo grial llamado ‘competitividad’, el pueblo griego está siendo despojado de su modo de vida.

Y esto es lo que nos espera en el futuro al resto de la ciudadanía europea. ¿Cuánto van a tardar las ‘zonas de libre empresa’ en aparecer en nuestro entorno? La llamada ‘zona de libre empresa’ es una unidad de producción alimentada por el desastre que el capitalismo ha sembrado en todo el mundo. Cuatrocientos euros de salario mensual sin beneficios sociales y montones de horas extras gratis: esto es lo que el trabajador europeo de mañana puede esperar a la vista de lo que está ocurriendo. Y si en la moderna y competitiva Europa alguien se queja, cincuenta esclavos más viejos se pegarán por conseguir ese trabajo. En este momento podemos poner una enorme pegatina de ‘Hecho en China’ sobre todo nuestro continente. La educación y la salud empiezan a ser ya privilegios de los ricos.

El nazismo enseña su feo rostro

En este momento, ¿hay algo que pueda parar el auge neoliberal? La vieja, impotente, arrogante, totalitaria y derrotada ‘izquierda’ no parece tener legitimidad entre la población para intentarlo. La nueva izquierda parece tímida y sin las ideas demasiado claras. ¿A quién se puede dirigir un joven enfadado con lo que está ocurriendo para entrar en la arena política? ¿Hay acaso una solucion política para este desastre? ¿Pueden los manifestantes trascender del nivel callejero? ¿No hay alternativa posible a la escalada del sangrado social? ¿2012 es igual a 1937?

Estas preguntas son igual de relevantes ahora en Grecia que en el resto de Europa.

¿Quién vendrá a plantarle cara a los okupas financieros y a la fuerte marea neonazi? El apoyo popular al partido Amanecer Dorado, el partido neonazi, está creciendo rápidamente. Syriza, la unión de lo que alguna gente lllama la nueva izquierda, es fuerte en las urnas pero está en baja forma políticamente. Para luchar contra los neonazis sería necesario un inequívoco apoyo de las instituciones democrácticas europeas, pero la situación es exactamente la contraria. En Bruselas, la nueva izquierda liderada por Alexis Tsipras es percibida como el archienemigo. Las políticas xenófobas europeas no han hecho nada para ayudar en la crisis griega con la inmigración y los eurócratas no prestan la atención que deberían a los neonazis. Cualquiera que observe el desmantelamiento de la democracia más antigua de Europa contempla cómo es sólo cuestión de tiempo que se extienda al resto del continente. Los neonazis de Grecia son sólo los primeros hijos de la nueva Europa.

En las elecciones de junio Amanecer Dorado ganó 18 escaños parlamentarios. De acuerdo con las encuestas, ahora tiene el apoyo del 12% de los votantes. El porcentaje crece incesantemente. No sorprende que los neonazis estén volviéndose más descarados en su batalla contra los inmigrantes y contra todos aquellos que estén en desacuerdo con las posiciones de su partido.

Durante mi visita esta primavera, uno podía observar las violentas peleas entre los más belicosos neonazis y los más desventurados inmigrantes africanos y asiáticos. Los ataques solían tener lugar durante la noche. El racismo es una parte importante de las políticas griegas. Entre 2006 y 2011, las autoridades recibieron 89.575 peticiones de asilo. Sólo 929 fueron aprobadas. El sistema para la aceptación de esta condición estaba y está controlado por la policía.

Incluso antes de esta primavera, los neonazis podían agredir a los inmigrantes sin muchos obstáculos. La policía solía mirar hacia otro lado. Hoy, el embrutecimiento de la política griega es oficial. En los últimos cuatro meses, las autoridades de Atenas han cumplido una grotesca campaña por la que han ‘limpiado’ las calles de más de 50.000 inmigrantes. La mayoría de ellos han sido trasladados a los llamados centros de detención, es decir, prisiones. La policía ha llevado a cabo redadas de identificación racistas, pidiendo la documentación a las personas por su aspecto físico. Los miembros de Amanecer Dorado han estado al frente de este gigante tarea, rastreando vecindarios enteros ellos mismos, destrozando comercios de inmigrantes y siendo elogiados por la población local a menudo.

«Ellos solían hablar pestes de nosotros e insultarnos, pero eran sólo palabras. Ahora estamos en ese punto donde empiezan a matar gente», dice Javed Aslam, el líder de la comunidad paquistaní en Atenas. Aslam siente que Grecia es ahora un pueblo con dos conjuntos de leyes. Uno aplicado a los neonazis que han sido mimados y protegidos por la policía. El otro aplicado a los inmigrantes, que han sido desprovistos de cualquier protección legal. Aslam culpa a las autoridades griegas dirigidas por Nueva Democracia, un partido que gano mucho apoyo enarbolando su discurso antiinmigración. Lo que están haciendo los miembros de Amanecer Dorado en las calles es sólo una aplicación en la vida real de su retórica».

Dimitris Psaras, autor de La Biblia Negra, un libro sobre Amanecer Dorado, está convencido de que la influencia neonazi está llamada a crecer. En su libro documenta el fuerte vínculo entre Amanecer Dorado, la política griega y las empresas privadas griegas. «Es común que una persona pueda pertenecer a estas tres organizaciones al mismo tiempo», escribe Psaras. «Socializan en los gimnasios y en ciertos cafés conocidos por ser propiedad de miembros de Amanecer Dorado o de simpatizantes». Las observaciones de Psaras están respaldadas por las de Teodora Oikonomides, que trabaja para la alternativa Radio Bubble. Cree que la xenofobia y el discurso chovinista perfeccionado por Amanecer Dorado es ahora el oficial de los gobernantes. «Negándose a actuar contra Amanecer Dorado», entiende Oikonomides, «los políticos griegos y sus colegas europeos han abierto la caja de Pandora que no volverá a cerrarse jamás».

Las sombras de la dictadura

Kristos Manouras, portavoz de la policía griega, se niega a establecer vínculos entre Amancer Dorado y las fuerzas del Estado. Sin ninguna aparente ironía, explica que las redadas de la policía en los barrios han hecho de Atenas un «lugar más humano».

Ilias Panagiotaros, parlamentario de Amanecer Dorado, niega categóricamente que estén criticando a los inmigrantes indocumentados. Panagiotaros es el propietario de una tienda de artículos de deporte y parafernalia nacionalista en el centro de la ciudad. Entre otros artículos, la tienda expone alegremente el retrato del criminal de guerra serbio Zelko Raznatovic Arkan. Como a este reconocido carnicero, a Panagiotaros le gusta culpar de los ataques a las víctimas.

«El único ataque violento que está teniendo lugar en Grecia son los ataques que los inmigrantes están llevando a cabo contra la población local», clama. «Los metodos adoptados por los partidos sólo hacen llevar la batalla política del Parlamento a las calles». Hablando sobre la información aparecida en la prensa, Panagiotaros estaba feliz de confirmar que alrededor del 60% de los policías apoyan a Amanecer Dorado. «¡Y esa cifra crece cada día!». En opinión de este hombre, una guerra civil está teniendo lugar en Grecia. «La sociedad griega está lista para luchar. De un lado, nosotros, los patriotas griegos que estamos preparados para recuperar el país que una vez tuvimos. En el otro lado, están los inmigrantes ilegales y los anarquistas que han intentado meter fuego a Atenas en sucesivas ocasiones. Estamos luchando contra el sistema político actual, contra los banqueros extranjeros y nacionales, y contra los invasores extranjeros, los inmigrantes».

Panagitaros es, obviamente, uno de los que participan en esta guerra seriamente. Hace un mes, lideró el asalto al Teatro Chyterio, donde se representaba el Corpus Christi de Terence McNallys. De nuevo, la policía miró hacia otro lado mientra los neonazis descargaban su odio contra la audiencia. El director teatral, Laertis Vasiliu, declaró después que esto había sido el Kristalnacht, la noche de los cristales rotos, de Grecia.

Vasiliu contó a los periodistas que los trabajadores de su teatro y sus familias habían sido amenazadas en numerosas ocasiones por teléfono. Estas llamadas no son, por supuesto, algo que la policía considere que debe investigar. «La Comisión Europea para los derechos humanos, el Parlamento europeo y el griego han fallado al no tomar medidas», advierte Vasiliu. «Europa debe actuar con contundencia si piensa que El Tercer Reich es algo que no debería repetirse». El diputado de Amanecer Dorado ha propuesto la expulsión de todos los hijos de inmigrantes de las guarderías griegas. También ha solicitado una lista oficial de las guarderías con mayores porcentajes de niños inmigrantes. El ministro de Educación ha aprobado su petición.

Desmantelando lo público

El 9 de noviembre, las calles de Atenas vieron otra huelga, esta vez de empleados de varios servicios públicos. Estaban decididos a ir a la huelga en contra del despido de 7000 trabajadores. Unos cuantos cientos de persona con rostros visiblemente de cansancio marcharon dignamente por las avenidas. Les acompañaba la calidez del sol otoñal, pero el ambiente era derrotista. Amilanados por la ansiedad, estaban demasiado cansados para gritar y romper ventanas. Sus vidas llevan demasiados meses en tensión para conservar alguna esperanza. Basureros y funcionarios de elevada cualificación andaban juntos. Todos ellos víctimas de las medidas, tras medidas, de austeridad, la sucesión de paquetes aprobados por las instituciones financieras internacionales cuyas promesas de mejora son una mentira vacía. Grecia es el escenario del monumental experimento de la esclavitud de nuestros días. En palabras de Gianis Dragasakis de Syriza: «El primer memorándum nos llevó a salarios del nivel de los Balcanes. El segundo, servicios públicos de Europa del Este. El tercero, nos convirtió en un país del Tercer Mundo».

Makis Giamallis, un empleado de los servicios municipales de Glyfada, en la costa de Atenas, afirma convencida: «En los últimos dos años, nuestras vidas han sido transformadas sin vuelta atrás posible. ¡Se nos ha robado todo, no sólo el dinero! La gran privatización de todo lo público está en marcha. Incluso los servicios más básicos como la recogida de basura ha sido privatizada. ¡Nos lo están quitando todo, todo! Cada dos meses bajan nuestros salarios. Muchos de mis amigos han perdido sus trabajos. Muchos de ellos han gastado sus últimas reservas y ya no pueden pagar sus hipotecas. Algunos de ellos han terminado en la calle. El hambre está presente ahora en Atenas, incluso en algunos de los barrios más pijos de la ciudad. Ayer me contaban que diez personas de nuestro barrio están seguros de que van a perder sus empleos el próximo año. Uno de ellos es una madre soltera de 28 años. Pero a nadie le importa la situación de los trabajadores. Somos números, nada más. Parecemos peso muerto, basura. Hace mucho que Grecia dejó de ser un país: ahora es un campo de entrenamiento para la devastación total realizada por el capitalismo. Lo que estamos viendo aquí es sólo el principio».

Gianallis tiene 25 años de trayectoria en el servicio público. Pero me contaba cómo está listo para ser expulsado a la calle con el resto. «Mi única opción es protestar y apoyar a mis colegas. Muy pronto, estaré en la misma posición».

La juventud de una defenestrada nación

El 14 de noviembre, 23 países europeos celebraron protestas contra las medidas de austeridad. En la mayoría de los países, sorprendentemente, poca gente las apoyo. Katarina Kanilopulu, una abogada y activista de 29 años de Atenas, es una de las que se lo tomó como una cuestión personal y profesional. Cuando hablé con ella, sentada en las escaleras del Parlamento, en la plaza Syntagma, parecía atormentada y desencantada, así que no hubo interrupción en el siguiente monólogo.

«Grecia está vencida y humillada. Tanto mi nación como mi generación han sido completamente deshonradas. Y yo defino a mi generación de manera amplia, entre los veinte y los treinta y cinco años. ¿Quieres saber nuestro gran defecto? Estamos eligiendo actuar como individuos, no como un colectivo. Actualmente, creo que no hay nada que podamos llamar sociedad griega. Somos solos unos millones de egoístas enfadados, personas jodidas por sus propios problemas materiales. La triste lección es que la mayoría de nosotros no tenemos ni idea de lo que es una sociedad. Hay unos cuantos grupos de jóvenes bien organizados buscando alternativas, pero ¿cómo mantienes tu planteamiento entre una amplia mayoría de consumistas egoístas? Nuestra comunidad ha fallado en los últimos 20 años y nosotros, el pueblo, estábamos ciegos en este sentido. Esto nos hace culpables.»

El sol volvía a brillar donde estábamos sentados pero a nadie le importa. La joven abogada me cuenta que solía ser idealista pero que ahora nada le permite ser optimista. «La única clase de sentimiento optimista que escuchas por aquí es el basado en la ignorancia». Katarina está convencida de que la política como la conocíamos hasta ahora ha sido derrotada para una buena temporada. Encuentra estúpido esperar cambios surgidos de los resultados de unas elecciones. Siento que tengo que citar a Noam Chomsky, así que digo: «Sólo porque puedas votar y ellos no te disparan no deberías pensar que vives en democracia». Katarina se muestra absolutamente de acuerdo.

«Necesitamos una nueva base para nuestra batalla de clase» dice con el ceño fruncido. «La democracia parlamentaria ha sido comprada por los grandes negocios y esto ocurre en toda Europa, hay muy pocas excepciones. Y esta nueva base no puede ser ideológica. Pero para crear esos nuevos pilares necesitamos deshacernos de todos nuestras asunciones sociales, económicas y políticas. Al haber entrado en contacto con el poder, todas ellas están corruptas. Quizas necesitamos desechar la política también. Syriza puede estar liderada por unos cuantos rostros jóvenes y frescos, pero en cualquier caso están cortados por la misma base que la antigua política. Sólo necesitas mirar sus pasados. Tsipras está presentándose como un intelectual, ¿verdad? Pero si él alcanza el poder y da a la gente dos trozos de pan más que su predecesor, el pueblo estará listo para arrodillarse ante él. ¿Qué ocurre con el pensamiento crítico? ¿Qué hay de la democracia? Incluso cuando era estudiante ya me di cuenta de que había algo terrible con nuestro país. Ahora vemos las consecuencias. Hoy Grecia es un estado medio totalitario. Y la vacuna está siendo rápidamente impuesta por los jóvenes neonazis aprovechándose de su radical interpretación de este desastre económico».

La muerte de la democracia

Estos días el periodista griego D. habla muy rápido. En su país, el derecho a la libre expresión está siendo fuertemente limitado. El tristemente conocido arresto del periodista que publicó la lista de los dos mil ciudadanos griegos que habían transferido dos billones de euros a la sucursal de HSBC en Ginebra. Pero es sólo la punta del iceberg. Hay incontables ejemplos, como el arresto de dos periodistas que, en sus redes sociales, publicaron la imagen de policías griegos y neonazis conversando alegremente. Durante el juicio, el juez mantuvo que las acciones de los dos periodistas iban dirigidas a «incitar los disturbios».

La gran mayoría de los medios griegos depende económicamente de las administraciones o de capital privado con fuertes vínculos con la actualmente gobernante Nueva Democracia. Las consecuencias de las políticas de austeridad están siendo mayoritariamente ignoradas o, al menos, edulcoradas. En lugar de un análisis racional, los tertulianos sostienen que las cosas no están tan mal. Los periodistas más valientes apenas tienen protección y son atacados fieramente. El ambiente apesta a totalitarismo, un hedor demasiado fuerte para ser vencido sólo con protestas y eslóganes anarquistas. «Cada mes, el pueblo griego pasa a vivir un poco peor que el anterior», me dice. «Primero, mucha gente tuvo que mudarse de sus bonitos apartamentos a otros más pequeños. Pero además sé que mucha gente se ha mudado a las habitaciones que solían ser usadas por los inmigrantes antes de que las autoridades y los neonazis les cazaran y encarcelaran en los llamados centros de detención».

Petros Papakosttantinou, un columnista del periódico Kathimerini con mucha influencia, está de acuerdo. Papakosttantinou es un respetado escritor, un reportero de conflictos ducho en numerosos lugares del mundo, un lúcido analista de la sociedad griega y un físico que a ratos me recuerda a Albert Einstein y otras a Kurt Vonnegut. En opinión de este hombre el viejo sistema político está muerto, y Grecia es el principal campo de batalla del asalto global financiero liderado por las instituciones internacionales y alemanes.

«Las élites financieras alemanas nunca han tenido aprecio por la política», me dice. «Ellos siempre han infravalorado los factores políticos. Empezaron dos guerras porque sobreestimaron su capacidad militar y desestimaron las realidades políticas. Ahora han empezado otra guerra global financiera pero de nuevo están sobrevalorando sus habilidades económicas. Y al final, pagarán un terrible precio. Pero no antes de que grandes partes de Europa hayan sido absolutamente devastadas».

Papakonstantinou está convencido de que estamos suspendidos en la cúspide de una nueva era política para ser dominados por nuevas fuerzas políticas. «En los últimos meses, la izquierda griega hizo mucho por consolidar su posición. Pero no estoy hablando de la tradicional izquierda como los comunistas. En su lugar, una nueva izquierda extremista está alzándose. En este momento, disfruta del apoyo de una tercera parte del electorado. Esto no habría pasado nunca si la mayoría del pueblo griego no hubiera sufrido las consecuencias desastrosas de las medidas de austeridad. Grecia se está moviendo radicalmente hacia la izquierda, lo que significa una oportunidad para constituir el primer gobierno verdaderamente de izquierda en Europa desde la II Guerra Mundial. Si esto pasa, estaremos en un gran problema. Podríamos usar incluso la frase ‘en una coyuntura histórica’. Pase lo que pase aquí afectará profundamente al futuro del continente».

Pese a su optimismo, Papakonstantinou advierte que Syriza no está llamada a liderar el país. «Es un partido joven cuya mentalidad no ha sido creada para el éxito, de hecho ha conservado parte de su planteamiento minoritario. En las calles, Syriza aún no tiene mucho poder real ni, realmente, credibilidad. Las protestas están todavía lideradas por los comunistas y los sindicatos. Pero creo que puede haber un cambio también. Para comprender en profundidad nuestro país, podríamos emplear las palabras del famoso pensador izquierdista italiano Antonio Gramsci que dijo que el viejo mundo está ya muerto mientras el nuevo mundo no ha nacido aún».

Un día antes de la gran manifestanción antinazi en Atenas, pregunté al escritor y columnista Dimitris Konstandakopoulos sobre el estado real de la democracia griega. «¿Democracia?», preguntó, «!¿Qué democracia?! Nuestra democracia ha sido asesinada por las élites financieras internacionales, por las instituciones europeas y por Ángela Merkel. Nuestro país ha sido elegido para convertirse en un laboratorio del desastre capitalista. Hasta ahora, esos experimentos sólo nos han llevado a un país del Tercer Mundo. Chile, Argentina, Irak, Afganistán, y ahora Grecia. Mañana, España y muchos otros. Si los manipuladores triunfan en Grecia, también lo harán en otras partes de Europa.

Konstandakopoulos está convencido de que estamos asistiendo al auge de un súper poder sin oposición llamado ‘capital internacional’. «Ahora mismo, está atacando Europa, el continente está siendo sitiado por todas partes. Estamos en Grecia y somos las primeras víctimas. Ahora, nos estamos convirtiendo en España durante su guerra civil. Si el resto de Europa nos deja a la deriva, está claro que nos desmoronaremos. De lo que estamos hablando aquí es de un proceso coordinado cuidadosamente, holístico, que ha destrozado mucho más que la clase media de la Europa moderna. En este momento, el continente está siendo dirigido por semianalfabetos idiotas. Pero los políticos que vemos cada noche en televisión, su poder, es una ilusión. Ellos están subcontratados por los nuevos gobernantes, el gran capital que está creando un dominio con métodos coloniales. Ocupación, esclavitud, el auge de poderes locales leales, robo masivo de recursos naturales, apropiación del talento joven, devaluación de todo lo local en nombre del crecimiento imperial. El principal método es la manipulación en cada estamento. El objetivo es crear una atmósfera de miedo y humillación. Uno de los objetivos del imperio es desencadenar una epidemia de depresión maniaca entre la población con un sentimiento de culpabilidad e impotencia. Los ocupantes están todavía entrenando a sus representantes locales para el desmantelamiento de todo lo público y social de nuestra sociedad. La clase media es ya sólo un fantasma, pero algunos de sus miembros más inconformistas servirán de descarga para la rabia contenida de la sociedad. Y toda esta verdad está siendo manipulada mientras hablamos».