El Gobierno de Pedro Passos Coelho sorteó el viernes otra moción de censura, la quinta en lo que lleva al frente del país. La moción fue impulsada por los Verdes y apoyada por el Partido Socialista. Mientras que los conservadores se enfrentan entre sí y hablan de incompetencia entre sus filas, el presidente de la […]
El Gobierno de Pedro Passos Coelho sorteó el viernes otra moción de censura, la quinta en lo que lleva al frente del país. La moción fue impulsada por los Verdes y apoyada por el Partido Socialista. Mientras que los conservadores se enfrentan entre sí y hablan de incompetencia entre sus filas, el presidente de la República portuguesa exige un plan de «salvación nacional» a Gobierno y oposición en medio de la crisis política y económica que vive el país vecino.
Pero la crisis política viene de atrás. Las rencillas entre Pedro Passos Coelho y Paulo Portas, los líderes de los dos partidos que forman la coalición de Gobierno en Portugal, se convirtieron a principios de mes en el último episodio de la crisis económica que asola el país desde hace más de dos años.
Una dimisión simbólica
El pasado 1 de julio, el hasta entonces ministro de Finanzas y miembro del centroderechista Partido Socialdemócrata (PSD) que preside Passos Coelho, Vitor Gaspar, presentó su dimisión. Responsable de la cartera desde junio de 2011 y gran valedor de las políticas de austeridad auspiciadas por la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional), su gestión ofrece un balance nefasto. Incapaz de garantizar crecimiento y bienestar, los datos macroeconómicos han confirmado un retroceso de la economía portuguesa en el último ejercicio de un 4%, mientras que la tasa de desempleo ha superado en 2013 el 17%.
Tan sólo un mes antes de su marcha, Gaspar ya había reconocido graves faltas: «En la gestión de una crisis de estas dimensiones es inevitable cometer errores, y es evidente que soy responsable de algunos de ellos». Si bien, paradójicamente, era considerado por sus homólogos comunitarios el mejor ministro de Finanzas.
Desavenencias políticas
La sustituta elegida, Maria Luís Albuquerque, que deberá continuar la polémica obra de su predecesor, fue, sin embargo, el detonante de la «irrevocable» y más grave dimisión de Portas, el conservador ministro de Exteriores del Partido Popular portugués y cabeza visible del grupo Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), que vio en el nombramiento de la antigua secretaria de Estado del Tesoro un desprecio hacia las posiciones de su partido y probablemente una oportunidad para sacar tajada del nuevo escenario.
En una declaración a la nación sin precedentes, Passos Coelho hizo saber a Portas que no aceptaría su dimisión y le emplazó a mantener una serie de reuniones, bajo el patrocinio del presidente de la República, Anibal Cavaco Silva, para evitar la caída de su Gobierno. «No abandonaré Portugal», confesó a los medios de comunicación el mismo primer ministro que meses atrás había alentado a los jóvenes portugueses a buscar trabajo en el extranjero. Apalancado en el poder, Passos Coelho evitó hablar de elecciones anticipadas y desoyó todas las voces que desde la oposición demandaron la disolución de la Asamblea y la celebración de nuevos comicios.
El sainete se saldó el día 6 con el regreso del ‘dimitido’ Portas al Gobierno, ahora con el cargo de viceprimer ministro y coordinador de las políticas económicas a debatir con la troika, lo que le sitúa un escalón por encima de Albuquerque.
Apuesta por los ‘ajustes’
En la semana que ha durado la crisis política, la bolsa ha llegado a caer un 6,5% y el bono a 10 años ha superado la barrera de los 700 puntos. Aun así, Passos Coelho ha saludado los ajustes en su Ejecutivo como el comienzo de «un nuevo ciclo nacional» en la senda hacia la recuperación, algo en lo que no coinciden el resto de partidos del arco parlamentario.
Para el líder socialista António José Seguro, los acuerdos de Portas y Passos Coelho son «una solución para Partido Socialdemócrata y CDS-PP, pero no para los portugueses y el país». En una línea similar, para João Semedo, los intercambios protagonizados por los conservadores recuerdan a «los senadores del Imperio Romano».
Aunque ha sido Jorge Cordeiro, del Partido Comunista Portugués, quien se ha mostrado más duro al acusar al primer ministro y a Portas de ir «en contra de la ley y la República de Portugal».
Por el momento, el Gobierno portugués, más debilitado, se mantiene con un Portas como nuevo y muy criticado hombre fuerte, pero que en realidad podría haberse convertido en un gigante con pies de barro. Habrá que esperar para ver si este nuevo acuerdo entre los dos socios en el poder no tiene ya fecha de caducidad.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/global/gobierno-portugal-sortea-otra-mocion-censura.html