El gobierno español considera aprobado por la ciudadanía el tratado constitucional europeo, en una jornada en la que entorno al 60% de los convocados a las urnas no ejerció el derecho a voto. Con el 93,54% de los votos escrutados, un 76,49% de los españoles que votaron dijeron ‘sí’ al texto y un 17,43% se […]
El gobierno español considera aprobado por la ciudadanía el tratado constitucional europeo, en una jornada en la que entorno al 60% de los convocados a las urnas no ejerció el derecho a voto. Con el 93,54% de los votos escrutados, un 76,49% de los españoles que votaron dijeron ‘sí’ al texto y un 17,43% se ha decantado por el ‘no’. Un 6% de las papeletas ha sido en blanco.
Puesto que el voto afirmativo corresponde a dos tercios de los votantes, y estos son el cuarenta por cien del censo, el apoyo a la Constitución quedaría por tanto establecido en tres de cada diez españoles. El secretario de organización del PSOE, José Blanco, valoró este resultado afirmando que «los españoles han dado un sí de forma mayoritaria e inequívoca a la Constitución Europea, que supone un paso firme hacia adelante en el proyecto europeo y que el porcentaje de participación era importante dado que no había confrontación entre los dos principales partidos ya que ambos defendían el respaldo a la Carta Magna de la UE y no había incertidumbre sobre el resultado final».
La gubernamental agencia Efe afirmaba que «el 76,5 por ciento de los españoles respaldó con su voto la Constitución Europea», algo que no es cierto porque se olvidan del 60 % de ciudadanos que no ha dicho nada porque no ha votado.
El nivel de abstención es el peor resultado de la historia democrática española. En las últimas elecciones europeas se llegó al 45% y hasta el referéndum de este domingo, era el porcentaje más escaso.
Se da la circunstancia de que el SI lo habían pedido los dos partidos mayoritarios, los sindicatos mayoritarios, las organizaciones empresariales y la totalidad de los grandes medios de comunicación, a pesar de lo cual siete de cada diez españoles no resultaron convencidos.
Por otro lado, el resultado de la votación no era vinculante puesto que ya el gobierno había firmado el tratado oficialmente.