Nueve militantes «prorrusos», en la usual y casi insultante terminología oficial o servil, han muerto, es decir, han sido asesinados en estos tres últimos meses. Oles Buzina fue asesinado a tiros en pasado jueves en Kiev. Se había presentado a las elecciones el pasado año. Un ex diputado, Oleg Kaláshnikov, también ha corrido la misma […]
Nueve militantes «prorrusos», en la usual y casi insultante terminología oficial o servil, han muerto, es decir, han sido asesinados en estos tres últimos meses.
Oles Buzina fue asesinado a tiros en pasado jueves en Kiev. Se había presentado a las elecciones el pasado año.
Un ex diputado, Oleg Kaláshnikov, también ha corrido la misma suerte. Fue el miércoles pasado, ante el portal de su casa en Kiev.
Son las últimas víctimas pero hay más, nueve en total. Los asesinatos políticos son moneda corriente en la liberal y usamericana- proeuropea Ucrania del Oeste. O con las propuestas «modernizadoras» europeas o a la cuneta de la historia. ¿Algo que decir?
Un comentario de Rubén Ruiz Ramas, investigador de la UNED y coordinador del portal Eurasianet: «Los hechos se inscriben en un con
texto de un estado muy débil y cuyas fuerzas de seguridad y judiciales no están sabiendo reaccionar a los procesos abiertos por casos como la matanza de Odessa (mayo de 2014) o la propia masacre de Maidán (febrero de 2014). Hay serias dudas sobre la autoría de estos ataques». Es decir, apenas hay dudas sobre la verdadera autoría de esos actos criminales por no hablar del «accidente aéreo». ¿Dónde están las cajas por cierto? ¿Y la investigación?
Ruiz Ramas añade: «En el caso de Kaláshnikov, por ejemplo, constaban sus peticiones de protección que no se le concedió, pues había recibido amenazas por su postura ante el aniversario del 9 de mayo. Hay una deficiencia en el proceso de investigación de todos estos casos, y escasa imparcialidad desde la instancias oficiales».
¿Alguna duda? Por si la hubiera: las dos personas asesinadas habían participado en el movimiento contrario a Maidán, ocupado y dirigido por pro-nazis, y eran testigos en procesos penales contra estos activistas de extrema derecha.
En síntesis: un exitazo democrático de nuestra maravillosa y democrática UE. ¡Viva el neoliberalismo realmente existente, viva la democracia merkeliana consistente con el deseo de los mercados! ¡Que viva largos años, hasta el juicio final!
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