Los socialdemócratas han conservado Berlín, donde la coalición conservadora-liberal de Angela Merkel volvió a sufrir un nuevo revés. Los socios liberales de Merkel se hundieron por completo en las elecciones regionales y agravaron la crisis política en el Gobierno federal. El Partido Pirata logró un éxito sorprendente en las elecciones regionales, irrumpiendo en el Parlamento y convirtiéndose en la quinta fuerza política.
Las elecciones regionales de Berlín han puesto de manifiesto una vez más la profesionalidad de los institutos de sondeos, porque a grandes rasgos han confirmado todos los pronósticos. Pocos días antes de los comicios auguraban una nueva derrota de la coalición que gobierna el país y que el Partido Pirata podría alcanzar hasta nueve puntos en las elecciones regionales de la ciudad-estado de Berlín, y así ha ocurrido. Rozando el 9% de los votos, los piratas del río Spree podrían desembarcar con hasta 15 diputados en el Parlamento regional.
El «Ayuntamiento Rojo» de Berlín, por el color de sus fachada, seguirá gobernado por el socialdemócrata Klaus Wowereit (SPD) porque con casi el 29% de los votos su partido es la primera fuerza política. El alcalde gobernador dará por finalizada su alianza con el socialista Die Linke, ya que su socio ha caído de 13 a 11 puntos. La formación, liderada por el aún responsable regional de Economía, Harald Wolf, pasará a la oposición. Wowereit podrá elegir entre la segunda fuerza política, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que se ha subido dos puntos, hasta el 23%, y Los Verdes, que han dado salto de cinco puntos llegando al 18%.
El socio de la CDU en el Gobierno federal, el Partido Liberaldemócrata (FDP), ha caído en picado al quedarse por debajo del 2%. Es la quinta vez este año que los liberales se quedan fuera de un Parlamento regional.
Woworeit, que ha rechazado postularse como candidato a canciller por el SPD, ha reconocido que «tenemos más en común con Los Verdes» que con la CDU, pero exige a los ecologistas su apoyo a ciertos proyectos de infraestructura que hasta ahora han enfrentado a ambas formaciones. Durante la campaña, la cabeza de lista de Los Verdes, Renate Künast, se inclinó hacia una coalición con el SPD. En varias entrevistas se mostró ayer muy contenta por la fulminante subida, pero también reconoció que su formación se han quedado bastante lejos de la primera fuerza en la capital. A principios de año, Los Verdes empataban con el SPD.
La CDU espera a que el SPD le invite a sondear una posible coalición. Mientras tanto, su candidato principal, Frank Henkel, celebraba el final del bipartito entre SPD y Linke.
Todos los partidos quieren analizar al detalle los resultados antes de pronunciarse sobre sus siguientes pasos y todos tienen que tener en cuenta a los Piratas, que han duplicado sus votos, hasta 120.000, beneficiándose del resto de formaciones.
Los líderes del Linke admitieron que los debates internos que el partido socialista ha ido arrastrando a lo largo de los últimos doce meses han interferido en el resultado. El dirigente regional de Berlín, Klaus Lederer, señaló en televisión que «nos tenemos que refundar un poco», aludiendo en primer lugar a las cuestiones más modernas que explican el éxito de los Piratas.
El comentario puede entenderse como un nuevo inicio del debate sobre el rumbo político e ideológico del Linke. El partido quiere aprobar su programa en octubre.
Para el FDP, la situación se ha complicado un tanto más porque pel 42% de sus electores se ha ido a la CDU. Así se ha convertido en una formación en vías de extinción. Su presidente, el ministro de Economía, Philipp Rösler, fracasó por completo con su campaña eurocrítica.
Por lo tanto, la derrota del FDP en Berlín es también la suya y tendrá consecuencias para el Gobierno federal de Merkel, porque el secretario general de los liberales, Christian Lindner, se ha mostrado reacio a cambiar este discurso. Esta actitud profundiza aún más en la crisis entre los socios al inicio de una semana decisiva para Grecia, el euro y Europa.
Siemens se retira del negocio nuclear y opta por el cambio ecológico
La multinacional alemana Siemens ha acordado junto con su socio ruso Rosatom dejar la industria nuclear y de orientarse hacia el cambio ecológico, según informaron ayer la revista «Der Spiegel» y el diario económico «Handelsblatt». La decisión es una reacción de la empresa «al claro posicionamiento de la sociedad y de la política en Alemania en favor de dejar la energía nuclear», señaló «Der Spiegel». Con esta decisión, Siemens da por terminado su plan de convertirse con ayuda rusa en el número uno del sector nuclear. Ahora ha atado una serie de negocios para modernizar la infraestructura ferroviaria rusa y para construir turbinas de gas, que pueden ser utilizadas en todas las plantas eléctricas.
Además al presidente de Siemens, Peter Löscher, considera viable la nueva política energética que en Alemania se llama «cambio ecológico», que lo califica del «proyecto del siglo». El objetivo es aumentar el porcentaje ecológico de la energía eléctrica al 35% hasta el año 2020. Siemens calcula que recibirá nuevos encargos para la construcción de plantas energéticas de gas, de parques eólicos y para nuevos sistemas que permiten transportar sin pérdidas la corriente eléctrica a través de grandes distancias.
El paso dado por Siemens va en paralelo a movimientos parecidos que estos días están dando varias empresas energéticas. Hace una semana, la prensa informó de que las alemanas RWE y EON quieren vender su fábrica común Urenco que suministraba combustible nuclear a las centrales atómicas. Después de la catástrofe de Fukushima sus acciones han perdido valor en las bolsas. I.N.