«Los blancos desembarcan. ¡El cañón! Hay que someterse al bautismo, vestirse, trabajar. He recibido en el corazón el golpe de la gracia. ¡Ah, no lo tenía previsto!» Del poema titulado «Mala sangre», perteneciente al libro «Una temporada en el infierno», autor: Arthur Rimbaud. (Edit. Hiperión). De una orilla a otra del Mediterráneo, la Historia se […]
He recibido en el corazón el golpe de la gracia. ¡Ah, no lo tenía previsto!»
Del poema titulado «Mala sangre», perteneciente al libro «Una temporada en el infierno», autor:
Arthur Rimbaud. (Edit. Hiperión).
De una orilla a otra del Mediterráneo, la Historia se ha visto poblada de entendimientos y desencuentros, y en los últimos 100 años, las burguesías europeas una vez dueñas del poder, junto a sus restos aristocráticos, han buscado con más medios de fuerza que nunca disponer de las tierras de la otra orilla del Mar en Medio de la Tierra. Rimbaud, francés, conocedor de lo que era capaz el ejército europeo que asaltó la Comuna de París, vió como esos bárbaros llegaban a África y a Medio Oriente: «¡El cañón! …»
Cuando perdieron sus conquistas se pusieron a tejer nuevas formas de asalto, lo cierto es que la diferencia estaba en las nuevas armas, la violencia y el engaño son la línea media de flotación de la conquista guerrera, y las potencias coloniales, ahora imperialistas, las adaptaron a cada situación que generaban. Pero ya han ensayado toda su barbarie, han producido el desastre de las naciones resistentes, han ocupado territorios, han establecido fuerzas racistas organizadas a las que pretenden que se le llame «Estado», cuando los autóctonos lo denominan «ente», un organismo vinculado a un Estado exterior, y esas fuerzas imperialistas machacan a las poblaciones con el fin de ampliar la guerra en el desarrollo de su nueva conquista.
EEUU-Israel, y Europa, quieren nuevos mapas con los que asegurarse su colonialismo, o dicho de otro modo más concluyente: que el robo de materias primas, tras la matanza, les resulte asegurado.
Ahora bien, esa desposesión de los pueblos tendrá que vencer antes su resistencia. Todos los imperios han destrozado la paz y han sembrado la muerte, forma parte de su naturaleza. La dominación de la mayoría para beneficio de unos pocos.
El Tribunal de los Pueblos Contra la Guerra y la OTAN (TPPCGIO), en su reunión de los díoas 18 y 19 de Junio en Madrid ha aportado datos y conclusiones al respecto que nos deben hacer pensar; en la «Mesa sobre víctimas y refugiados» se señaló que hoy tenemos «70 millones de desplazados forzosos como consecuencia de la guerra; que en 2015 había 46 países en conflicto y 2700 millones de personas en situación de riesgo bélico; o que la guerra imperialista en Afganistán, Irak y Paquistán ha dejado por si sola más de cuatro millones de muertos.
Pero también …, en estas circunstancias, las víctimas resisten ante esas dinámicas de opresión.» Les invito a continuar informándose en: http://forocontralaguerra.org//portal-del-tppcgio/ y en: https://forocontralaguerra.org/2016/06/19/segunda-resolucion-del-tribunal/
De toda esa desgracia causada por los arrampladores de lo ajeno a nivel mundial el gobierno español, participante como un miembro más en el grupo de asalto referido, obligado por el «derecho de asilo» ha accedido a recoger a 1.020 personas de los millones de las que buscan refugio. Como el acuerdo europeo a ese respecto no lo han concretado, cada gobierno decide por su cuenta. Debido al desastre causado por la guerra de conquista de los imperios occidentales la huida de millones de refugiados ha hecho que el Mar Mediterráneo se trague en 2015 casi cuatro veces el número de personas que el gobierno español ha permitido entrar en el territorio. Para este 2016 los cálculos ya dan una cifra mayor. Quienes consiguen poner el pie en nuestro país luego tienen que sobrevivir en condiciones paupérrimas, en el más estrecho límite de la supervivencia, si no acaban en el suicidio, y ya son muchos casos los que he podido conocer. Este es uno de los resultados de tamaña acción criminal.
Hace tiempo expuse en otro artículo el caso de una refugiada palestina, Ola Al Masri y sus cuatro hijos, han sido alojados en una vivienda provisional cedida por el Ayuntamiento de Móstoles, pero no tienen con qué desenvolverse, no pueden pagar un billete de autobús, no pueden comprar nada, ya tienen el aviso para cortarles la luz, … La ayuda solidaria es el amor de los pueblos, se ha dicho siempre, los organismos oficiales no han respondido; hemos abierto una cuenta en la Caixa con la esperanza de paliar su estado, su número es: 0421004442620100384058. Dejamos aquí un teléfono para cualquier ayuda que se pueda prestar, así sea trabajo, vivienda, desplazamiento,… colaboración que los pueblos en el Occidente imperial pueden hacer, tlfn: 605.336.152.
¿Se darán por aludidos quienes pueden y deben resolver estos casos? Nosotros estamos en la orilla occidental del Mediterráneo, debemos exigir atención humana, digna, ética a los refugiados.
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