La noticia dice que si no eres europeo y quieres casarte en el Reino Unido te examinan de inglés. Y la prueba de selectividad es previa a la entrada. Hasta hoy, el cónyuge que quería obtener la residencia tenía que superar un examen a los dos años de estancia. Ahora, el Gobierno británico de Cameron […]
La noticia dice que si no eres europeo y quieres casarte en el Reino Unido te examinan de inglés. Y la prueba de selectividad es previa a la entrada. Hasta hoy, el cónyuge que quería obtener la residencia tenía que superar un examen a los dos años de estancia. Ahora, el Gobierno británico de Cameron y Clegg pregunta antes de admitirte y, mientras contestas, miran las facciones del contrayente.
El caso es que, del medio millón de entradas anuales de extranjeros, únicamente el 10% son a título de reagrupación familiar. Así que, con esta política, la reducción del flujo total apenas se notará. Donde sí se va a percibir probablemente es en la disminución de los matrimonios mestizos celebrados con cónyuges de las ex colonias británicas como India, Pakistán y Bangladesh. Estos casamientos representan el 40% del total de bodas con foráneos.
La medida no se propone tanto reducir el flujo de inmigración cuanto filtrarlo. El lector puede obtener el perfil que busca el Gobierno si sustituye contrayente por contribuyente, pakistaní por polaco y campesina por cuidadora. En otras palabras: lo que esta detrás del anuncio y de otras acciones es la voluntad de cambio de la inmigración asiática y rural por la europea y urbana. Otrora se atrajo al proletariado industrial y ahora se capta a una clase servicial barata. Dicha selección contenta a las clases medias y encoge el gasto en los servicios públicos.
Nadie pone en duda que saber inglés facilita la interacción social, pero los más perjudicados por esta medida son los inmigrantes, doblemente rechazados por su raza y sus rezos. El matrimonio interétnico ha dejado de ser el indicador privilegiado de integración y esto, a quien más perjudica, es a la mujer. Ahora se opta por la cualificación formal y se penaliza la distancia cultural. De forma que el nuevo modelo británico de inmigración se dispone a rebajar el multiculturalismo en aras de la formación.
Esta decisión del Gobierno conservador se resume en selección profesional y discriminación étnica. Nick Clegg ha renunciado a su propuesta electoral de legalizar a los indocumentados que llevaran viviendo más de diez años en el Reino Unido. Y la ha cambiado por esta otra que anima a escoger pareja en el mercado matrimonial europeo. El mensaje recomienda tolerar al próximo antes que al prójimo y apuesta por la unión mixta frente a la mestiza. ¿Es la endogamia una política de integración?
Fuente: http://blogs.publico.es/