La eurodiputada irlandesa de The Left Clare Daly se ha hecho conocida por sus duros discursos contra el establishment. En esta entrevista se despacha contra la Comisión Europea y muy especialmente contra su presidenta, Ursula Von der Leyen.
La palabra que mejor puede definir a Clare Daly (Newbridge,
Irlanda, 1968) es ‘cañera’. Junto a su compañero Mick Wallace, ha
crecido a golpe de discursos sin tapujos en el Parlamento Europeo. Ambos
pertenecen a un pequeño partido irlandés radical, Independientes por el
Cambio, con el que superaron al partido tradicional de la izquierda
irlandesa, el Sinn Féin en las elecciones europeas de 2019. Integrados
en el grupo The Left en el Parlamento europeo, las intervenciones de
Daly y Wallace se han hecho conocidos en todo el mundo. Llamar a Biden
“Carnicero Joe” o a la presidenta de la Comisión Europea “Frau Genocide”
puede parecer un exceso retórico, pero el hecho es que sitúa a la
izquierda en unas coordenadas muy diferentes a la del lenguaje
alambicado de la burocracia europea, y abre el campo para pensar en un
modelo que impugne de raíz el estado de las cosas que se promueve desde
Bruselas.
El Parlamento Europeo aprobó el 18 de enero una resolución pidiendo un alto el fuego condicionado en Gaza. ¿Por qué votó en contra de ese texto?
La
resolución que se aprobó no exigía en absoluto un alto el fuego.
Utilizan las palabras “alto el fuego” para enmascarar las condiciones
previas israelíes para el cese de las hostilidades, que consisten
esencialmente en la eliminación de Hamás y la liberación de los
rehenes. Todo el mundo sabe que eso es lo que Netanyahu ha dicho que le
llevará a poner fin a la guerra. Y el resultado de la votación fue
celebrado como tal por todas las autoridades israelíes. Tuitearon
diciendo que la Unión Europea se mantenía a su lado, que les
reafirmaba, y agradecieron la postura del Parlamento. Así que, en
efecto, la votación dio luz verde a la continuación del genocidio,
razón por la cual no votamos a favor. Fue una traición deplorable. No
solo eso, sino que se votaron en contra de mociones que decían que los
dictámenes del Tribunal Internacional de Justicia debían ser
ratificados. El dictamen no se había emitido en ese momento, pero
votaron en contra. En otras palabras, este organismo, la Unión Europea,
que afirma que apoya el estado de derecho y los derechos
fundamentales, rechazó una moción que decía que debemos respetar el
resultado del Tribunal Internacional de Justicia. Votaron a favor de
sancionar a Irán. No Israel, sino Irán. Realmente ridículo. También
votaron en contra de muchas propuestas constructivas. Por eso votamos
en contra.
¿El Parlamento Europeo tiene capacidad real de hacer algo para que Israel deje de matar en Gaza?
Podría
empezar por lograr que tres de sus propios estados miembros —Alemania,
Francia e Italia— dejen de armar el genocidio israelí. Lo he dicho en
mi propio país: si Viktor Orban hubiera estado enviando armas, estarían
pegando saltos, gritando para que compareciera ante el Tribunal Penal
Internacional. Pero nadie ha abierto la boca sobre los líderes
alemanes, franceses e italianos que han aumentado sus ventas a Israel
desde que comenzó el genocidio. Es verdad que el Parlamento Europeo no
tiene poderes legales para detener lo que ocurre, pero tiene el poder
de la política y la opinión política para demostrar que no está de
acuerdo con lo que está sucediendo. Además, podemos usar nuestro papel
para avergonzar a nuestros líderes nacionales en casa.
¿De qué manera?
Si
el Parlamento tiene una posición progresista, eso puede ejercer
presión en los Estados miembros. Pero lo que hemos visto en Europa es
un golpe llevado a cabo por Ursula Von der Leyen, que ha tomado poderes
que no posee legalmente, en un intento de hablar en nombre de la Unión
Europea en materia de asuntos exteriores. Que se le haya permitido
hacerlo sin ningún tipo de contestación es una de las cosas más
vergonzosas que han sucedido en esta situación. Pienso que el
Parlamento podría hacer mucho, incluso como un escenario de opinión
para el aislamiento de Israel. Sería una influencia poderosa. Hasta
nuestros discursos se han conocido en todo el mundo. Mucha gente de
Estados Unidos se ha puesto en contacto con nosotros.
¿Cómo?
Usé
el Parlamento para señalar a Joe Biden, que se reclama irlandés.
Pronuncié un discurso en el que dije: “no se puede ser irlandés y
apoyar un genocidio: eso va en contra de nuestra historia, estás
poniendo las armas en un genocidio. No sois vuestros antepasados, no,
os repudiamos”. Entonces, incluso los medios de comunicación mainstream
estadounidenses, como Newsweek, pidieron a la oficina de Biden
que comentara al respecto. Eso demuestra que solo una diputada del
Parlamento Europeo de un país pequeño puede presionar. Todo el mundo
puede hacer algo en su propia esfera de influencia.
De cara al futuro, ¿cree que las instituciones
europeos o sus representantes pueden llegar a sentarse en el banquillo
por su complicidad en las acciones de Israel?
Lo
serán, fijo. El hecho de que Israel utilizara las palabras de Ursula
von der Leyen en su defensa del caso planteado por Sudáfrica fue
increíblemente vergonzoso, por decirlo suavemente, para la Unión
Europea. Los Estados que han armado a Israel son cómplices, pero
también los que se han mantenido de brazos cruzados. Porque la
responsabilidad en virtud de la Convención de Ginebra no es solo de no
cometer genocidio como país, sino de prevenir y castigar al que lo
comete. Y en ese sentido, no me cabe duda de que todos ellos son
cómplices. Sé que países como Irlanda y España han actuado “menos mal”,
pero en el contexto del genocidio, eso no basta. Creo que serán
juzgados. Sabemos que Nicaragua quiere que se procese a algunos de
ellos como cómplices y debería suceder.
De hecho, España ha seguido enviando armas.
No tenía ni idea.
En noviembre se envió casi un millón de euros en municiones. El gobierno de España ha dicho que se trata de munición de práctica.
Fucking hell! Ok, todo esto mientras dan discursos… Precioso.
¿Qué papel desempeñan en esta circunstancia los lobbies de la industria armamentística?
Creo
que cada vez son más influyentes. Sabemos que la “burbuja de
Bruselas” está siendo capturada por los grupos de presión, pero si ves
la transformación de la Unión Europea ahora, desde los tratados de Niza
y Lisboa, está avanzando a toda velocidad hacia un aumento masivo de
la militarización, hacia la “Unión de Defensa”. Tenemos una fuerza de
despliegue rápido, que en la práctica es un ejército permanente de,
inicialmente, 5.000 soldados listos para el combate y, como ha dicho
[Josep] Borrell, tienen capacidad para ir a territorios donde no nos
quieren, es decir, poner meterse en el barro. Todo esto viene de hace
diez años, cuando solicitaron recomendaciones a un grupo de opinión
sobre cómo podemos hacer que Europa sea más segura y la mayoría de las
personas de ese grupo, grupo de personalidades como los llaman,
pertenecían a la industria armamentística.
¿Cómo influyeron?
Ese
grupo dijo: “bueno, para que Europa sea segura, tenemos que gastar más
dinero en defensa”. Así que crearon un plan para que los impuestos de
los contribuyentes de la Unión Europea se gastara en desarrollar la
investigación. Nuestro dinero se usó para que investigaran y después
nos volvieron a vender el resultado —creado con nuestro dinero— para
obtener beneficios. Eso dicta lo que está sucediendo en Israel. Esto es
lo que dicta también su absoluta necesidad de mantener la guerra en
Ucrania a toda costa. El papel de la Unión Europea ha sido frenar
cualquier avance para un final pacífico allí, y están haciendo lo mismo
en Gaza. No han hecho nada para lograr un acuerdo pacífico, en cambio
están dando tiempo para que Israel cumpla sus objetivos de limpieza
étnica. Algunos lo hacen de
manera muy abierta. Son así de descarados. Y otros de manera menos
abierta, como España, hablando de boquilla. Nadie, ningún gobierno de
Europa puede estar orgulloso de lo que ha hecho.
¿Cómo valora lo que está haciendo su país natal?
En
el caso de Irlanda, como antiguo país colonizado —el único en el lado
occidental— tiene mucha capacidad de presión: hay 40 millones de
personas en Estados Unidos que afirman tener ascendencia irlandesa.
Irlanda realmente puede presionar a Joe Biden en un año electoral,
porque sin el apoyo de Estados Unidos esto ya se habría detenido. Y el
hecho de que Irlanda no lo haya hecho es vergonzoso en lo que a mí
respecta. Transcurridos cinco meses, enviaron una carta a España para
que revisaran el acuerdo de asociación con la UE, cuando dos malditos
días después del ataque de Hamás, el 7 de octubre, ya estaban revisando
la financiación palestina. Y ahora, cinco meses después, “están
estudiando” el acuerdo. Es infame.
¿Entiende la resistencia de Hamás?
¿Si simpatizo con Hamás?
No, si entiende por qué se produjo el ataque del 7 de octubre.
Justo
al día siguiente del ataque, el 8 de octubre, tuvimos una reunión
privada del comité de seguridad y defensa aquí, en Bruselas. Los
representantes de la Unión Europea sobre el terreno, en Palestina,
estuvieron presentes en esa reunión y dijeron que lo único que les
sorprendió de lo ocurrido fue la escala del ataque, que la idea de que
se hubiera producido ese acto de resistencia no era una sorpresa en
absoluto. Nos dijeron que había tardado mucho en llegar, que estaba
previsto y reconocido por el aumento masivo de la violencia de los
colonos, los ataques contra las mezquitas —especialmente los de la
mezquita de Al Aqsa— y por lo irrespetuosos y provocadores que estaban
siendo los israelíes. Dijeron: “Esto se veía venir, solo sorprende la
magnitud del ataque”. Incluso el periódico israelí Haaretz
dijo: «¿Qué esperabais, habéis encarcelado a la gente en una prisión al
aire libre, esto es inevitable“. Las personas que discuten las cosas
de manera racional y adecuada lo han entendido bien. Así que mi opinión
es la misma: es increíble que no haya ocurrido antes. Han creado las
condiciones para esto.
Sin embargo, la resolución del Parlamento Europeo de la que hablábamos antes insiste en el marco de la desaparición de Hamás.
Es
como cuando se habla del Estado Islámico o de la guerra contra el
terrorismo: “todos son terroristas; la red de Hamás está en todas
partes: este es Hamás, este otro es Hamás, tú eres Hamás”. Israel tenía
la responsabilidad legal de dirigir la Franja de Gaza —cosa que no ha
hecho, eso lo ha dejado en manos de la ONU— y Hamás ha sido elegida como
administración política de esa zona. Hamás tiene un brazo armado que
participa en actos de resistencia violenta, como ellos la llamarían,
contra la potencia ocupante. Y muchas otras organizaciones también lo
hacen, no solo Hamás. No tenemos la historia completa de lo que pasó el
7 de octubre, y tal vez nunca la tengamos, pero lo que sí sabemos es
que, sin duda, allí había activistas y combatientes de la resistencia
armada que está bajo el paraguas de Hamás, también había otros grupos,
probablemente hubo jóvenes descontentos que vieron la oportunidad, y
sabemos que los propios israelíes también mataron a muchísimas personas
ese día. Así que no necesito estar en una gran comisión para tener una
idea general sobre qué pasó realmente. Pero probablemente nunca lo
sepamos en detalle. Ya sabes, los hechos reales de lo que pasó
permanecerán ocultos y escondidos.
La semana pasada entrevisté a un especialista del movimiento BDS,
y me dijo: “A Israel se le está acabando el tiempo”. Están
desesperados y ven cómo la masacre de Rafah puede suponer un punto de
inflexión desde el punto de vista de su apoyo internacional. ¿Cuál cree
que es la perspectiva a corto plazo?
Estoy
de acuerdo con esa lectura, quiero decir, definitivamente Israel ha
perdido. Está perdiendo a lo grande en el tribunal de la opinión
pública. El apoyo de Biden y Europa se está agotando, no por una
cuestión de conciencia, sino porque las personas de su jurisdicción no
van a aguantar esto mucho más tiempo. Obviamente, los Gobiernos de todo
el mundo —del mundo árabe y de otros países— están sometidos a una
presión cada vez mayor y, a su vez, están devolviendo una presión cada
vez mayor a los Gobiernos occidentales. Supongo que podemos esperar
algún tipo de cese el alto el fuego que sea una tregua, una pausa, que,
en algún momento, se produzca algún tipo de parada. Pero, ¿qué saldrá
de eso? En realidad, mientras Estados Unidos siga bloqueando un alto el
fuego probablemente lo que estamos viendo continúe por más tiempo.
Pero sí creo que Israel ha perdido ya y también está perdiendo
militarmente.
¿En qué sentido?
Incluso
si esto continúa e incluso si matan al doble de personas de las que
están matando, e incluso si siguen adelante en Rafah van a seguir
perdiendo militarmente. No pueden ganar desde ese punto de vista. Pero
al mismo tiempo, el proyecto sionista nunca va a ser derrotado
militarmente, solo puede serlo políticamente. Y eso está ocurriendo
ahora, porque han perdido el apoyo de grandes sectores de la comunidad
judía, particularmente en Estados Unidos. Y eso es decisivo.
Aún así, es difícil estar esperanzado en este momento.
Creo
que este es un momento muy difícil para las personas activistas:
observan el horror y ven que continúa y piensan: “Oh, Dios mío, mi
actividad de protesta no funciona porque esto no se ha detenido”. Pero
en realidad hay muchas capas detrás de esto. Las personas que han estado
involucradas en la causa durante años están comprendiendo que, en
realidad, se ha acabado para Israel. Este proceso puede ser muy
sangriento y horrible en cuanto a la forma en que se desenreda, pero
definitivamente ha terminado. Ahora hay personas que están leyendo
sobre Palestina y que nunca lo habían hecho antes.
Esta semana se cumplen dos años desde la invasión rusa de Ucrania.
Hemos
gastado 133.000 millones en los últimos dos años de gasto directo,
proveyendo armas y manteniendo al Estado de Ucrania, y Rusia está
claramente en una posición mucho más fuerte que hace dos años. Había un
acuerdo de paz sobre la mesa en abril de 2022, que ahora sabemos que
los rusos y los ucranianos estaban dispuestos a firmar. El punto de
quiebre de ese acuerdo era que los ucranianos no iban a llegar a un
acuerdo bilateral con Rusia porque, de manera comprensible, no
confiaban en ellos (¿por qué lo iban a hacer?) y necesitaban una
garantía de seguridad de las otras partes. Occidente dijo que eso no
iba a pasar y básicamente se les ordenó que siguieran luchando. Y es
devastador pensar que se han perdido cientos de miles de vidas y que
millones de personas han sido desplazadas. El país está en ruinas.
Rusia se ha apoderado de gran parte del país y, en la otra zona hay
enormes sectores que han sido absorbidos por fondos de inversión y
fondos buitres que se están involucrando en el ”proyecto de
reconstrucción“. Así que la idea de Ucrania como Estado independiente
ha fracasado.
¿Cómo ha cambiado esto la Unión Europea?
Los
dirigentes de la Unión Europea se las arreglaron para disfrazar una
guerra como un proyecto de paz. Los rusos fueron responsables de la
invasión en primer lugar, por supuesto que lo fueron, pero el jefe de
la OTAN dejó muy claro cuando llegó a Bruselas que Rusia fue a la
guerra porque quería que hubiera menos OTAN en sus fronteras, y se han
asegurado de que tiene más. Vienen aquí todas las semanas en busca de
más dinero, más armas, a medida que mueren más personas y se cede más
terreno, y más personas en Europa están pasando por dificultades
económicas. Esta semana han publicado una encuesta en la que solo el
10% de la población de Europa cree que Ucrania puede ganar la guerra.
Un 10%. Al 40% no le importa o no sabe si lo hará, pero no les podría
importar menos. Mucha gente dice: no quiero saber nada, estoy harto de
esto. Entonces, ¿qué tiene Europa?
…
Bueno,
sin duda se ha acelerado la industria de Defensa. Sin duda, se ha
impulsado la idea de la defensa con mucha más fuerza que antes. Han
logrado en gran medida extender la idea de la fusión de la UE con la
OTAN de una manera que nunca se había hecho. Hay una enorme ironía en
esto, ya que antes uno de los principales obstáculos para un ejército
de la UE era Gran Bretaña. Porque Gran Bretaña ama a la OTAN y quería
mantener la Alianza Atlántica con los Estados Unidos, mientras que las
demás potencias europeas querían su propio ejército europeo. Gran
Bretaña se ha ido y el ejército de la Unión Europea ahora es
básicamente la OTAN. Ahora son una sola cosa, lo que es terrible para
países neutrales como Irlanda.
También esta semana se ha
confirmado que Ursula Von der Layen se postula para un segundo mandato
como presidenta de la Comisión Europea. ¿Cómo lo valora?
Para
empezar, en el caso de Irlanda, creo que el pueblo votará activamente
para salir de la Unión Europea si ella sigue. La popularidad de la
Unión Europea en Irlanda, que era uno de los países más proeuropeos,
está por los suelos y cuando se pregunta a la gente una de las razones
principales es Ursula von der Leyen. Tenemos que recordar que Ursula
von der Leyen nunca debía haber estado en esta posición. Fue una
ministra de Defensa fracasada en Alemania, enfangada en la corrupción. Y
cuando la ruptura de las conversaciones para la presidencia de la
comisión se rompió y no sabían a quién presentar, dijeron: “sí es
estupendo: nos deshacemos de ella, la sacamos de Alemania y no puede
hacernos ningún daño”. Y ahora nos está haciendo daño a todos.
¿Qué representa Von der Leyen?
Representa
a las grandes corporaciones en todos sus aspectos. Es absolutamente
sionista y lo ha sido desde el principio. Es pro-OTAN, una halcón de la
guerra, que proviene de una élite muy adinerada que quiere usar la
Unión Europea como una especie de vehículo para quitarle más poder a
los Estados nacionales, a los Estados miembros, para que esta burbuja
asuma más poder. Creo que esas élites pueden sacarle mucho partido, es
una buena portavoz. Es moldeable. Es aseada, una especie de feminista
de misil de crucero, lo cual es simplemente asqueroso.
El día 22 manifestó que estaba abierta a pactar con la extrema derecha siempre y cuando no sea una extrema derecha putinista.
Ella
está más influida por la extrema derecha que cualquier persona de
extrema derecha de aquí. Está en contra de los inmigrantes. Es racista
en su comportamiento. Puede que sea más inteligente haciéndolo, pero el
hecho es que en la extrema derecha están contentos de tenerla en ese
puesto. Así que ese es solo un juego para ella, porque la verdad es
que ha abandonado el Green New Deal, lo ha tirado por la ventana, a
cambio de los contratos de la industria de la defensa y ha descartado
las preocupaciones sobre medioambiente para beneficiar a las grandes
empresas agroquímicas. Así que lo normal es que la extrema derecha esté
muy contenta con ella y ella lo esté con la extrema derecha.
Del
otro lado, hay un problema con los partidos de centro
—Socialdemócratas, liberales, verdes— y la incapacidad de salir de
determinados marcos. ¿Cómo cree que puede quedar la situación después de
las elecciones europeas de junio?
Va
a ser muy interesante lo que suceda. Estamos en una coyuntura muy
peculiar de nuestra historia. En mi opinión, la brecha entre las
personas en el poder y la ciudadanía común está en uno de sus puntos
más profundos. Cuando hablan de Europa y cuando hablan en nombre de los
gobiernos de Europa, no lo hacen en nombre de los pueblos de Europa.
Pero tienes toda la razón en que todo ese centro político, que incluye a
los halcones de la guerra, los Verdes, los socialdemócratas etc, ha
dado lugar a una situación en la que las personas que están en contra
del sistema, y ven a todas esas personas apoyándose en un lenguaje
políticamente correcto y ocupando todo su tiempo en temas de política
de identidad —que son importantes, pero no son los más importantes—,
sienten que cuando expresan su preocupación por la guerra, por la forma
en que se manejó la crisis del covid, se les acusa de ser
conspiranóicos, locos, de extrema derecha. Y, de hecho, se trata de las
condiciones de la sociedad.
¿En qué sentido?
Cuando
se produjo la crisis financiera, se discutió sobre la austeridad y el
impacto en los niveles de vida de las personas y, ahora, nada de eso
está articulado. Se supone que la gente debe absorber un aumento enorme
del costo de la vida, un aumento enorme del precio de la vivienda, un
aumento enorme del sufrimiento, y los problemas ni siquiera se
reconocen porque todo el tiempo se habla de otras cosas. Esto ha
llevado a la gente a buscar alternativas. Y la extrema derecha —algunos
de ellos— han mejorado su retórica y afirman estar en contra el
establishment. Mucha gente piensa que si el sistema les critica, debe
ser porque está bien. Así que no creo que la extrema derecha crezca
porque la gente sea necesariamente racista, creo que la extrema derecha
crecerá por la falta de alternativas, por el fracaso del centro. Sin
embargo, creo que habrá algunas personas interesantes que van a venir a
Bruselas y que son otra cosa.
¿Como quienes?
Hay
posibilidad de que haya algunos buenos representantes de la izquierda
italiana. Hay opiniones encontradas al respecto, pero todo el equipo
de Sahra Wagenknecht involucra
a muchos activistas por la paz y a mucha gente de la izquierda. Son
diferentes tipos de izquierda, y creo que eso es necesario.
¿Cómo valora su propia experiencia en el Parlamento Europeo?
Ha
sido increíble. La semana pasada estuve en la contracumbre de la
Conferencia de Seguridad de Múnich, hablando de paz, de alternativas y
justo cuando salí del tren un tipo me detuvo. Es gente que te ha visto
las redes sociales, que te dice: ”Tú y Mick Wallace habláis por
nosotros». Estuvimos en Londres por lo de Julian Assange. Fue
increíble, no podíamos ir por la calle sin que nos pararan. ¿Qué te
dice eso? Una de las ventajas que tenemos es que hablamos inglés y eso
nos permite comunicarnos con un público más amplio, pero también es el
mensaje: recibimos literalmente cientos de correos. Puede que en las
próximas elecciones no me elijan, pero esa es otra historia, el hecho
es que el espacio político es enorme. Hay que encontrar la salida
porque, cada vez más, se manipula la política electoral. El discurso
oficial es que hay una lucha entre la democracia contra el
autoritarismo, pero en realidad están adoptando tácticas exactamente
iguales a las que utilizarían la Duma y Putin. Esos grandes poderes se
parecen cada vez más a lo que critican. Creo que es muy difícil, pero
debemos tener esperanza.
Respecto a Julian Assange, el
hecho es que él denunció crímenes de guerra. Los responsables de esos
crímenes están bien situado y él depende de un Tribunal para no ser
prisionero de por vida. Usted estuvo en Londres esta semana para apoyarle, ¿qué piensa de todo este caso?
Primero,
tengo que decir que la movilización ha sido impresionante. Frente al
Tribunal de Justicia había personas que vinieron desde Australia, de
Suecia, de Suiza. Gente que se ha gastado su propio dinero para estar
allí porque se dan cuenta de que esto va de la criminalización del
periodismo. Pero para mí trata también de provocar un efecto
paralizante en el movimiento por la paz, porque el hecho de que el
trabajo de Julian expusiera los crímenes de guerra, las torturas,
ciertamente ayudó a cambiar esas prácticas. Esa información pasó a ser
de dominio público y provocó un trabajo brillante sobre la industria
armamentística, el blanqueo de dinero, el dinero público que se
embolsaron esas élites y cómo el proyecto realmente fue el de crear una guerra sin final.
Y creo que ese mensaje es muy relevante hoy en día. Y sí, es irritante
ver a los verdaderos criminales de guerra viviendo a lo grande y que
en el caso de Assange su vida ya se haya perdido, quiero decir… ¿Cómo
puede alguien volver a ser él mismo después de haber vivido eso?
Hace poco, Tariq Ali decía que el caso de Navalny y el de Assange tenían equivalencias, que solo cambia el ritmo al que se produce la ejecución de la condena.
La respuesta a los dos casos es muy gráfica. Literalmente saltan arriba y abajo por una y no mencionan la otra en absoluto. En cierto modo eso te lo dice todo, sí.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/union-europea/paz-ucrania-palestina-entrevista-clare-daly