En la prensa se informa de que ya se ha puesto sobre la mesa el proyecto de Constitución de la República Popular del Donetsk. Al analizar el texto del documento, el jurista y activista de «ROT-Front», Mikhail Balbus ha compartido con Rabkor sus consideraciones: «A juzgar por la estructura del material normativo, la técnica jurídica […]
En la prensa se informa de que ya se ha puesto sobre la mesa el proyecto de Constitución de la República Popular del Donetsk. Al analizar el texto del documento, el jurista y activista de «ROT-Front», Mikhail Balbus ha compartido con Rabkor sus consideraciones: «A juzgar por la estructura del material normativo, la técnica jurídica y el contenido, en lo fundamental se ha tomado la actual Constitución de la Federación Rusa de 1993. Muchas disposiciones han sido claramente copiadas sin disimulo, especialmente cinco artículos que establecen el derecho de propiedad. Creo que este documento aún será transformado así que toda crítica es muy necesaria.»
Unos de los primeros críticos del proyecto de constución han sido los activistas de la asociación «Borotba»:
«La asociación ‘Borotba’ protesta categoricamente contra el establecimiento de una religión estatal en la República construida por el pueblo. Urgimos a la introducción en la Constitución de la RPD de normas para la libertad de conciencia y de culto y para la separación de la iglesia del estado y de las escuelas de la iglesia. Esta norma democrática fue resultado de la lucha de muchas generaciones de nuestros antecesores contra el régimen clerical reaccionario y fue establecida como tal en las leyes de la República de Donetsk-Krivoy, de la que la RPD se considera heredera, así como en las constituciones de la RSSU, RFSR y la URSS.
Creemos que el estado creado por el pueblo no debe hacer seguidismo de los elementos clericales e imponer a la población una religión obligatoria.
También hay que incorporar al proyecto de Constitución una disposición sobre la igualdad de toda forma de propiedad ya que la privada aparece la primera en la lista de las enumeradas. ¿No se deriva acaso de la experiencia de nuestra lucha que precisamente la gran propiedad privada (oligarquía) ha llevado al país a la catástrofe y la desintegración? Acaso no fueron los grandes propietarios los que pagaron y organizaron bandas neonazis y otras formaciones que aterrorizan el Sur-Este?
Desde nuestro punto de vista, la prioridad en el nuevo gobierno deberá estar en la propiedad estatal bajo control popular y obrero. Solamente el predominio de la propiedad popular en la economía impide la aparición de la oligarquía parasitaria.
La República Popular del Donetsk debe ser de facto un estado social. Si no es así será solo una segunda edición de Ucrania tal como la conocimos tras 1991, solo que cambiando el nacionalismo ucraniano por el ruso. La asociación «Borotba» llama a la RPD a no ir a remolque de las fuerzas conservador-clericales, a las cuales apoya una minoría de la población. Eso es un callejón sin salida, una vía al desastre».
Uno de los activistas del movimiento de oposición de la RPD, que se nos presentó como Viktor, remarca que este no es ni mucho menos el único proyecto de constitución:
«Se han presentado cuatro proyectos de constitución. Uno es una variante de la constitución de Crimea, otro es rojo, en el que no se reconoce ninguna propiedad privada, excepto la pequeña, y otros dos que a grosso modo estan entre estos dos. Como ahora hay una importante lucha política se ha incluido en el juego un individuo, que se llama a sí mismo el amo del Donbass, hay el peligro de un drenaje de protesta por este lado. Guiados por el deseo del pueblo del Donbass, que quiere estar con Rusia, se tomó una variante bastante cercana hacia los rusos. Naturalmente a mí, como rojo, me pone enfermo, pero la fuerza para oponerse a la oligarquía es hoy insuficiente, y si la Federación Rusa no da una respuesta definitiva en el sentido que no nos toma en su seno, entonces pienso que en las actuales condiciones esta variante de constitución es aceptable. En el caso de una respuesta definitiva de «No» por parte de la FR, entonces el problema de nuestra supervivencia se encuentra en la nacionalización, al menos, de la gran empresa. Dependiendo de estas circunstancias, el proyecto de constitución será revisado».
El director de IGSO Borís Kagarlitski comenta sobre los debates en torno a la constitución: «Mi comentario: el proceso revolucionario está solo en su inicio. Todo puede cambiar aún más de una vez, en la dirección de la república aparecer nueva gente que suba la lógica y el desarrollo de la lucha. Pero es muy necesario que la ideología y la visión de esta gente sea progresista, democrática, izquierdista. Y esto en gran parte depende de la contribución que la izquierda rusa y ucraniana añada al proceso de desarrollo».
Otro miembro de IGSO, Iván Shchiogolev, quien más de una vez ha planteado en sus artículos la clericalización de la sociedad rusa, añade: «La idealización de la Iglesia Ortodoxa Rusa (con obediencia al metropolitano de Moscú) es una parte de aquella idealización de Rusia propia de muchos líderes de oposición en la Ucrania del Sur-Este. Sería necesario hacerles comprender que la Iglesia Ortodoxa en Rusia no es solo una institución reaccionaria, cultivadora del oscurantismo, la pseudociencia y el chovinismo, sino también una estructura de negocios fuertemente oligárquica. El que sectores del sacerdocio puedan ser altruistas e incluso tener puntos de vista progresistas no significa nada. En cualquier caso, la iglesia ortodoxa, lo siento, nunca puede interpretar aquel rol progresista, emancipador, parecido al que interpreta en América Latina la teología de la liberación. Espero que el artículo 9º del proyecto de Constitución de la RPD sea incluido en el texto más bien por no haberlo pensado que por convicción».